Capítulo V

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Hoy ya era el tiempo del espectáculo, no había sido una semana común en la que esperas con ansias el viernes para salir, descansar, dormir mejor y todo eso que motiva a esforzarse al máximo y saber que al final podrás relajarte con este anhelado día. Por el contrario esperaba que el día se tardara un poco más en llegar, no por los nervios para subirme al escenario y cantar, porque eso ya es algo común que se siente antes de subir a cualquier presentación. Mi verdadera preocupación era verlo, era tener que cantar con él, solo nos habíamos dicho unas cuantas palabras por medio de mensajes ya que desde el miércoles no nos habíamos visto, parecía como si el destino, en el cual no creo pero de cierta manera algo le atribuyo, no quisiera que nos cruzáramos hasta este día.

Estaba almorzando con Alicia, David, Sofía, Juan y Carolina, cuando Andrés llego y de manera sorpresiva me dio un beso en la mejilla. Sentí un leve cosquilleo en mi estómago y sin que nadie lo mencionara sabía que me había puesto algo colorada.

-¿Estas lista?, mi querida Samantha- dijo Andrés con gran emoción.

-Sí, me sorprendiste con esa manera de saludarme- dije tratando de ocultar la pena que había sentido por semejante beso en mi mejilla.

-Esa es la idea, sorprenderte con cada saludo. Me gusta mucho como reaccionas ante cada cosa nueva que hago. Discúlpenme todos, se me ha pasado saludarlos- dijo mientras reía y de una forma sarcástica agrego –Hola ¿Cómo han estado?

-Olvídalo, se te olvido saludar a los demás – dije con una forma algo seria y cómica al mismo tiempo

-Eso pasa porque solo estoy pensando en ti y la forma en la que te encuentras, logrando que lo demás pase a un segundo plano

-Sí que eres gracioso Andrés. Eso solo lo haces para molestarnos a los demás – dijo Sofía ayudándome para que la situación no se volviera algo incomoda con lo que yo debía responder ante esa afirmación de Andrés.

-¿Están preparados para cantar ahora?, solo les queda media hora, deberían de ir acercándose a la tarima – dijo David

-Tienes razón a eso venía. Sam ¿ya terminaste de almorzar? – dijo Andrés.

-Si ya termine, solo estaba descansando un poco para que bajara el almuerzo y evitar tal vez un mareo y....mejor dejémoslo hay.

-¿Bueno y ustedes van a ir a hacernos barra?- dijo Andrés muy entusiasmado

-Claro Andrés terminamos de almorzar y vamos – dijo Juan.

-Bueno chicos, allá nos vemos entonces deséenos muy buena suerte – dije con mucha alegría.

Estábamos acercándonos a la tarima para escuchar las indicaciones y el orden en el que todos nos íbamos a presentar, y me lleve una gran sorpresa cuando vi a tanta gente reunida alrededor de la zona donde cantaríamos. Me preguntaba qué sucedía, porque normalmente son muy pocos los que acuden a ver a los cantantes, pero justo el día que yo lo iba a hacer estaba lleno.

Carlos, el organizador se acercó y nos dijo:

-Hoy solo cantan cinco porque la universidad va a traer a un cantante, entonces los que se inscribieron van a ser quienes abran el concierto.

-Por Dios, porque no dijeron eso antes, yo nunca me habría inscrito si tanta gente nos va a ver- dije un poco conmocionada

-Era una sorpresa, pero no se preocupen yo conozco a Andrés cantar y a ti Samantha te he escuchado un par de veces, así que deben estar tranquilos- dijo Carlos para calmarme, antes de marcharse para seguir con la logística.

Sin dar espera a nada comenzaron a llamar a los que se iban a presentar, el tiempo paso muy rápido y había llegado nuestro turno.

Antes de subir por las escaleras para llegar a la tarima Andrés se percató del pequeño pánico que me genero ver toda esa gente. Por eso mientras tenía mi cabeza hacia abajo me cogió la mano y me dijo:

-No te preocupes por nada, recuerda que yo estoy aquí a tu lado.

No sé cómo sucedió pero sentí una gran tranquilidad y seguridad, él logro que me parara y mirara sin pánico a todas las personas que esperaban nuestro show.

Comenzamos a cantar pero en esta ocasión no era como en el ensayo, si compartía con él miradas y en ocasiones se paraba el tiempo, pero cuando desviaba mi vista al público veía entre la multitud a Samuel, el chico lindo de la clase, me estaba observando, eso me intimidaba un poco pero también hacía que me dieran muchas ganas de lucirme para de alguna manera impresionarlo.

Samuel no era el único chico lindo que veía. Desde arriba tenía tan buen panorama, que lograba ver a Alejandro, era tan espectacular, todo un caballero y estudiaba la misma carrera que Andrés, le encantaba todo lo que tenía que ver con la administración de empresas, en fin, lo conocía por su cercanía a mi amigo y habíamos visto muchas clases juntos incluyendo este semestre, pero nunca me atreví a algo con él porque había un rumor sobre su preferencia sexual. Tengo grandes amigos gays como lo es Juan y en una conversación que realizábamos sobre Alejandro, él me aseguro que ni intentara con ese hombre porque ellos sabían reconocerse, me dio gran tristeza porque en verdad me parece un ser con una gran personalidad y lo considero como el príncipe azul de una historia, pero por lo dicho por mi amigo no era el de la mía.

Habíamos terminado con gran éxito nuestra participación en el evento e incluso nos despidieron con aplausos, mucho más de lo que esperaba, solo pedía que no nos abuchearan. Al bajarnos de la tarima, Andrés me dijo:

-Sam estuviste increíble, todo nos salió muy bien y ¿ya te vas para tu casa?

-Si Andrés, que emoción nos fue espectacular y me encantaría celebrarlo con todos, pero estoy muy cansada, así que me voy.

-Está bien mi querida Samantha, te estoy llamando para que hablemos y sabes te agradezco por haberme permitido ser parte de esto contigo

-Andrés gracias a ti, por apoyarme y darme las fuerzas que necesitaba, te dejo entonces me voy a descansar y dormir un buen rato- dije despidiéndome con un gran abrazo.

(...)

Mientras me dirigía al parqueadero de la universidad para poderme ir en mi carro, me llego un mensaje al celular, me llamo un poco la atención y logro causarme algo de escalofríos. El mensaje decía:

               Número desconocido:

               Te estuve observando, cantaste increíble con esa voz tan dulce y suave, no me conoces de                        manera personal, pero hemos cruzado varias miradas.  

               Muy pronto nos veremos, mi querida Samantha

Quede estupefacta con ese mensaje, había dejado por toda una semana el tema de que tal vez había alguien observándome y justo cuando ya en verdad sentía que el tema lo estaba superando, me preguntaba ¿cómo era posible que ese "alguien" mandara este mensaje?. Llame de inmediato Alicia y le suplique que no saliera en este día y que se fuera conmigo en el carro para que se quedara a dormir conmigo y así yo pudiese hablar bien con ella sobre esta situación, ya que era la única que conocía todo sobre mí y esta paranoia.

Ella no me fallo como la gran amiga que es, me intento calmar por el celular y llego diez minutos después que la había llamado, me acompaño para llegar a la casa e incluso dejo el carro de ella en la Universidad y decidió manejar el mío, puesto que estaba demasiado nerviosa, Ali no comprendía que me pasaba y yo solo esperaba a llegar a mi hogar y con más tranquilidad contarle.

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