Bed Sharing

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Enid vio que Wednesday seguía en la misma posición, bastante incómoda y dudando si dormir juntas, se quedó cerca de la cama, en esta ocasión no tomó ninguna fotografía, solo viviría en sus recuerdos.

—Enid, ¿te quedarás ahí toda la noche? — Preguntó una somnolienta Wednesday.

—Sí... no... no sé... — Tartamudeó mientras se agarraba sus manos.

— Creo que te dije que no te fueras — Wednesday se estaba acomodando para darle el espacio suficiente a Enid.

—Lo escuché, pero pensé que quizás estabas soñando... o teniendo una pesadilla — Enid todavía estaba indecisa si aceptar aquella invitación, porque sabía que sus hábitos para dormir eran muy distintos.

—Solo había cerrado por unos momentos los ojos, lo que te pedí lo dije en serio, además — Vio el pijama de Enid — Creo que aceptaste mi invitación— Wednesday quería decirle que fue más una orden que una petición.

— Si te parece bien, pues... — Enid fue a apagar la luz, agradecía que su vista estuviera mejorada después de su transformación a hombre -lobo.

Enid se acomodó en el espacio que le había dejado Wednesday, dejando una mínima distancia entre sus brazos.

—¿Estás cómoda? — Wednesday por un momento se imaginó que Enid estaría mirándola, pero no, ella tenía la vista apuntando hacia el techo.

—Sí, estoy bien — Enid no recordaba la última vez que estuvo tan nerviosa, los latidos de su corazón habían aumentado considerablemente y estaba segura que sus mejillas están sonrojadas, porque puede sentirlas que están más cálidas.

— No te creo, si quieres puedes volver a tu habitación — Wednesday por una extraña razón o quizás porque aún se sentía enferma no quería estar sola.

— ¡De verdad quiero estar aquí! —Lo dijo con firmeza — es solo que... — Enid quería decirle que eso era uno de sus sueños que pensó que jamás se haría realidad.

—¿Solo qué, Enid? — Wednesday pensó que quizás estaba leyendo mal las señales que le estaba enviado Enid, pero había comprendido muy bien el cuento que le relató cuando contemplaban las estrellas.

—Estoy nerviosa — Admitió con valentía.

—¿Nerviosa?, pero si hemos compartido habitación por más de un año, no somos desconocidas.

Enid una vez más se abstuvo de decirle lo mucho que le gustaba, que esto significaba mucho para ella. — Lo sé, es solo que nunca me imaginé que podríamos compartir una cama.

— No entiendo, me cuentas que has dormido con Yoko y no tuviste ningún problema — Se quedó en silencio por un momento — Quizás valores más la amistad con ella que conmigo.

—¡NO! — Dijo con un tono de voz más elevado — Eres mi mejor amiga... eres la persona que me gusta. Pensó lo último, casi se confiesa.

— Entonces, no veo el motivo para tu nerviosismo — Wednesday estaba segura que Enid nunca se había mostrado inquieta en su presencia, ni siquiera el día que se conocieron.

— Es solo que respeto mucho tu espacio personal. — Enid sabía que esa afirmación era completamente falsa.

—Enid, eso es una absoluta mentira, desde que nos conocimos has estado dentro de mi espacio personal — Recordaba perfectamente cuando le dio el recorrido por Nevermore lo juntas que siempre caminaron y todas las veces que Enid le ha agarrado el brazo, tomado las manos o abrazado.

— Si bueno, está bien te diré... — Enid tenía la excusa perfecta — Tengo muy mal dormir y quizás pueda pegarte una patada o darte un golpe en la cara con mi mano — Sabía que tenía malos hábitos cuando se encontraba durmiendo con otra persona, porque Yoko fue capaz de botarla de la cama en su primera pijamada.

— Si quieres puedo pedirle a mi madre que te de alguna de sus medicinas para que duermas mejor — Wednesday haría hasta lo imposible para dormir esta noche junto a Enid.

— No, no quiero molestarla, pero si te fastidio en la noche, por favor, no me botes de la cama, si me despiertas me iré a mi habitación — Solo permitió una vez que Yoko la empujara fuera de la cama, si Wednesday lo hacía, sería un rechazo indirecto.

— Estoy de acuerdo, ahora solo relájate y podrás dormir cómodamente — Wednesday cruzó sus brazos por encima de su pecho —Buenas noches Enid— Cerró sus ojos.

—Buenas noches Wends... — Enid estaba segura que demoraría en dormirse.

Los minutos se transformaron en horas y Enid estaba inmersa en un sueño ligero, siempre despertándose para no molestar a Wednesday. Se quedó dormida de lado, mirándola.

— ...id... Enid... — Susurró Wednesday.

Enid se despertó de un sobresalto.

—¿Sí?

—Tenías una pesadilla. — Se levantó para encender la lámpara de su mesita de noche.

—No lo recuerdo bien — Enid solo podía la sensación de angustia en su pecho.

— Estabas gritando y... — Wednesday acercó su mano hasta la mejilla donde estaban sus cicatrices, para secarle las lágrimas.

—Oh, lo siento por despertarte — Enid se sitió avergonzada ante el gentil gesto de Wednesday.

— No te preocupes — Wednesday se había despertado preocupada por los lamentos de angustia de Enid e hizo todo lo posible para que saliera de ese lamentable estado.

—Si quieres me voy a dormir a mi cama — Enid estaba levantando la sábana cuando Wednesday la detuvo.

— No será necesario, queda un par de horas para que amanezca, además, ¿no prometiste cuidarme? — Estaba dispuesta a todo solo para que Enid se quedara junto a ella.

—Lo siento Wends, lo había olvidado — Enid se reacomodó en la cama.

—Bien, volvamos a dormir — Apagó la luz y volvió a acostarse en su acostumbrada postura.

Enid antes de dormir, recordó un fragmento de su pesadilla. Era una imagen que siempre la hacía sentir angustiada. Wednesday siendo asesinada por el Hyde y ella siendo incapaz de evitarlo, pues solo era una simple humana, que solo podía sacar sus garras. Así que para deshacerse de la angustia, se acercó a Wednesday e inspirando su característico aroma; una mezcla de tinta y café, se durmió.

Wednesday se despertó porque sintió una calidez en su pecho y unos brazos que la rodeaban. No experimentó el desagrado antes la posición comprometedora e íntima en la que se encontraba con su amiga.

Porque es mucho más que eso — Wednesday había confirmado durante los últimos días que Enid era la persona de la cual estaba enamorada y sonrío ante el pensamiento de lo opuesto que eran sus personalidades, pero también recordó lo que Enid le había dicho. Porque funcionamos, no deberíamos, pero lo hacemos. Además se acordó de una frase bastante cliché; "los opuestos se atraen", quizás sea verdad. Ahora solo tendría que enfocarse en elaborar un plan para confesarse y comenzar su cortejo, si Enid estaba dispuesta a cambiar el tipo de relación que tenían, de amigas a amantes.

Enid se despertó y lo primero que notó fue que estaba abrazando a Wednesday e intentó alejarse, pero fue detenida por ella.

—Está bien— Su brazo derecho lo dejó caer en la espalda de Enid y comenzó a frotarlo en círculos.

—...— Enid no pudo elaborar ninguna frase coherente, solo sintió que se sonrojaba furiosamente. 

Flufftober 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora