– Sábado, 8 de junio de 1987. Verano, Estados Unidos, la década de los 80's.
Ambos se encontraban acostados, era las 1 AM. Timothy en un colchón en el suelo, y Leslie en su cama. Las luces estaban apagadas, pero lo único que los alumbraba a ambos era la luz del pasillo. Una luz amarilla.
Había un silencio entre ambos. Un silencio de paz para Leslie, y un silencio de dolor para Timothy. El cual cerraba sus ojos con fuerza con un puchero pensando en todo, pensando en cómo podría acabar todo en la nada. Leslie miraba el techo boca arriba mientras que Timothy intentaba no llorar dándole la espalda al otro. De repente, aquel silencio fue concluido por las palabras del muchacho mexicano.
– ¿Estás despierto?
Carter intento contener el aire para no comenzar a sollozar mientras que su piel se erizaba debido a la tristeza corporal, reflejada en frío.
– Sí, ¿por qué no duermes, Estrada? Creí que tenías sueño.
Una breve pausa de silencio para pensar sus próximas palabras dominó la habitación.
– Estuve pensando en lo que te pasó y lo siento, es entendible como te sientes.
– No, Leslie, tú no me entiendes y espero que nunca me entiendas.
Timothy se sentó en la cama para mirar a Leslie y que este le mirara a él. Hacía lo posible para no romper en un llanto.
– Sí, tienes razón – respondió el inteligente, serio pero aún así tranquilo. Un escalofrío recorrió su espalda al sentirse un tanto triste por el otro. – Lo único que se acerca más a lo que te está pasando fue cuando mi papá se fue de casa.
Timothy le miró expectante de que siguiera contando la historia, o mejor dicho los hechos reales.
– Tenía 8 años. Mi papá discutió muy fuerte con mi mamá y al día siguiente ya no estaba. Mi madre me explicó con detalle como ellos ya no se amaban, y que eso podría pasar muchas veces en la vida, que el amor era algo complicado. Me dolió escuchar como ellos no se amarian nunca más, pero más me dolió reconocer que mi padre nunca se despidió de mi.
Un silencio entre los dos demostró algo de calma. Timothy se sintió mal, se sintió feliz y se sintió confundido. Frunció su ceño y miró hacia el pasillo deprimido. Se sentía calmado ya que en el fondo sabía que Leslie le comprendía un poco, que no eran iguales pero tampoco distintos. Sus mareas se sintieron débiles y comenzaron a chocar con tranquilidad la arena. El agua del mar comenzó a chapotear al muchas gotas comenzaron a chocar contra este. Estaba lloviendo.
– ¿Estás llorando Timothy?
– No.
Mentía.
– No me molesta que llores.
– No estoy llorando.
Respondió serio mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas y caían en sus muslos, tapados por la manta del colchón. Respiró algo entrecortado y suspiró limpiando sus lágrimas. Leslie sólo esperó a que terminara de desahogarse.
Timothy se acostó mirando hacia el techo mientras que Estrada estaba sentado observándolo paciente.
– Mis padres me abandonaron hace unos años, tenía la esperanza de encontrarlos, hasta que fallecieron en un accidente automovilístico. Mi hermanito Skittles y yo estamos solos desde que él tenía dos y yo diez años. Desde ese momento intentamos sobrevivir en la casa de la señora Gracy – admitió limpiando sus lágrimas. – Yo no sé que va a pasarle a Skittles, mi pobre Skittles, él es tan pequeñito – al decir esto se sentó nuevamente.
Comenzó a llorar un poco fuerte de nuevo mientras que Leslie en silencio se levantó y se sentó enfrente de Timothy con tranquilidad. Le dejó llorar y sólo permaneció en silencio enfrente suyo, dándole a entender que le escucharía y dejaría que se desahogara.
Apoyó su mano en el hombro del chico con delicadeza y le miró con una expresión neutral. Timothy dentro de unos momentos dejó de llorar y se recompuso de nuevo.
– Te voy a ayudar, Timothy – el muchacho nombrado le miró a los ojos con los suyos, aquellos ojos rojos y un tanto hinchados. Aquellos pobres ojos que necesitaban un descanso al igual que su mente, al igual que su mar.
– ¿Cómo?
– Voy a ver que puedo hacer, pero prometo ayudarte.
– Gracias.
– Y también voy a ayudarte en física.
Timothy rió un poco mientras que Leslie le dedicó una dulce sonrisa. Ambos se miraron y el estadounidense respondió.
– Si tienes sentido del humor.
Se quedaron mirando por unos segundos con unas sonrisas tranquilas y Estrada se levantó y se sentó en su cama mientras que Timothy se volvió a acostar y suspiró. Se dió la vuelta dandole la espalda al otro y dio sus últimos comentarios.
– Buenas noches, cerebrito.
– Descansa, pendejo.
Ambos rieron un poco y Leslie volvió a acostarse para que el silencio se volviera cómodo y los dos cerraran sus ojos dispuestos a dormir.
Eran las 9:35 AM y el primero en despertar fue Leslie al escuchar a su madre en la cocina hablar por teléfono. Se sentó en la cama y miró hacia abajo, donde se encontraba Timothy durmiendo pacíficamente, con sus ojos algo hinchados y con las marcas de sus lágrimas secas en sus mejillas.
Miró hacia su ventana y observó a los pájaros cantar. Se estiró un poco y acomodó su cabello para observar una vez más a Timothy. Frunció su ceño en señal de tristeza, pobre chico. Ahora que lo veía descansar se sentía mal por el muchacho. Todos le odiaban, le molestaban en casa, en su escuela, y casi no tenía amigos. Todo esto por ser como era, y lo peor es que ni siquiera era una mala persona, era todo lo contrario al significado de maldad.
Miró hacia sus piernas y se puso a pensar. Su marea estaba pacífica pero sentía que algo faltaba. Sentía un sentimiento de vacío, sentía la necesidad de hacerle saber a el otro que tenía su apoyo y que podía ser su amigo, aunque no podía decirle, ni siquiera sabía porque no podía decirle.
Frunció su ceño al estar tan confundido. Todo comenzó el martes, dandole clases a un muchacho reprobado en física, y ahora en un sábado, el mismo se encontraba durmiendo en su cuarto. No tenía idea de cómo actuar ni que pensar del tema. No sabía cómo reaccionarian sus amigos o su novia. Tal vez todo se echaría a perder, su relación, amistades, su reputación, pero le había prometido al adolescente ayudarle, le había prometido salvar su vida.
Pensaba todo esto en silencio. El silencio era su salvación y sabía que en el fondo también la era para Timothy. El silencio significaba mucho. Enojo, tristeza, felicidad, miedo, disgusto o amor. Él mismo sabía que ahora mismo este silencio y el de hace unas horas significaba algo, pero en realidad no tenía en claro que exactamente.
(1129 palabras)
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Dos Mares ➫ Bad Captain × Tim
FanfikceLeslie Estrada siempre fue un muchacho serio pero su vida era la mejor si la analizabas desde fuera, establecía una relación con Jade Nguyen, una muchacha hermosa y con una reputación impecable. Mientras tanto, Timothy Carter vivía su vida como si c...