El comedor (2)

71 8 2
                                    

- ¿Qué te ha dicho?- sujetó la intersección del codo y los hombros, más cerca del codo, donde sus mangas estaban arremangadas.

- Me dio una bofetada...

- ¿¡QUÉ!?- Adam se abalanzó y cubrió sus labios después de librarse del agarre en sus brazos.

- Cállate.- susurró.

Irwin no borró su expresión de asombro, incredulidad, y sobre todo, miedo. No llevaban ni media hora en aquel lugar y ya habían agredido a su hermano, ¿Qué se supone que le harían a él si se enterasen de su atracción física y estética por todo tipo de personas sin importarle su identidad?

- ¿¡Por qué!?- exclamó encarnando las cejas.

- Se debe enseñar lo que está bien y lo que está mal. Las recompensas serán dadas por buen comportamiento y los regaños implican adoctrinar de forma severa.

- Eso no tiene ningún sentido.- Irwin frunció sus pobladas cejas.- Voy a hablar con el director.

Su hermano lo detuvo tomando su muñeca, negó tanto con la voz, como con la cabeza, y aquello hizo que el chico de cabellos marrones encarnase sus cejas...

- No nos metamos en problemas, por favor...- repitió sus palabras.

Irwin hizo una mueca con el labio, bajó la mirada. Pasó una mano por sus cabellos cortos, rizado parcialmente, aunque cuando era más joven era liso. Adam tenía también el pelo rizado, pero en su caso se trataba de la permanente, era la forma en la que ambos hermanos se distinguían, pero con sus dieciséis años, la diferencia notable entre ambos era la complexión que los diferenciaba... Irwin era robusto, Adam era esbelto...

- Está bien...- asintió con la cabeza.- ¿Te duele?- su hermano menor negó con la cabeza.- De acuerdo...- suspiró.- Organicemos las maletas... Por cierto, el armario tiene carcoma, no te recomiendo usarlo...- Adam asintió con la cabeza.- ¿Qué costado de la mesa quieres?

- Igual que en casa...- Irwin asintió.

A la hora de comer, después de pasar toda la mañana (y dejándose parte del trabajo para la tarde) los dos hermanos salieron de la habitación y recorrieron el pasillo uno al lado del otro. Irwin guiaba a Adam, pues el primero había sido el que memorizó el plano y sabía dónde estaba el comedor. Los pasillos tenían el suelo de madera que crujía bajo sus pasos, las paredes tenían gotelé antiguo, las paredes blancas, el techo de madera, eran bigas, travesaños de hecho. Cada dos o tres metros había una puerta de madera oscura con un número sobre la puerta. El lugar no tenía ventanas, y las fuentes de luz eran escasas, el pasillo era un poco tétrico, tenían que admitirlo.

Al llegar al comedor, la estética era la misma que los pasillos, pero al menos había cinco grandes ventanales, cuyas cortinas estaban atadas para que no volaran con la brisa que entraba. Había al menos tres columnas llenas de bancos y asientos, en los que cada mesa podía contener al menos ocho alumnos... sino diez... Y por columna había al menos nueve o diez asientos...

Los dos hermanos observaron la precocidad con la que los alumnos llegaban al comedor, gran parte de los asientos parecían tener nombre, o grupo, asignado, por lo que tuvieron que observar disimuladamente todo el lugar mientras esperaban para recibir su comida en las bandejas. No querían causar problemas, así que se "acogerían a la ley" de sentarse en un asiento vacío y desearían que la persona que se sentaba en aquel lugar no fuera un mastodonte de dos metros que pudiera romperles el cuello con solo apretarles un poco la nuez.

- Las esquinas están pilladas.

- El centro no es una opción.

- Los márgenes parecen una buena opción...- Irwin asintió a las palabras de su hermano.- ¿La que está detrás de ese grupo de twinks te parece bien?

- No me puedo creer que hayas dicho eso...- susurró el castaño empujando la bandeja por el rail hasta quedar justo en frente de la cocinera, que no tenía cara de buenos amigos, a ser sinceros.

- ¿Carne o pescado?- preguntó mientras ponía un plato de verdura cocina sobre la bandeja.

- Carne.- susurró.

La mujer puso un plato de muslo de pollo con salsa de ciruelas y piñones, después puso una pieza de fruta, una pera y un vaso, junto con una botella de agua de no más de 33cl...

Misma pregunta para Adam, pero él contestó "pescado". Una vez les dieron las bandejas se dirigieron a la mesa vacía que habían quedado, justo al lado de un grupo de cuatro chicos con cuerpos bastante delgados y delicados, ninguno de ellos se giró a verles. Irwin suspiró, su hermano se había sentado a su lado, dándole la espalda al mencionado grupo, en frente tenían una mesa que fue ocupada por una persona que simplemente apoyó la bandeja y se puso a mirar la fila, así que estaría esperando a sus amigos, pero él se habría adelantado para tomar asiento y no quedarse sin. Pocos minutos después, la mesa se llenó con cinco chicos, y empezaron a hablar animadamente.

Los dos hermanos comían en silencio. En el caso de Adam pasándole los guisantes a su hermano y en el caso de Irwin, pasándole la zanahoria.

- No me puedo creer que seas medio gay y no te guste la zana—

- Adam...- se quejó Irwin entrecerrando sus ojos.- No tiene nada que ver lo uno con lo otro.

- ¿Es por qué está blandurria?- sonrió ladino.

Y la mirada tétrica del castaño se intensificó todavía más. Adam dibujó una sonrisa maliciosa.

- Yo no me he quejado de los guisantes.

Adam rodó los ojos. Una vez terminaron con el intercambio de comida, pudieron iniciar. Algunas pequeñas cosas que agradecían que les diferenciara como gemelos, eran las pequeñas diferencias en gustos que cada uno tenía, en lo que la comida respectaba, por supuesto. En cierta parte, ambos eran complementarios... Uno tenía preferencia por la carne, el otro por el pescado, uno tenía preferencia por un tipo de verdura, el otro por la otra, uno sentía atracción femenina, el otro acaparaba lo que su hermanito pequeño no "disfrutase" por llamarlo de algún modo, claro.

No fue hasta que llevaban varios minutos comiendo, que se dieron cuenta de que la fila de personas estaba a punto de finalizar, y que de esos últimos alumnos que recogieron su comida, uno se acercó a ellos y plantó la bandeja justo en frente de Irwin.

Los dos hermanos se quedaron un tanto acojonados, pero con un rápido vistazo se dieron cuenta de que el comedor entero estaba lleno, y los últimos que llegaron al comedor no gozaban del derecho de poder elegir una mesa para ellos solos.

- ¿Sois los nuevos, no?

____________________________________________________________________________

Mañana sabremos quién es la persona misteriosaaaaaaa

Que emoción!!!!

Esperemos que esto no termine como una pelea / guerra de comida

Es broma xD

Aquí las opiniones ----------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

[1146 palabras]

62.- El internado (Gay / Homosexual)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora