Capitulo 12 Pesadillas

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Narra Otto

De pie en medio de la sala se encontraba TN, usaba ropa limpia y su cabello aún húmedo goteaba hacía el suelo cosa que me importó muy poco, quise acercarme a ella pero no quería asustarla después de lo que había pasado y visto lo mejor era darle su espacio.

Debí haberme visto muy patético con mí ropa aún sangrada por todas partes, mí antebrazo cubierto por una venda y una curación que detenía el sangrado de aquella zona, mí cabello totalmente alborotado y una mirada pérdida.

- Lamento que hallas tenido que pasar por todo eso - dije rompiendo el silencio - Yo nunca creí que algo así pasaría, trabajo en este tipo de proyectos todo el tiempo, entiendo si vienes aquí a despedirte -

No dijo nada pero se acercó a mí decidida, abrió sus brazos y me dió un abrazo muy fuerte el cuál correspondí sin dudarlo rodenado su pequeña forma con mis manos mientras mí cabeza descansaba encima de la suya dejándome oler su cabello.

- Te ensuciare - comenté recordando en que estado me encontraba -

- No me importa, después de lo que pasamos hoy no quiero otra cosa más que estar a tú lado -

- ¿Estás segura? ¿Aún después de lo que hice? -

- Lo que hiciste fue protegerme siempre lo haces, poniendo mi bienestar por encima de todo el mundo me lo demostraste cada día en especial hoy, contrario a lo que crees - dijo haciéndo una pausa para alejarse sólo lo suficiente para vernos a los ojos - No te considero un monstruo, sólo alguien que hizo lo que creyó conveniente para mantener a salvo a su pareja -

Sus palabras me dejaron hecho un desastre con los ojos vidriosos y es que después de haberme visto en aquel momento nada agradable aún así quería estar a mi lado. Le había prometido protegerla y lo pensaba cumplir hasta que mis días en esta tierra se terminaran.

No dijimos nadamás, simplemente nos acercamos y degustamos los labios del otro que ya conocíamos tan bien pero que siempre necesitábamos probar, sentir cómo adentraba su lengua en mí llenandome de su aroma femenino me hizo suspirar tratando de guardar todas y cada de una de estás sensaciones en mí mente mundana rezando por no olvidarlas algún día.

Al separarnos besé sus párpados mientras mantenía los ojos cerrados, nos quedamos abrazados por lo que pareció ser una eternidad hasta que ella rompió el silencio tan cómodo que nos inundaba.

- Otto quisiera pedirte algo - dijo jugando con los botones de mí camisa -

- ¿Sí querida? -

- ¿Puedo.... quedarme a dormir aquí? - hizo una pausa - Me refiero a que puedo dormir en el sillón si quieres, es sólo que después de lo que sucedió hoy realmente no quiero estar sola pero también entiendo que no puedas -

- Puedes quedarte aquí está también es tú casa y no necesitas dormir en el sillón tengo una habitación de huéspedes, es toda tuya por el tiempo que sea necesario -

- Gracias -

- Ven te mostraré dónde está la habitación -

Subímos las escaleras hasta el segundo piso le indiqué cuál era mí habitación, la biblioteca y finalmente el cuarto que podía usar, tenía todo lo necesario dentro. La dejé para que pudiera instalarse mientras fuí a tomar una ducha, realmente necesitaba quitarme toda esa sangre y por supuesto la ropa.

El agua caliente logró destensar cada músculo de mí cuerpo, diez minutos después salí de la ducha ya más relajado y limpio, me coloqué ropa y bajé por las escaleras ya que un delicioso olor provenía de la cocina, me asomé y era nada más y nada menos que TN cocinando, se veía tan concentrada que la dejé continuar hasta que finalmente le hablé.

Una Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora