- "¿Irwin?"- preguntó su madre a través de la línea telefónica.- "¿Qué sucede? ¿Os han pedido rellenar algún papel y os faltan datos?"
- "No..."- dijo Irwin vacilante.- "Mamá... El director le ha dado una bofetada a Adam..."
- "¿Cómo?"- su madre se escuchaba confundida.
- "Te juro que no te estoy mintiendo..."- prometió.- "En este internado te agreden físicamente si te comportas en lo que ellos consideran inadecuadamente..."- carraspeó y su voz titubeó mirando alrededor.- "Los castigos físicos son muy duros... El delegado del curso me ha estado explicando... Lo que... Me harían si se enteran de..."- Irwin se quedó en silencio, vaciló, su labio tembló, imaginar la secuencia resultaba desagradablemente doloroso, e imaginarlo en su cuerpo era aún peor...
Adam tomó el teléfono y con él, el relevo, Irwin fue el que pasó a ser el que vigilaba que no los atrapasen.
- "Mamá".- dijo Adam con seriedad.- "Soy Adam. Sacanos de este sitio antes de que nos volvamos un par de desquiciados, el hijo de su madre del director me ha dado una maldita bofetada solo por alzar la voz porque una monja de estas le dijo a Irwin que estaba gordo y que era feo"
- "Adam, cielo... Te juro que no estoy entendiendo nada... Las reviews de ese internado decían que era el mejor de la comarca"- Adam chasqueó la lengua.
- "Pues si no quieres que nos maten, ven aquí ahora mismo"- dijo con un tono de voz certero.
Casi parecía ser una especie de amenaza o similar, como si fuera un ultimátum o una última oportunidad de sacarlos de ahí o haría el berrinche del siglo.
- "¿No podéis estar ahí al menos una semana?"
- "Mamá, por favor... De aquí a una semana nos han matado"- la voz de Adam sonó alarmista.- "Y como se enteren de que Irwin es pansexual, lo van a condenar por sodomía y lo van a hacer pasar 24/7 en la capilla para redimirse. No estoy de coña, sacanos de aquí, por favor..."- su voz sonó suplicante.
- "Si insistes tanto..."- su madre sonaba un poco preocupada, seguramente estaría mirando a su esposo, y este no sabría qué cara poner... O con qué responder...
- "Adam"- la voz de su padre sonó por el auricular, parecía estar en el modo altavoz.- "Si esto resulta ser un berrinche de los tuyos porque no quieres estar ahí y obligaste a tu hermano a mentirnos con lo de la bofetada, te va a caer la del pulpo"
- "No estoy de coña, papá"
- "Iré mañana, vuestra madre tiene que trabajar, ¿De acuerdo?"
- "No. A ti te mangonea el que quiere, que venga mamá"- ordenó.- "Por favor..."- suplicó.
- "Adam, no puedo perder el trabajo solo por esto..."- fue su madre la que habló.
- "¿¡Solo por esto!? ¿Tan poco vale la vida de tus hijos para que le des prioridad al trabajo?"
- "No me hables en ese tono"
Irwin miraba impaciente la conversación y escuchar el grito de su hermano lo hizo estremecer y mirar alrededor. Irwin le hizo gestos para que bajase el volumen de su voz. Adam sacudió su mano desinteresadamente.
- "¿Cómo quieres que te hable si nuestra vida está en juego? Y no estoy de coña, mamá... A Irwin le van a tirar cristales rotos ardiendo en la espalda y a mí me van a golpear con una regla de madera hasta que sangre. Te lo suplico, ven a por nosotros..."
- "Mañana a primera hora antes del trabajo estaré ahí... Si es una mentira... Os juro que—"
- "No es mentira, mamá..."- suplicó.- "Y gracias... Y por favor, digan lo que digan esas viejas monjas, no creas sus mentiras, te juro que no te estamos mintiendo, aquí te castigan físicamente..."
- "Qué sí, Adam, sí... Mañana lo hablamos..."
Colgaron. Irwin suspiró con alivio y escondió su teléfono una vez más.
- Mañana antes de trabajar vienen...- Irwin sonrió ampliamente.
- Menos mal...- susurró aliviado y se relajó en la pared de piedra que conformaba el muro.- Solo espero que las cosas no empeoren... O nos hayan escuchado...
- Tampoco llames al diablo...- Irwin se rió entre dientes.
Pasaron la tarde en una conversación liviana, planteando todas las posibilidades y mentiras que las autoridades podrían plantearse delante de sus padres para no sacarlos de allí. Su madre no sonaba segura y su padre tampoco, pero en su óptica, estarían totalmente preocupados si sus hijos el primer día los llamaban y decían que habían sido golpeados... El miedo que tenían los dos hermanos era que sus padres dijeran que los habían llamado e informado de las quejas, pero tampoco era como que pudieran haberlo hecho de otra manera...
Aquella noche fue larga, la cena fue rápida, ambos hermanos no querían entretenerse. Una monja se presentó en su habitación para entregarles el uniforme. A la mañana siguiente, a eso de las siete menos cuarto, picaron a su puerta, y una monja, distinta a la del día anterior, les pidió que la siguieran, y llegaron a la recepción, donde el director los miraba fulminante, la recepcionista de la misma manera, y varias monjas que estaban allí, también los miraban con mala cara. Vieron a sus padres allí, su madre vestida de trabajo, y su padre viéndose tan formal como podía.
- Los teléfonos están prohibidos en este internado, ¿Quién os ha dado permiso para hacer una llamada y hacer que vuestros padres lleguen tarde a sus trabajos por una burda mentira?- Adam frunció el ceño, pero Irwin lo detuvo antes de que explotase.
- Mi hermano ha sido golpeado por defenderme de un insulto. Un alumno que por su privacidad no voy a decir quién fue, me informó de castigos físicos por sentir atracción hacia los varones o por tener un mal comportamiento. Tiene cicatrices en la espalda...- se cruzó de brazos.- El infierno tiene nombre y es este lugar.
- ¿¡Cómo te atreves!?
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"El infierno tiene nombre y es este lugar" BOUM!
Que a gusto me quedé escribiendo esto xD
En serio, adoro demasiado, demasiado, demasiado cuando los dos hermanos se protegen tsnti para que ninguno de los dos salga herido...
De hecho, ahora ha sido turno de Irwin para defender a Adam 🥺✨💕
Mañana veremos cómo sigue estooooo, No sé lo pueden perdeeeeer, en serio...
Okay, ahora sí, ya me voy xD
Aquí las opiniones ----------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line
[1060 Palabras]
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62.- El internado (Gay / Homosexual)
RomanceIrwin Fernández Brown es un joven con una adicción notable hacia la tecnología, rebasando los límites de horario de sueño, y en su mayoría esta adicción se debe a un intento desesperado para arrancarse un fantasma del pasado que no piensa dejarle ir...