Adam, junto a Gabriel y Carlos, se estaban descojonando vivos, mientras que David hacía un drama, y si no fuera porque varias monjas se les acercaron para preguntar qué estaba pasando y sí era posible, que no hicieran tanto ruido, hubieran continuado tanto con la conversación, como avergonzando a Óscar.
Aun así, cuando la mujer se retiró del comedor, se arrimó a una de las monjas que estaba en la entrada y le susurró con un tono apenas audible: "Hermana Asun; Vigila al delegado, David Pérez y al gemelo mayor, Irwin Fernández; no podemos permitir que perviertan a Óscar González con sus ideologías laicas y homosexuales", pero la hermana Asunción, fuera de todo pronóstico, y desde luego siendo algo que su interlocutora jamás esperaría de una nueva compañera de otro convento, le contestó con: "No lo están pervirtiendo, hermana María; claramente nos encontramos ante el bello florecimiento de una relación jovial muy sana y encantadora". La primera monja que habló, la hermana Maria, se quedó mirando a la segunda que habló, y sus ojos se abrieron en shock ante la naturalidad de sus palabras, pero no comentó nada porque inconscientemente volvió a mirar al grupo, y sobre todo la forma en la que Irwin y Óscar se echaron un vistazo y se rieron entre dientes.
- Oh, cielos; debo notificar esto...- se santiguó y se retiró por el pasillo hacia la oficina de la directora.
Ajenos a todo esto, Irwin y Óscar volvieron a sus habitaciones, el moreno fue a cambiarse de ropa para algo un poco más deportivo y para reposar un poco la comida, Irwin, por su lado, fue a cambiarse de ropa e inmediatamente se fue hacia el gimnasio.
Media hora después de empezar, Óscar llegó, y bajo su sorpresa, casi se volvió a comer el suelo como el día anterior, abrió los ojos con sorpresa, y aquella vez casi se bajaba de la máquina para ayudarlo, pero Óscar gesticuló mientras se enderezaba, en un primer momento se quedó en blanco, pero después captó los movimientos: "Estoy bien" y se acercó a la cinta de correr.
- Llevo dos años y medio y sigo siendo igual de patoso con el escalón.
- ¿Debería acostumbrarme a que casi todos los días te vayas a matar con ese escalón?
- Sí... Será lo mejor...- Irwin entrecerró los ojos.
- Ten un poco de cuidado, por favor...
Óscar se rio entre dientes.
- ¿Le dices a los pingüinos o a los patos que anden bien?
- Ehm... No.
- Pues a mí tampoco...- le sacó la lengua burlonamente, y después se rio entre dientes.
- Cualquier día te vas a hacer daño.
- Menuda novedad...- rodó los ojos.- Erwin, llevo toda mi vida sobreviviendo a caídas, golpes y casi atropellos, creo que puedo sobrevivir con una caída más.
- Óscaaaaar...- se quejó haciendo un puchero, pero aquello solo parecía enternecer al mencionado.
- No me hagas besarte, Irwin...
Aquello había sonado como una amenaza, pero no fue suficientemente efectiva para hacer que Irwin dejara de preocuparse, de hecho, solo aumentó todavía más aquel sentimiento, pero lo dejó estar. Después de una hora y media más, los dos se detuvieron gradualmente. Se fijaron en que había un chico levantando pesas y otro par de chicos haciendo dominadas en las barras, y los dos se quedaron inconscientemente mirando, casi como si estuvieran esperando a que dejara de subir y bajar, o que se soltara de la barra, y cuando finalmente lo hizo, los dos se quedaron mirando con una ligera acusación mutua. Después se rieron, sin captar la atención de aquellos tres chicos que estaban en las barras de la sección de pesas, barras y más actividad manual. Se dirigieron al vestuario, y cuando entraron, Irwin soltó un suspiro largo, se sentía bastante realizado, tenía que admitirlo.
- Que no te dé un paro cardíaco...- susurró el moreno rodeando los hombros del castaño, y ese gesto se sintió tan repentino, tan cálido y por un momento recordó las palabras de Óscar cuando le dijo que solía ser efectivo de aquella forma y que aquella era su forma de abrazar y mostrar afecto que este solía usar...
- ¿Por?- preguntó ladeando la cabeza hacia un lado.
- Cuando salga de la ducha...- le guiñó un ojo y besó su pómulo, aquello era nuevo, y ciertamente le hizo dibujar una sonrisa.
- Lo tendré en cuenta...- le sonrió.
Se separaron de aquel pequeño agarre en el que el moreno rodeaba los hombros de Irwin, y este había apoyado su mano en la cintura de Óscar, y este también había sonreído, no sabía si por el agarre, o por otro motivo, pero en serio, adoraba la sonrisa que este tenía cuando achinaba los ojos y sus pómulos se ensanchaban tanto como su sonrisa, y era tan preciosa... Sobre todo el brillo de sus ojos.
Irwin se metió en la ducha individual y se quedó ahí, bajo el riego del agua durante varios segundos, cerrando los ojos y disfrutando de aquella calidez, inspiró profundamente y soltó el aire. Fue un momento de meditación, nada más, después empezó a masajear sus cabellos con jabón líquido. Cuando salió de la ducha con la toalla rodeando su cintura y otra toalla para secar tanto su cabello como su rostro, se encontró con el moreno en medio camino, y dio un brinco hacia atrás. Óscar soltó una carcajada silenciosa y se cubrió la cara con la toalla, la misma que estaba usando para limpiarse y secarse los oídos, los cuales no tenían los aparatos.
- "Te dije que no te diera un paro cardíaco"
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Sé que muchos no habrán podido disfrutar del capítulo sabiendo que dos monjas se han dado cuenta de que Irwin y Óscar están más cercanos de lo normal...
Y si igualmente habéis podido disfrutarlo, seguramente os habréis dado cuenta de que tengo algo con Óscar, I mean, que me gustan demasiado las escenas en el vestuario xD
Literalmente es uno de los pocos lugares que nos tienen de privacidad absoluta en la que nadie puede verlos, y en la que ambos son puramente ellos (en el sentido en el que están desnudos y ahí no hay prejuicio, ni queja posible), de hecho, es una de las formas que, considero, más bonitas de formar una relación sobre todo si uno de los dos tiene problemas de autoestima con su cuerpo...
El hecho de que la otra persona (Óscar) vea a Irwin prácticamente desnudo (porque recordemos que él sí usa toalla en la cintura) y que no se muestre molesto, distante o asqueado, ya significa mucho... Ya es un apoyo suplementario para Irwin y para su confianza personal.
No lo sé, no sé cómo lo hubieran hecho ustedes, pero considero que, en esta parejaz lo mejor ha sido hacerlo así :>
Aquí las opiniones ----------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line
[1170 Palabras]
P.d.: BTW, la escena en la que los dos se quedan mirando a los que están haciendo dominadas en la barra xD
P.d.2.: Es como: "atrapadaaaaaas" xD
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62.- El internado (Gay / Homosexual)
RomansIrwin Fernández Brown es un joven con una adicción notable hacia la tecnología, rebasando los límites de horario de sueño, y en su mayoría esta adicción se debe a un intento desesperado para arrancarse un fantasma del pasado que no piensa dejarle ir...