Cap XIX

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Dolor y Desesperación

"Hay muertos que no olvido... Y vivos que para mí ya están muertos"

La sangre no paraba de brotar del pecho de Naekara, había sido herida no gravemente sino mortalmente solo por proteger a su Caballero, sus sobrinos trataban de mantener la calma y de detener la hemorragia, pero les era difícil más cuando la vida de la persona que amas pende de un hilo.

Maegon Targaryen-- ¡¡¡TIA POR FAVOR RESISTE!!!. — Suplicaba entre lágrimas.

Naekara Targaryen-- Se... Ser.. A.. Adrian y.. Robert. — Murmuró ahogada en su sangre.

Aelor Targaryen-- ¡Ellos estarán bien, por favor no hables y aguanta!.

Daeron Targaryen-- ¡¡¡QUE IMPORTAN ELLOS AHORA!!!. — Gritó desesperado.

Maegon Targaryen-- ¡¿Dónde está el maldito Maestre?!.

Cuidadosamente lograron llevarla a la Fortaleza Roja donde su hermano esperaba afuera impacientemente, no se atrevía a entrar, verla bañada y ahogándose en su propia sangre mientras trataba de aferrarse a la vida, él era un amargado, frío y estoica persona que ni siquiera tenía una pizca de afecto hacia sus propios padres, pero en el momento que conoció a su pequeña hermanita, su pequeña Princesa, fue como si los Dioses hubieran mandado una luz en el abismo oscuro dónde se encontraba, ella le enseñó lo que es amar a un ser querido, le enseñó lo que significa la palabra familia, siempre le mandaba cartas todos los días contando sobre su día y lo que le pasaba, preguntaba por su salud y siempre estaba preocupada por él, ahora la estaba perdiendo.

Valarr logró capturar algunos de los mercenarios que huyeron y a los otros sin querer los habían asesinado, pero habían cumplido con su objetivo y se encargaría de ellos más tarde, ya que ahora solo tenía cabeza para alguien que estaba muriendo y esa persona era la hermana de su madre y su amada tía.

Maegon estaba tirado cerca de la puerta, Aelor permanecía al lado de su tío para previnir un posible colapso, Aegon se estaba ahogando en vino más de lo normal, Daeron no paraba de arrancarse la piel de los dedos incluso si seguía sangrando, Aemond no despegaba su frente de la puerta y podía verse una pequeña lagrima salir de su único ojo sano mientras seguía susurrando para él mismo.

Viserys no sabía de dónde había encontrado fuerzas para levantarse, pero apenas se enteró que su tía fue atacada y herida logró levantarse de la cama e ir a verla aunque al ver a los demás afuera de la habitación sin decir una sola palabra temió peor, le rezaba a los Dioses que ella sobreviviera de aquella situación ya que no soportaría perderla a ella también.

Cuervos fueron enviados inmediatamente a Dragonstone, Driftmark y Volantis, para cuando Saera, Rhaenys, Daemon y Helaena se enteraron de la noticia montaron a sus dragones y de dirigieron inmediatamente a Desembarco del Rey, querían estar con ella y esperaban que realmente no muriera sin darles al menos la oportunidad de despedirse, aunque deseaban que ella sobreviviera a sus heridas.

Los Maestres estuvieron durante horas tratando de salvar a Nae, pero simplemente ella dejó de moverse y de respirar, su corazón simplemente se detuvo al igual que su pulso así que la declararon muerta, su cuerpo yacía inerte con su sangre esparcido por toda la cama, todos los presentes lloraban su muerte y se sentían completamente inútiles e impotentes por no poder salvar la vida que tanto admiraban.

El Maestre Mellos salió de la habitación y casi toda la familia se acercaron a él atacandolo con un sin fin de preguntas, pero permaneció en silencio hasta que dijo las palabras que tanto le costaba pronunciar.

Gran Maestre Mellos-- Falleció... La Princesa Naekara Targaryen.. Lamentablemente nos ha dejado.

Gritos desgarradores invadieron en toda la Fortaleza Roja, Vaegon perdió fuerzas en sus piernas y se derrumbó por lo que gracias a Aelor no llegó a golpearse contra el piso, Viserys no se quedó atrás que si no fuera por Maegon que llegó en ese momento él se hubiera golpeado violentamente, el resto se quedó estático sin poder creer las palabras del Maestre, Aemond no podía y no quería por lo que empujó al viejo hombre y entró a la habitación para luego ver el frío cadáver de su amada Princesa.

La Sangre LlamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora