Lover

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Huening Kai poseía la tendencia a vivir las emociones de manera apasionada. Nunca lo vio como un problema realmente, aprendió a abrazar esa parte de su personalidad y a mirarla como una dote, sin embargo, lo que no podía controlar era que también experimentaba muy profundamente las emociones ajenas; estas, inevitablemente se entremezclaban con los del joven, así que la felicidad de sus seres cercanos se volvía la suya, pero la tristeza, el enojo, y el miedo también.

Si percibía que su madre tenía ciertas preocupaciones, él movía mar y tierra para apoyarla; si su hermana menor estaba triste por fallos académicos, el muchacho se dedicaba a ayudarla aunque tuviera que desvelarse en el proceso, y los pesares del futuro de la empresa de su padre se volvieron la mayor inquietud de Kai. En todo momento se encontraba en medio, siendo receptor de las quejas de su familia, lidiando con la tarea de ayudar a todos pero sin jamás recibir ayuda. Siempre portando el papel de confidente y sonriendo con seguridad, pero llorando a escondidas.

Cuando su hermana mayor obtuvo la marca, estaba totalmente ilusionada de hallar a su otra mitad, era de las personas que desesperadamente habían aguardado por el día del gran encuentro. De inmediato fue contagiado por la felicidad que ella sintió, celebró su anhelo y le deseó lo mejor en su búsqueda. Pero, cuando no hubo suerte en los primeros meses, la mujer comenzó a entrar en un vórtice de impaciencia, y Kai fue quien estuvo allí para amortiguar el golpe.

Porque si, el mundo regido por las almas gemelas era una fantasía para todos. Ha hecho maravillas, obsequiaba alegrías que normalmente no se podrían alcanzar, era dador de uniones únicas e irremplazables, pero nada es perfecto.

¿Cuál es el origen? ¿Fuerzas del universo, energía proveniente de la naturaleza, el inmenso deseo del ser humano volviéndose magia? ¿Un dios? Sin importar la respuesta, pensar que esta ley era impecable, era demasiado iluso.

Los factores varían en cada persona, hasta en cada cultura y país. Solo se cuenta con una letra, lo demás es una mezcla de suerte y probabilidades. Puede ser un vecino, o puede que sea necesario viajar a otro continente para conocerse. Tal vez residan en la misma ciudad, pero si los tiempos no coinciden, jamás podrán cruzarse. En ocasiones el lazo es sumamente poderoso haciendo que, desde antes de la aparición de la marca, el azar pusiera a estas dos personas en el mismo lugar; en cambio, hay quienes tardan hasta una década para que se dé el encuentro.

Existe una constante atracción que estará jalando los dos extremos del hilo para que se unan, sin embargo, el hilo no siempre está tensado y libre de nudos.

El amor no es algo que deba tomarse a la ligera. El amor es salvaje, es un misterio, y es necesario despojarse de los miedos que lo conllevan para no caer ante la soledad.

Kai lo había entendido. Amaba a su familia con todo su ser, y, por eso mismo, lo mejor era distanciarse un poco. Cuando se dio cuenta de que estaba perdiendo de vista sus propias emociones, y la ansiedad de su hermana se estaba volviendo suya, decidió dar un brinco de fe persiguiendo el significado real del amor.

Descubrió, luego de una que otra experiencia, que lo romántico se le daba fatal, por lo que prefirió dejarlo como un tema interrumpido para un futuro cercano, en cambio, encontró mucha más satisfacción en hallar paz consigo mismo. Desde lo físico, hasta lo espiritual, Kai estaba comprometido en conseguir apreciar cada elemento que lo conformaban como persona. Quiso priorizarse como nunca había hecho, alimentando el amor propio mediante mucho trabajo e introspección.

Era complejo, porque mantener una fachada ante la sociedad resultaba un requisito esencial para sobrevivir, no faltaban las ocasiones donde perdía de vista el verdadero objetivo, pero conforme avanzaban sus esfuerzos, obtenía distintas perspectivas que al final de cuentas lo volvían bastante sabio a pesar de su corta edad. En pocas palabras: Kai era feliz. Feliz de poder formar su identidad, feliz de la mejoría en la relación con su familia, con su empleo, y con la gente que lo rodeaba, aunque, un día, tuvo el deseo de querer compartir su felicidad.

Loss |YeonKai|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora