Dos Mares ➫ Bad Captain × Tim

Capítulo uno: "Profe Estrada"

– Lunes, 3 de junio de 1987. Verano, Estados Unidos, la década de los 80's.

Eran las 6 en punto de la mañana y un muchacho de ojos azul claro se alistaba para dirigirse a su secundaria. Se encontraba algo emocionado y nervioso, ese mismo día le entregarían sus calificaciones de un anterior exámen de física. En el fondo sabía más que claro que probablemente se había sacado una nota A, la más alta. Aunque de todos modos le intrigaba de alguna manera y deseaba llegar lo más antes posible a su preparatoria.

Se puso una campera de buzo algodón de tonos negros y grises con una remera musculosa blanca por debajo, unos pantalones oversize negros y unos botines de tonos carbón. Alistó su cabello castaño yendo para lo negro, lavó su cara, sus dientes, se puso desodorante y perfume, mucho perfume. Un poco de fijador en su cabello, acomodó sus lentes browline con marcos negros, tomó su mochila y tomó rumbo al establecimiento educativo.

Tenía clases a las 7:30, pero su casa estaba lejos del lugar para no ir en ningún tipo de vehículo, por lo tanto tenía que salir antes. Al salir de su casa, subió a su bicicleta marca Sears Gremlin de color rojo y comenzó a pedalear. En el camino hizo algunas paradas en busca de sus amigos. Aquellos amigos que salieron con sus bicis y acompañaron al chico a su secundaria.

Una vez allí, acomodaron sus bicicletas con cadenas y candados y entraron hacia adentro, eran las 7:14 AM, habían llegado temprano, como siempre. Recorrieron los pasillos hablando hasta que llegó la novia del joven, dandole un beso en los labios de saludo. Siguieron hablando hasta que sonó el timbre para ingresar a sus salones de clase, mientras algunos se iban al A, el chico iba al B junto a unos amigos más. El grupo era de 12 personas, 6 del A, incluyendo la novia del de cabello castaño, y 5 al B, incluyendo al adolescente estrella.

"Grado 10° B", leyó el chico, en un cartel arriba de la puerta de su salón, entrando y acomodándose en su banco.

La clase comenzó y el muchacho estuvo anotando apuntes y participando en el trabajo áulico de manera inteligente. Digamos que el joven era el mejor de su clase, con calificaciones promedio de A. Siempre hacía sus tareas y estudiaba para las pruebas, era responsable y aplicado.

Así pasó todo el día, anotando, escuchando, respondiendo, escribiendo, pensando, descansando, hablando, jugando y se repitió el ciclo hasta la finalización del horario escolar. Guardó sus útiles y cuadernos, dispuesto a marcharse a su hogar para realizar algunas tareas domésticas y escolares, con su cabeza a mil por segundo, pensando en sus horarios y responsabilidades que debía realizar proximadamente.

De repente, al tomar su mochila y ponerla tras su espalda, con sólo una hombrera entre su brazo y hombro, escuchó su nombre siendo llamado por el maestro, bajandolo de sus pensamientos formulados en un mar con corrientes altas y tensas.

- Leslie Estrada, venga un momento.

El muchacho de cabello castaño, es decir, Leslie, le hizo caso, y obedientemente se acercó a su escritorio.

- ¿Pasó algo malo?

- No, no exactamente. Usted sacó su mejor calificación en física, ¿no es así?

Leslie asintió, sin entender a dónde iba el profesor. Sus amigos esperaban tras de él, observando y escuchando la conversación y dispuestos a quedarse hasta que concluyera la charla entre aquel superior y su amigo.

- Bueno, en el curso A hay un chico el cual reprobó con una de las peores notas, por lo tanto, pensabamos que sería una genial idea que usted le ayudara a aprobar el recuperatorio después de clases de las 2:30 PM a las 3:10 PM, ¿qué le parece? - dijo, con cierto entusiasmo en su voz, sonriendole con los labios al adolescente.

Leslie sonrió falsamente.

- ¿Es obligatorio?

- No, pero si usted acepta estaríamos muy agradecidos con usted, Estrada.

Los amigos del muchacho rieron un poco al mirar la disconformidad del inteligente, este asintió, con tal de no caerle mal a su profesor y que le bajara la nota por dejarse llevar por sus impulsos de decir lo que quería.

- Bueno, le voy a ayudar, ¿empezamos hoy o mañana? - acomodó la hombrera de su hombro más arriba, subiendo un poco sus lentes mediante las plaquetas de este con su dedo índice y el del corazón.

- Mañana, o a menos que usted quiera hoy.

- No no, mañana, gracias profesor, tenga un buen día.

El profesor siguió haciendo de las suyas mientras que Leslie rodeó sus ojos ya de espaldas y sus amigos rieron un poco para caminar fuera del salón. Una vez fuera, caminando por los pasillos comenzaron a molestarle y a llamarle profe Estrada.

- No puedo creer que ese viejo salido de una cámara frigorífica me haya hecho eso, ellos son los profesores, no yo, por algo vengo a estudiar a esta escuela.

- Y bueno, te pasa por ser el inteligente.

Leslie le pegó una cachetada en la nuca fastidiado, mientras caminaban al salón del A, en busca de sus otros amigos que siempre se quedaban esperando en su salón. El adolescente pensó y pensó, ¿aquello arruinaría sus horarios? Debía organizar unos nuevos, ya que ahora saldría a las 3:10 PM. Pero, le tomaría más tiempo salir a las 3:10 ya que el camino en bici era más largo, por lo tanto le llevaría una hora y treinta minutos volver, así que una vez allí serían las 4:40 PM.

"Que fastidio" pensaba Leslie. Mientras caminaban este miraba hacia adelante sin mirar, con sus ojos en su propia mente, en su propio mar de horarios y cronogramas. Estaba creando uno mentalmente, para organizar sus tareas y demás responsabilidades en ese nuevo tiempo.

Frunció su ceño, quería arrancarse su pelo por pensar tanto, odiaba pensar pero su rol en la escuela de estudiante estrella lo obligaba a volver al mar de su mente en un océano, o tal vez muchos océanos.

Suspiró y intento dejar de pensar por un momento al ver a su novia, Jane Nguyen. La recibió nuevamente con un beso, y ella se lo aceptó, notándolo preocupado y abrazándolo con cariño, consoladole después de que él le contara lo que le estresaba.

"Al menos tengo a alguien que me entiende". Se dijo a si mismo, sonriendo un poco más aliviado y con sus amigos y novia retirándose de la escuela, despidiéndose del uno al otro y con los que se iba en bici, dirigirse a sus hogares, y luego llegar al suyo.

Decidió quedarse hasta el horario acordado en la escuela para verificar si llegaría a la hora que él creía, y como lo había pensado, eran las 4:40 PM.

Al entrar a su casa, su madre lo recibió un poco preocupada por la hora a la que venía de la escuela, y así Leslie aprovechando para mandar al frente a su profesor a pesar de saber que no podía hacer nada para evitar ese problema.

- Ma, no sabes lo que me pasó hoy - habló, dispuesto a contarle desde el principio todo.

- ¿Qué pasó?

- Primero, me saqué una A en física - sacó su cuaderno y de allí le mostró su nota escrita en su examen. Su mamá sonrió animada y cada vez más orgullosa de su hijo. - Y lo último, creo que ahora soy un profe.

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