Confession

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Wednesday esa noche se abstuvo de continuar con su novela, después de recibir las amenazas de Enid. Su mano debería curarse completamente antes de volver a sentarse frente a su máquina de escribir. Intentó convencerla, pero Enid estaba muy firme en su decisión incluso aquella advertencia estuvo acompañada de las garras multicolores de Enid.

Esta acción la maravilló igual que la primera vez. Wednesday pensó que Enid estaba coqueteando con ella, en vez de darle a entender que si la desobedecía traería malas consecuencias. Wednesday finalmente le dijo que hasta el lunes volvería a escribir, Enid añadió que debería ir a la enfermería ese día.

Ahora que estaba acostada y leyendo la Divina Comedia, Canto duodécimo del Infierno de aquel que se sitúa en el primer giro del séptimo círculo, sobre el río Flegetonte, donde son castigados los violentos contra el prójimo. Uno de los favoritos de Wednesday.

Enid fingía que estaba enviando mensajes de texto, cuando solo podía recordar la sensación de la mano de Wednesday entre las suyas era suave. Enid inconscientemente volvía a tocar con sus dedos la zona de su mano que sostuvo la mano herida de Wednesday.

Antes de dormirse, le envió un mensaje de texto a Yoko, solo para confirmar que mañana estaría ocupada y que no podría ir con ella hasta la ciudad. Mañana tiene que ser el día. Enid tomó una decisión, dejaría de ser una cobarde y obtendría el valor suficiente para confesar sus sentimientos a su compañera de habitación, porque está segura que es correspondida.

Se acomodó para dormir mirando a su pared iluminada por sus luces multicolores y llena de peluches, deseó que las ideas no fueran no tan clichés se le aparecieran en el sueño para su confesión. Si no puede recurrir a las típicas escenas que aparecen en cualquier película romántica.

Wednesday se despertó hace media hora, sin embargo, permaneció mirando su techo y pensando una vez más en los planes para ese día. Comenzaría con lo más fácil, preparar el desayuno para Enid, en ese momento le preguntaría si la acompañaba en la tarde, le inventaría que tenía que ir al bosque, dado que ayer no pudo y tenía que cumplir con una tarea que le encomendó Eugene.

El bosque será perfecto. Wednesday sintió que el dolor de su mano disminuyó bastante. Al desenrollar la venda comprobó que la zona afectada se deshinchó, por ahora no usaría la venda. Agarró una de sus toallas y fue hasta el baño, mirando de reojo la figura dormida de Enid, cerró la puerta sin hacer el menor ruido.

Enid que también se había despertado y que en la noche apenas pudo dormir de lo emocionada que estaba. Revisó su teléfono, Yoko le respondió con un simple sticker. Tendría todo el día libre. ¿Wends querrá pasar toda la tarde conmigo? Se preguntó, porque en la mañana se prepararía y escribiría una confesión para memorizar o solo le entregaría una carta, todavía estaba indecisa por el medio de comunicación que emplearía para tal evento. También solo puedo decirle que me gusta. Enid esperaría hasta que Wednesday saliera de la habitación para levantarse.

Wednesday apoyó casi todo el peso con su mano izquierda, se demoró unos minutos más en la cafetería, porque sus movimientos fueron más lentos al hacerlos con su mano izquierda, pero quedó conforme con el resultado.

La puerta la había dejado entreabierta, así que solo tuvo que empujarla con un pie, porque no sabía a donde estaba Thing a esas horas de la mañana, ya le preguntaría cuando lo viera.

Cuando entró vio que Enid no estaba en su cama, dejó la bandeja en su escritorio y la esperó.

—Buenos días Wends — Enid se acercó a su roomie.

—Buenos días Enid — Se dio la media vuelta para saludarla.

Enid al ver que Wednesday había traído el desayuno le dijo — Tenías que haberme despertado, podría haber ido yo a buscarlo.

Flufftober 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora