Rainy Day

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Enid se despertó por los golpes en la puerta de su habitación, se sentía cansada. Cuando estuvo más consciente recordó el día de ayer. Caminar bajo una tormenta podría ser desde ahora una de sus actividades favoritas, solo si estaba acompañada por Wednesday.

—Pasa— Enid se estiró y se sentó apoyando su espalda en la cabecera de la cama.

—Buenos días Enid— Wednesday la saludó, ya estaba vestida con su típico atuendo.

—Buenos días Wends... — Se cubrió la boca mientras bostezaba.

—Te perdiste el desayuno— Se sentó en la cama.

—¿Ah? No creo que sea tan tarde.

—Ya es mediodía.

—¡No puede ser! — Enid revisó la hora en su reloj de pulsera. — Tienes razón, no acostumbro a dormir tanto.

— Creo que nuestro picnic y la caminata bajo la lluvia te agotaron.

—¿A ti también?

—No, me levanté a mi hora acostumbrada.

—Supongo que tendré que esperar hasta la hora de almuerzo.

—No creo, de seguro debes tener hambre, mi padre te ha guardado lo que sea que preparó para el desayuno.

—¡Oh!, Tienes que decirme que es — La miró expectante.

—Es mejor que lo averigües por ti misma— Wednesday se levantó de la cama y salió de la habitación de Enid.

Enid rápidamente se levantó y fue hasta el baño para darse la ducha más corta de su vida. Wednesday tenía razón, sentía mucha hambre. Vistiendo con pantalones azules y un suéter de color rosa y peinándose con una cola de caballo. Casi corrió por los pasillos y escaleras hasta llegar a la cocina.

—Wends... — Enid pensaba que estaría sola comiendo el desayuno tardío, así que verla sentada en el mismo puesto de siempre, fue una sorpresa.

—Si te quedas ahí, de seguro se enfriará la taza de chocolate caliente.

Enid fue de inmediato a sentarse junto a Wednesday y vio que había; tostadas francesas, huevos y salchichas, acompañadas por un plato de frutas. Sin esperar ni un momento más comenzó a comer para saciar su hambre.

Wednesday pensó que tal vez había escogido el lugar equivocado de la mesa, quizás cuando tendría la oportunidad de observarla directamente comiendo con tanto entusiasmo.

Solo bastaron 10 minutos para que Enid comiera todo lo que Wednesday le había preparado cuando salió de la habitación.

—Gracias Wends, todo estaba delicioso— Le dio el último sorbo a su chocolate que para su sorpresa estaba tal como a ella le gusta.

—Me alegra escucharlo— Se puso de pie para retirar los platos.

—Espera, puedo lavarlo, es lo mínimo que puedo hacer por quedarme dormida.

Wednesday volvió a sentarse en otro lugar de la mesa para estar más cerca de Enid.

—Bien, ahora ¿qué haremos? — Enid se mantuvo de pie cerca de Wednesday.

—Deberíamos ir a la sala de música para seguir con los ensayos hasta la hora del almuerzo.

—Buena idea— Las dos salieron de la cocina y fueron hasta aquel lugar.

Enid había visto por una de loas grandes ventanales que tenía aquella sala, que estaba lloviendo, pensó que solo había sido por la noche.

— Es un maravilloso día— Wednesday se acercó hasta donde estaba Enid.

Flufftober 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora