El día anterior le había dejado un sinfín de emociones entremezcladas. Estaba absorto en sus pensamientos, recapitulando cada acción tomada, cada palabra que decidió utilizar. Estaba tan concentrado que pasó la mayor parte de la jornada laboral desconectado de su alrededor, haciendo las cosas más por monotonía que por elección. Estaba dando tantas vueltas a los acontecimientos para obtener una respuesta satisfactoria a la redundante pregunta: "¿estuvo bien lo que ocurrió ayer?".
Estaba sumamente confundido, pero, luego de mucha introspección, había descubierto lo bien que estaba sobrellevando su estado de ánimo. Por mucho tiempo había temido que, al tener interacciones con personas nuevas, acabaría en un rotundo desastre. Siempre se había imaginado los peores escenarios: él entrando en pánico o sucumbiendo ante la depresión, pero había sido agradable pasar el rato con Huening Kai... No iba a mentir, su cabeza tenía un lío complejo, más estaba siendo mejor de lo que suponía.
¿Era gracias a que Huening había sido amable y comprensivo desde el primer momento, o él estaba avanzando positivamente?
"Puede que sea ambos", analizó Yeonjun. Y esa fue la primera pregunta que había podido contestar satisfactoriamente. Sonrió gracias al logro, y como mero reflejo llevó la mirada hacia sus manos; era un hábito que adoptó para darse ánimos. Transcurrieron unos segundos en donde halló satisfacción por conseguir acallar aunque fuera una de las molestas voces en su cabeza. Fue un largo lapso en el que estuvo observando el magenta de sus guantes favoritos, ni siquiera se percató de que su compañero había aparecido en la oficina.
Por otro lado, Kai había regresado después de una reunión que tardó más de lo que podía soportar. Estaba fastidiado, sobre todo porque, cada que alguien tenía la oportunidad, lo exponía maliciosamente contando el "más reciente error" que había cometido. Sin importar que fuera uno de los encargados en la empresa, seguía siendo de los más jóvenes, así que terminaba siendo víctima de las jerarquías. Se le aunaba la semilla de envidia bien plantada entre los demás empleados dado a sus conexiones, por lo que el joven, por más que se esmeraba en mantener la compostura, acababa drenando su energía. Ante las miradas de sus superiores permanecería impasible, forzando una expresión alegre, pero apenas tuviera la privacidad de su oficina acabaría totalmente abatido.
Aunque esa ocasión fue distinta, no iba a poder estar completamente solo. Había olvidado que en el presente compartía su sitio de trabajo, así que se sobresaltó un poco apenas miró a Yeonjun. Entonces se percató de que estaba observando fijamente sus guantes, mientras sonreía...
Huening Kai estaba congelado. Sabía que mirar detenidamente a alguien era de mala educación, pero estaba tan hipnotizado que perdió la lucha contra la voz de la razón. En verdad le parecía una de las personas más atractivas que jamás había visto. Estéticamente reunía ciertas cualidades que eran de su gusto: cabello lacio, oscuro, y sedoso; ojos finos e intrigantes; labios demasiado únicos, curvados de una forma preciosa. Físico, y presencia atrapantes. No estaba bromeando cuando comentó que era reacio a comenzar una conversación con algún desconocido, pero al momento en la que se cruzó con Yeonjun, nada en su sistema funcionó de manera esperada.
Esa era la primera ocasión en la que vio su sonrisa. Era leve, un rasgo casi invisible, pero era como descubrir una nueva galaxia en el vasto universo. Estaba encantado. La abrumadora necesidad de ser espectador de esa expresión iba más allá de una simple atracción estética, Kai se estaba dando cuenta.
Al rubio le dolió el alma por tener que explotar esa burbuja que envolvía a su compañero, deseaba que durara para siempre. También le causaba un poco de tristeza el no saber qué (o quién) había provocado que Yeonjun lo bendijera, aunque fuera indirectamente, con su sonrisa. Pero pensó que sería adecuado hacer que se percatara de su presencia para no incomodar. Con la intención de hacerse notar, se aclaró la garganta sonoramente, logrando su cometido. Yeonjun dio un brinquito en su asiento, de inmediato se llevó las manos detrás de la espalda para así evitar que fueran el foco de atención.
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Loss |YeonKai|
FanfictionAl cumplir los veinte años aparece una marca en el cuerpo: la inicial del nombre de tu alma gemela. Yeonjun descubrió que jamás encontraría a su alma gemela.