Dos Mares ➫ Bad Captain × Tim

Capítulo trece: "Ella"

– Lunes, 4 de julio de 1987. Verano, Estados Unidos, la década de los 80's.

Los días pasaban con gran velocidad y cada vez los muchachos se volvían más cercanos el uno al otro.

En tan solo un mes, ya se conocían plenamente, sabiendo sus pasados, sus miedos, sus desgracias, sus pensamientos, sus ideas, sus secretos pero todavía sin conocer el mar del uno al otro. No era fácil, claro que no, era algo privado.

Ambos estaban confundidos, pero sobre todo Leslie, quien no comprendía que pasaba por su cabeza. Cada que sucedían cosas extrañas en su estómago y corazón, iba directo al hospital a que le revisaran, pero aún así los resultados eran los mismos, que estaba bien.

Su cabeza daba vueltas, muchas vueltas, y hasta hace poco había comenzado a pensar en su desconocido padre, que creía que lo había olvidado. Ya tenía 16 años y su madre nunca le había contado nada de él, ni siquiera su nombre.

La confusión era peor que un golpe, un golpe que le hacía reaccionar ante aquellos pensamientos, un golpe que le hacía saber que la mayoría de cosas las tendría que resolver él. No necesitaba ayuda.

Ahora mismo se encontraba esperando a que Timothy completara un ejercicio de la tarea que él mismo había hecho con la oportunidad de que el otro mejorara sus habilidades intelectuales y de compresión.

De fondo sonaba "Prófugos" de Soda Stereo, la cual se reproducía por la radio de Timothy y por un cassete que le había prestado Ted a este mismo. El sonido no estaba ajustado muy fuerte, esa simplemente para distraerse del silencio, que algunas veces abrumaba en ciertas ocasiones. Era algo que ambos chicos amaban y a la vez odiaban, como una enemistad, un amor-odio.

– Tim. – Le distrajo, sabía que tenía que dejarle hacer sus actividades áulicas propuestas por él mismo, pero necesitaba hablar por primera vez, no quería seguir en silencio o su mar le ahogaría en menos de unos pocos segundos.

– ¿Sí?

– Necesito decirte algo.

– ¿Qué pasa? – Preguntó aún con el lápiz en su mano y mirándole también, esperando sus comentarios.

– No sé qué me está pasando, últimamente siento punzadas en el pecho y cosquillas en mi estómago, es raro.

Timothy levantó sus cejas para sonreír con un diagnóstico rápido y mucho mejor que el del doctor al que Estrada concurría a diario.

– ¡Estás enamorado!

– ¡Shh! – Le chitó poniendo su mano en su boca. – No lo grites, tarado. – Sacó su mano, malhumorado y frunciendo el ceño.

– Estás enamorado, Estrada.

Leslie le miró preocupado y confundido a la vez, frunciendo su ceño levemente. Se mantuvo en silencio, sin saber que decir por primera vez.

El tema le agobiaba tanto, sabía que probablemente su madre le apoyaría, pero no sólo quería el apoyo de su propia madre, es decir, era genial pero aún así no bastaba.

– Ay Estradita, no te preocupes. – El mexicano le miró con una expresión preocupada, parecía un cachorrito deprimido. – Espera, ¿de quién? – Preguntó ahora un poco preocupado el de cabello ochentero. – Tú tienes...

– Si lo sé, novia, por eso me estoy preocupando. – Acomodó sus lentes con dos dedos desde la plaqueta, moviendolos hacia atrás.

– Ay, Estradita, preocúpate. – Le dijo para que Leslie bufara y golpeara su cabeza contra el banco, quedando con su frente recostada en este.

– ¿Qué debo hacer? Se pondrá tan furiosa conmigo.

– Decirle que no la amas y tu corazón pertenece a Chayanne.

– ¿Qué? – Preguntó riendo un poco y levantando su cabeza para mirarle.

– Dile que no la amas y que deben terminar.

Leslie lo pensó, para suspirar y asentir, no tenía otra opción y eso era lo más coherente que podría hacer. Pero, ¿de quién exactamente estaba enamorado y por qué?

No sabía el porqué, tampoco si la palabra enamorado era la más cercana a lo que él sentía, pero Timothy le hacía sentir tan extraño.

Sí, de Timothy se trataba, no sabía que era peor, el que éste era un hombre o que era de por sí él mismo.

Un hombre con otro hombre le confundía, siempre había estado con chicas, y ahora estaba con su novia. Su reputación estaría jodida si sus amigos y su pareja se enterarían de eso, pero tampoco era algo que pudiera evitar a menos que se mantuviera en secreto.

Aunque, la idea de mantenerlo en secreto no le parecía mala.

– Le diré en un tiempo, todavía tengo que confirmar que lo que siento no es más que una pendejada pasajera.

Permanecieron callados y hundidos en sus mares de pensamientos. Timothy por su parte solo asintió con la cabeza y siguió escribiendo, realizando los ejercicios que tenía en aquella hoja.

Leslie solo miró las manos delgadas que sostenían aquel lápiz negro, aquellas manos provenientes de su amigo quien escribía con una expresión neutro y concentrada, había mejorado bastante.

– ¿Necesitas ayuda en algo?

– No, creo que no. – Le contestó extrañado, mirando al otro y regresando su mirada a la hoja.

Había notado que el mexicano había roto el silencio bastantes veces, era algo raro de su parte ya que siempre adoraba el silencio como si fuese lo más preciado del mundo. Aún así, decidió restarle importancia, tal vez sólo estaba de buen humor.

[...]

Ambos caminaban bajo el sol y el calor del ambiente. Sus lenguas permanecían en sus bocas, salivando con la esperanza de volver a hablar, pero el mantenerlas ahí provocaba que sus gargantas se secaran, y siguieran sin modular una sola palabra.

Timothy suspiró y miró a Leslie para preguntarle lo que se había estado guardando desde que habían estado hablando anteriormente en la escuela.

– ¿Quién es? – El otro le miró confundido.

– ¿Quién es qué?

– No te hagas Estradita, ¿quién es la afortunada

– Prefiero morir antes que decirte.

– ¿Tan malo es? – Rió un poco, la risa se le contagió al otro con cierta levedad, provocando una sonrisa en sus labios y que sus ojos miraran hacia otra dirección.

– Creo que sí. – El otro hizo una mueca como de dolor, aunque no le dolía nada, simplemente se lamentaba por la mala suerte de su amigo.

– Bueno, la verdad espero que todo salga bien con tu novia y logres salir con esa chica que te gusta.

Leslie no dijo nada. Esa "chica", la palabra "ella", le molestaba, no comprendía el porqué. Será porque no se trataba de una afortunada, si no de un afortunado...

¿Será porque se trataba de Timothy?

(1064 palabras)