El mar, el cielo y tú - Freenbecky AU

XII

Después de pasar gran parte del día en la playa, tuvimos que volver a la escuela. Ni Irin ni Richie, quienes nos esperaron, pidieron explicaciones, aunque el día siguiente seguramente tendríamos que darlas en la dirección, pero era algo de lo que no me preocupaba, me había arriesgado, todo valía la pena, un castigo por romper un par de normas era nada al lado de tener la suerte de estar con Freen.

Richie guardó el secreto en casa, el martes en la mañana de camino a la escuela me di cuenta que quiso preguntarme algo, pero decidió cambiar el tema para hablar de Irin. Australia había hecho que los hermanos Armstrong se enamoraran, pensé al ver la emoción en su mirada por haber compartido con ella la tarde anterior mientras yo estaba escapada.

En la entrada de la escuela, perfecta como siempre, estaba Freen, sentada sola en un banquito cerca de donde dejaba su bicicleta todos los días. Un par de chicas pasaron hablando a mi lado, a diferencia del día anterior, los murmullos no tuvieron importancia, las voces y todo nuestro entorno estaba en mute, Freen y yo nos mirábamos como si solo existiéramos nosotras en ese instante.

Richie se dio cuenta que yo no estaba presente para otra persona que no fuera Freen, así que prefirió dejar de hablar y dejarme sola. Sin romper el contacto de nuestras miradas, comenzamos a caminar la una hacia la otra, como imanes destinados a unirse. Verla a los ojos se volvía una caricia al alma. Cuando estuvimos tan solo a dos pasos de distancias, nos quedamos de pie frente a la otra, yo estaba perdida en su mirada sin saber qué decir, todo había quedado dicho el día anterior.

⸻ Hola ⸻ dijo Freen en un tono suave, comenzando a sumergirnos en nuestro mundo.

⸻ Hola ⸻ respondí con una pequeña risa nerviosa, ella lograba conmover cada parte de mí con tan solo estar ahí.

Después de la conversación y los recuerdos en la playa, no sabía cómo debía actuar. Nos gustamos, había quemado claro, pero ¿Seguíamos siendo amigas?¿Debíamos etiquetarnos?¿Qué pasaría con los demás en la escuela? Aunque no tenía muchas cosas claras, estaba segura mientras ella siguiera viéndome con sus brillantes ojos llenos de vida, se volvía la luz del día, la luz de mi vida.

Sin embargo, todas mis dudas fueron apaciguadas en un segundo. Freen tomó la iniciativa, llevó su mano a la mía y sus dedos buscaron los míos y se entrelazaron como si fuera su instinto más natural . Miré su mano con la mía, como muchos más a nuestro alrededor. Por un instante me sentí en mi propio K-Drama, todo estuvo en cámara lenta y en mi mente la banda sonara era Daylight de Taylor Swift.

Sin dudarlo, apreté su mano, íbamos a hacerlo. Nos vimos unos segundos más, ambas estábamos de acuerdo con lo que queríamos, no hacía falta decirlo, solo debíamos vivirlo. Entonces, siendo el centro de atención y más murmullos, caminamos seguras por los pasillos, no importaban los demás, ni sus miradas ni sus comentarios; solo me importaba que Freen sonreía y sostenía mi mano, estábamos juntas.

Nadie disimuló en vernos con asombro, los rumores se esparciría como el fuego con combustible, por todos lados posible. Si hubiera estado sola, quizás correría a esconderme; pero sabía que a partir de ese instante jamás volvería a estarlo, estaba segura a su lado. Sintiéndome confiada caminé como si se tratara de una pasarela, exhibiendo al mundo que estaba con la chica más hermosa y nada de lo que dijeran o hicieran los demás dañaría nuestra felicidad, solo nosotras podríamos manejar la narrativa de lo sucedido.

Freen me acompañó hasta la puerta de mi salón, ella tenía clase en el mismo piso, pero al lado contrario. Me apoyé del marco de la puerta ahora tomando su otra mano, la verdad es que no quería entrar a clases, pero la campana estaba a nada de sonar. No quería decir nada porque terminaría en la breve despedida que tendríamos que hacer durante nuestras clases, aunque la verdadera razón era que aún seguía incrédula de lo que estaba pasando, creía que podía estar soñando después de tanto alcohol.