Capítulo 37. ¿Estas trabajado?

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Sin darme cuenta, ya había pasado tres días desde que estaba aquí en canarias.

Hoy me regresaba a Barcelona.

La navidad la pase más o menos.

Mi mamá intentaba darme ánimos.

y bueno, mis hermanos también.

Gavi no sabía nada, cuando llegue a Barcelona se lo dire.

El también volvía hoy. Pero por la madrugada.

Recogí mi habitación mientras Alejandra también me iba ayudando.

Ella se quedaba más tiempo.

Entre las dos terminamos más rápido, cogi un chándal y una sudadera ya que hacía frío.  

No me maquille, por lo que seguro andaba con cara de muerta.

Almorcé con mi familia.

Luego me tuve que ir despidiendo de cada uno.

Mi madre me dio un fuerte abrazo y dijo que siempre contará con ella, y que luego de una semana me iba a visitar.

Cogí las maletas y las puse en el coche de Adrián.

—Espero que vuelvas eeh— sonrío

—Si, volveré.

Asintió y pasó su brazo por mis hombros.

Al poco rato llegaron mis hermanos y nos montamos al coche.













*HORAS DESPUES*

Suspire y me acosté larga en la cama.

Como la extrañaba.

Había llegado hace unos minutos.

Eran las siete de la noche.

y Gavi llegaba en seis horas.

Mis hermanos ya se habían ido a su cosa.

Ya que también estaban cansados.

Apague todas las luces y me puse mi pijama.

Intentaría dormir un rato.

Pero no pude ya que una videollamada entrante de mi novio hizo que vuelva a coger el móvil.

—Como estás amor— me miro por la pantalla

—Estoy bien. ¿Tu cómo estás?

—Uff cansado, tengo como tres maletas de llevar. Ya sabes, mi familia me han dado un montón de cosas. Y todas son para ti— bufo y yo solté una risita

—Tu familia me quiere más que a ti.

El rodó los ojos y yo solté otra risa.

—En unas horas cogemos el vuelo, ¿tu ya estás en el departamento?

—Si amor.

Asintió y se quedó mirándome.

Estuvimos un rato más hablando hasta que tuvo que colgar ya que iba a cenar.

Yo apague de nuevo todas las luces y me acosté en la cama.

Sin darme cuenta me quede dormida.

[...]

Estaba tranquilamente durmiendo, hasta que sentí como alguien me abrazaba.

Me queje ya que estaba cómoda.

—¿Ya has llegado?— murmuré ronca, estaba más dormida que despierta

—Si amor, he llegado hace unos minutos.

Efímero - Gavi²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora