Hurt - bbangsaz

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Al día siguiente preparé una pequeña mochila con todo lo necesario y saliendo de su casa fui directo a la gasolinera cerca de la casa de Hanni y las espere ahí fumando el ultimo cigarrillo de la cajetilla.

—¿Fumando tan temprano?— sentí unas manos apoyándose en mis hombros y me di la vuelta —Hola Kim.

Baje de mi motocicleta y apague mi cigarro

—Hola Elfo— Despeiné su cabello y frunció el ceño haciendo un puchero.

—¡No hagas eso!— golpeó mi hombro y yo reí.

—No seas llorona— peine su cabello de nuevo —¿Dónde están Danielle y Haerin?

—Seguro besuqueándose en su auto. Estoy segura que en cuanto baje de ese auto comenzaron a comerse a besos.

—¿Hacemos lo mismo?— bromeé y me acerqué a ella para molestarla.

—Claro que no animal— se hizo a un lado —Ven, quiero comprar algo antes de irnos— entro a la tienda y fui tras ella.

Aproveche para tomar unas cosas yo y fuimos a pagar.

—Me da una cajetilla de cigarros por favor— la cajera cobro los cigarros y los echo a la bolsa.

—Espera mi papá me está llamando. No vayas a pagar, yo lo haré. Si lo haces te mato— Hanni se perdió entre los pasillos

—¿Cuanto va a ser?

—¿Junto con lo de la señorita?

—Si.

—Serían 14,000 wones— Saque mi billetera y lo pague.

—Listo— dijo Hanni acercándose —¿Cuanto va a...—

—Vámonos—Dije tomando la bolsa y salí de la tienda.

—¡¿Pagaste?!

—Si.

—Pero te dije que yo lo haría— tome el casco y se lo puse —¿Iré contigo?

—¿Prefieres ir con Haerin y Dani?

—No.

—Entonces sube.

—Dame tu mochila y las cosas, las echaré al auto de Dani para que estés cómoda— le entregue mis cosas y corrió al auto de Danielle.

Subí a la moto y la encendí.

—Debería comprarte un casco, ese se te ve demasiado grande— dije cuando volvió.

—Tienes razón, pero será exclusivamente mío, ninguna otra chica lo puede usar.

—Claro claro.

—Lo digo en serio.

—Yo igual. Ya sube a la moto enana.

—Idiota— subió a la moto y abrazó mi cintura —Sigue el auto de Dani.

—Sostente bien— salimos de estacionamiento y dimos camino al bosque.

—Esto es extraño.

—¿Qué?

—Tu y yo conviviendo. Iremos a acampar y dormiremos juntas por dos días— se sostuvo con más fuerza de mi cintura cuando acelere un poco —Es raro porque hace unos días estábamos discutiendo e incluso te golpee.

—Las cosas pueden cambiar de un día para otro.

—Lo sé pero fue algo qué pasó muy rápido. Fue un cambio grande pero me gusta.

—Extrañamente a mi también me agrada.

—Admite que te encanta, no pasa nada.

—Ya, tampoco no te emociones demasiado. Más bien admite que te empiezo a gustar.