Birthday Surprise

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Yoko estaba sentada con sus piernas cruzadas en su cama mientras bebía una bolsa de su sangre favorita y veía el manojo de nervios que era su amiga Enid, la que estaba caminando en círculos en la habitación del vampiro. Yoko se rindió hace 10 minutos en conversarle y asegurarle que todo saldría bien, sin embargo, su amiga no quiso escucharla.

—Enid — Intentó por cuarta vez llamándola por su nombre.

Enid murmuraba palabras inentendibles.

—Cachorro — Yoko sabía cuánto Enid odiaba ese sobrenombre. La situación ameritaba que la llamara de esa forma, que a juicio de Enid era denigrante para cualquier hombre lobo.

—¡YOKO! — Enid detuvo su andar y fue hasta donde su amiga para enfrentarle y decirle por millonésima vez que odiaba ese estúpido apodo.

Sonriendo ante el resultado de su atrevido llamado mantuvo su acostumbrada calma.

—Enid tienes que estar tranquila, todo saldrá bien.

—Es que debe ser perfecto— Se sentó junto a su amiga, mientras se tapaba la cara con ambas manos.

—Lo será, llevas planeando esta fiesta desde que llegaste de tus vacaciones de verano — Yoko sabía todo el itinerario que había confeccionado Enid para aquel día tan especial — Además todavía faltan 5 días, no estes nerviosa.

— Ya te dije, no puede haber fallas, no cuando...

—¿Cuándo qué? Enid esto no es una petición de matrimonio o ¿sí? — Bromeó descaradamente.

—Ma..trimo...nio — Enid se dejó caer de espaldas y amortiguó su grito con su antebrazo.

— Te saltarías varios pasos, porque aún no puedo creer que viviendo con Addams por cerca de dos meses no hayas sido capaz de confesarte— Yoko estaba segura que esa invitación no era para una simple amiga por parte de Wednesday. Creía que al fin ambas se confesarían y su relación sería de amantes, no de amigas cercanas.

Enid se quedó mirando el techo — No era el lugar ni el momento adecuado, ¿cuántas veces tengo que repetir lo mismo?

—Las necesarias para que te des cuenta que perdiste tiempo valioso.

— Bien en el caso que me hubiera confesado — Enid recordó el cuento que había inventado acerca de una pequeña Wends y una estrellita, personificada por ella. Eso era una confesión indirecta, pensó. — Si me hubiese rechazado tendría que haber regresado a San Francisco.

—¿Y si te aceptaba? y ¿corresponde tus sentimientos? —Yoko la miró, bajando sus redondos lentes y dejando ver sus pupilas rojas.

—De eso no puedo estar segura.

— ¡Por dios Enid!, durante todo el tiempo que la conocemos, tú eres la única persona que puede estar en un radio menor a un metro. Además de que puedes tocarla, abrazarla y a la única que invitó a su maldita mansión. ¿Acaso esas no son suficientes pruebas para decir que también te quiere y no como amiga?

—Peinarla, recuerda que también pude trenzar su cabello. — Enid sonrió ante el recuerdo y se sonrojó.

Yoko exhaló fuertemente — ¿Lo ves?, hasta eso tienes permitido, solo eres un lobo miedoso.

Enid sabía que su amiga tenía razón, lo único que impedía que se confesara es que no podría soportar el rechazo de Wednesday sería demasiado incomodo estar en la misma habitación, así que prefirió no arriesgarse, además sabía que su roomie no estaba interesada en nadie y ella tampoco estaba emparejada, así que hasta el momento disfrutaba de la situación.

Flufftober 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora