CAPITULO XV

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Anocheció rápidamente, nadie pronunciaba palabra alguna, cada uno estaba sumido en sus pensamientos, sin saber cómo reaccionar ante lo que se presentaba, miraba a mi alrededor y esperaba que fuese una broma de mal gusto, sin embargo, no había cambio alguno. Lo único seguro era que tenía hambre, llevaba prácticamente todo un día sin probar bocado y justo en ese momento se escuchó un llamado a comer.

Todos hicimos omisión a aquellos que nos llamaban, hasta que un hombre alto y elegante con una máscara se acercó a la sala y se paró en el centro diciendo:

-Bienvenidos a una de mis propiedades, quiero que estén calmados y solo sigan el plan, todo tiene un propósito, o sino cuál sería el significado de la vida, por favor no sean descortés y acérquense a la mesa para disfrutar de una deliciosa cena.

De inmediato, en solo segundos, Fernando se lanzó a golpear a ese hombre enmascarado y mientras lo hacía un guardia lo alcanzo, los demás e incluso yo, intentamos apoyarlo con su forma de rebeldía pero a cada uno nos detuvo alguno de los trabajadores que estaban presentes, todos con sus trajes elegantes y máscaras como si fuera un baile. No entendía la gracia de sus vestimentas y mucho menos todo el show que ese supuesto caballero planeaba al hacer presencia.

Después de insultos e intentos de pelea contra nuestros secuestradores, fuimos amenazados con armas, frente a lo que simplemente callados y como subordinados seguimos las ordenes de aquel "misterioso", nos sentamos como niños juiciosos en la mesa que tenía preparada, no puedo negar lo deliciosa que se veía cada alimento servido, pero a pesar de mi apetito pudo más el deseo de morir antes que probar algún bocado, lo mismo hicieron mis compañeros, creo que era una manera de mostrar el desacuerdo frente a lo que pasaba.

El "misterioso", quien se sentó a la cabeza de la mesa dio inicio a una conversación poco agradable al decir:

-Sé que pueden odiarme y no los culpo, sin embargo, esta comida está muy bien preparada y creería que sería un desperdicio botarla solo porque a ustedes no les place comer, así que, por favor disfruten de la cena.

Sentí tanto coraje que le conteste:

-Hablas como si fuese una simple comida con unos amigos y todos estuviésemos invitados con gran gusto de participar, no seas incoherente y mucho menos pretendas tratarnos como unos idiotas, si no quiero comer, es mi problema- con lo que me levante de la mesa, claro que al instante, él me sostuvo del brazo y dijo:

-Tú no me conoces y está bien no tendrías por qué hacerlo, pero te suplico que comas, es importante para que se sientan bien.

Fernando al ver cómo me sujetaba del brazo, se paró con intención de intervenir, pero al mismo tiempo me devolví a mi silla y el misterioso solo dijo:

-Tranquilo Fernando, mejor dicho, tranquilos todos, solo les pido que coman y en la medida que pase el tiempo y disfrutemos de esta cena les contaré un poco sobre el motivo de su grata instancia.

Sebastian, el chico del gimnasio, nos miro a todos a los ojos y dijo:

-Bueno, creo que a la comida no se le debe decir que no y pues este loco va a contar lo que está sucediendo así que yo inicio.

Y fue así, como cada uno fue empezando a comer, menos yo, solo pensaba que eran unos cobardes y solo miraba lo delicioso que se veía el plato servido.

Llego un momento en el que me sentí observada, y sí, era por el misterioso, que para mayor incomodidad, yo me encontraba a su lado, así que, gire mi cabeza para verlo, como él lo hacía y simplemente paso algo muy extraño, tenía curiosidad por ver su rostro, pero no como si lo quisiera descubrir, sino como si lo quisiera conocer. Sentí que el tiempo se detuvo por ese instante y que solo estábamos los dos mirándonos, hasta que Andrés dijo:

-Sam come algo, es mejor estar llenos para luchar en cualquier momento.

Fue como si me interrumpieran algo y solo me volteé y asentí con mi cabeza y empecé a comer.

Creo que nunca había presenciado tanto silencio con tantas personas, tal vez si, en una biblioteca, pero nunca en un comedor, estaban pasando los minutos y él, quien estaba a la cabeza de la mesa y a mi lado, no decía nada. Todos comíamos y nos mirábamos, con esa incertidumbre de que era lo que él iba a decir. Lamentablemente, la cena terminó y sin percatarme se levantó, pero fue entonces, cuando Samuel le gritó:

-No comentaste nada, acaso no ibas a decir lo que está sucediendo.

A lo que él contesto:

-Simplemente les voy a decir que mi interés se basa en una persona que está acá presente y los demás son fichas claves para un gran objetivo, no tengo la obligación de darles más detalles, espero hayan disfrutado la cena y recuerden las reglas porque si estas no se cumplen, las consecuencias sí.

Fue muy curioso como ninguno quiso levantarse a golpearlo o incluso nadie grito algo absurdo u ofensivo, a decir verdad, el comportamiento de todos fue tan sumiso, lo único que hicimos fue mirarnos y sin decir nada aceptamos lo que ese loco estaba haciendo.

Al instante que se levanto dijo:

-Querida Samantha, hoy puedes dormir sola en tu habitación, quiero que descanses como se debe y ya mañana será un nuevo día, tengan claro algo, esto no será para siempre así que tengan paciencia y cada día les comentaré algo nuevo, feliz noche. 

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⏰ Última actualización: Nov 30, 2018 ⏰

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