Capítulo 33. Solo mía.

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*DIAS DESPUÉS*

Ya estábamos primero de diciembre.

Había pasado una semana desde que Gavi no paraba de venir a mi casa.

Todos los días.

Trayéndome helados, chocolates. Pastillas, mascarillas. De todo.

Y yo me moría de ternura al verlo.

Se preocupaba mucho por mi.

Aunque yo todos los días le decía que solo estaba con la regla, no enferma.

Pero a él le daba igual.

Ya la semana había pasado y la regla se me había ido.

Justo hoy.

Pero el no sabía.

Así que hoy, como íbamos a salir a comer.
Aprovecharía el momento para estar juntos de nuevo.

Lo extraño mucho, esta semana sin tener sexo con el lo había pasado mal.

Me puse un vestido ajustado al cuerpo, y tacones.

Me planche el cabello y me maquille.

Cuando estaba lista, esperé a que viniera.

Que por cierto, se había sacado el carnet de conducir.

Cuando me lo dijo me quede sorprendida y sin creerlo, pero un día fuimos juntos a un entrenamiento y para ser verdad, conducía muy bien.

Bueno, todo lo hacía bien.

Unos minutos después me llamo diciendo que ya estaba afuera.

Así que cogí rápidamente mi bolso y salí disparada al piso de abajo.

Me despedí de mis hermanos y salí de casa.

Gavi estaba apoyado en el coche, con los brazos cruzados.

Joder, estaba guapísimo.

Vestía todo de negro. Pantalones, camisa.

Puff.

Me acerqué y lo rodeé con mis brazos.

Para luego fundirme en sus labios.

Sonrió y me apretó de la cintura.

—Estas preciosa— sonrió cuando nos separamos

—Tu estas guapísimo— junte nuevamente nuestros labios

Me valía madres la prensa.

Que se inventen lo que quieran.

—Vale, vámonos. Que luego llegamos tarde— se separó, dejando un último beso

Asentí y el me abrió la puerta de copiloto para que pueda entrar.

Sonreí ante eso.

No podía será más bueno.

Llego a su lado de conductor y empezó a conducir.

No sin antes poner su mano en mi muslo.

Dando uno que otro apretón mientras conducía.

Llegamos a un restaurante un tanto alejado de Barcelona y bajamos del coche.

—Que monada, este restaurante es monísimo.

El sonrío y llevó sus manos a mi cintura.

—Lo he alquilado solo para nosotros.— dejo un beso en mi hombro—. La pasaremos increíble amor.





















Efímero - Gavi²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora