Soy un Alfa!

2~ 𝑬𝒔𝒕𝒐𝒚 𝒆𝒏 𝒄𝒆𝒍𝒐?

Como cualquier día, llegó y se sentó en silla, soltando un bostezo, Dazai ya estaba en el aula sentado, lo miro de reojo y siguió con la clase, Dazai estaba un poco distante, pero Chuuya desconocía el por qué.

Más tarde sonó la campana.

Chuuya se retorcia un poco en la mesa durante el almuerzo su cuerpo estaba más débil de lo usual y sus manos temblaban sin razón alguna, era como un resfriado según el, su interior estaba caliente sudaba a montones.

- uh.. me duele un poco la cabeza... Mierda...

Dijo con algo de estrés en su tono de voz y agarro con fuerza su cabello mientras intentaba estabilizar su voz.

- Cojiste con una mujer ayer?

- ¿Eh? Claro que si..., todas querían cuando les dije que soy Alfa, pero decidí que solo con una-

Soltó una leve risa en lo que podía, y intento mantener su vista recta, sin embargo casi era que podía.

Dazai lo miro sin ningún tipo de reacción, frío y siniestro, sin embargo se notó nuevamente molesto, como siempre, detestaba esa frase.

- Uf! Que bueno~ y que podes hicieron?

- Aja... Me tengo que ir a clase...

Se levantó desorientado sin siquiera haber escuchado las palabras de sus "amigos"

Sus pasos eran vulnerables, con poca fuerza cada vez de volvían más débiles hasta que sus piernas no aguantaron más y cayó en el suelo, su cuerpo estaba extraño y no era un resfriado cualquiera. Su cabeza daba vueltas y vueltas, era un infierno, todo estaba caliente

Soltó unos cuantos quejidos
- Q-que me pasa...?

Entre sus piernas sintió incomodidad, y al voltear a ver, vio una erección a la cual su cara se puso aún más roja de lo que ya estaba, estaba en medio pasillo, apesar de su estado, no pudo evitar sentir la mayo vergüenza de su vida.

- ¡mierda! Q-que hago ahora?

Su voz se quebranto más comenzó a sollozar, apretando con fuerza sus dientes. Se levantó con dificultad y dio unos cuantos pasos sin poder dirigirse muy lejos y apenas logró llegar a un aula vieja, cayó dentro de ella y inmediatamente se hizo bolita en una esquina, con miedo a lo que sea que estaba sintiendo. Su cuerpo palpita bajo pidiendo una verga dentro de él, su mente aturdida, ya no tenía coherencia alguna.

- T-tengo miedo...

Apretó sus manos aferrándose a su camisa mientras comenzaban a salir lágrimas, deslizándose por sus mejillas, en su alrededor no podía notar nada, solo una extrema ansiedad.

Repentinamente se escucharon unos pasos dirigiéndose allí, siento el mayo miedo de su vida y por su cuerpo paso un escalofrío, no podía dejar que nadie lo viera en tal estado jamás.

- N-no vengas! Lárgate!

Grito con fuerza aferrándose cada vez más a la pared, solo quería desaparecer.

Una figura se dejó ver atravez de la puerta, la cual no tardo en abrir con suavidad, al instante reconocio quien era, Dazai. Quien en su rostro mostro una sonrisa peculiar, mientras lo miraba fijamente con deseo.

- ¡D-dazai! N-no se que me pasa!.... a-ayudame por favor...

- Claro que te ayudaré.

Cerró la puerta con seguro, y con tranquilidad se acerco a Chuuya. Arrodillado en el suelo solto un suspiro y mostró una sonrisa, una sonrisa ¿dulce? Si se le puede decir así... Con suavidad agarro la cara de Chuuya y lo acerco, dirigiéndose a su oído, susurrandole

- Te ayudaré con este pequeño problema.

Señalando su entrepierna, lo jalo con fuerza quedando al frente de el, mostrando miradas cálidas

- D-dazai...? Que haces...

- Te estoy ayudando, confía en mi, siempre estarás seguro si estas a mi lado, nunca lastimaria tu débil cuerpo, primero me arrancaría una extremidad.

Chuuya se quedó en silencio unos minutos, sorprendido por esas palabras que jamás pensó escuchar de su viejo amigo, ¿que estaba pasando? Intento pensar sin embargo no pudo ya que los deseos se hicieron aún más fuertes y comenzó a doler demasiado. Solo tomó la mano de Dazai y la apretó con fuerza.

Las manos frías de Dazai comenzaron a recorrer todo su cuerpo, apesar de estar tocando los sobre el uniforme, se sentía como si acariciara hasta lo más profundo de el, cada lugar era una zona que se sentía más excitante. Su cuerpo comenzó a quedar al descubierto por cada prenda que le quitaba Dazai, con suavidad, como si delante de él, estuviera la escultura más hermosa y única del mundo. Se deslizó entre sus muslos los cuales estaban empapados, Chuuya apesar de no entender su alrededor, solo sabia que delante suyo estaba Dazai, aunque fuera a pasar lo que sea, solo pensaba en una cosa. Sexo.

Dazai comenzó a introducir dos dedos en el interior de Chuuya, los cuáles entraron con facilidad al estar la zona muy lubricada. Y comenzó a moverlos.

Los quejidos de Chuuya eran inevitables, se escuchaba por todo el aula el sonido de la penetración y los leves gemidos, siendo interrumpidos por las manos de Chuuya en su boca con vergüenza.

Su miembro temblaba apuntó de venirse, y así fue.

- Te sientes bien Chuuya?

El solo asintió y continuó retorciendose, no se iba a calmar con una sola vez.
Dazai miro el agujero palpitante de Chuuya, y enseguida sabia que tenía que hacer, aunque por su cabeza paso un poco de culpa, su deseo por poseer lo que va a ser suyo, era incontrolable, cada parte de ese cuerpo, quería disfrutarlo, quería hacerlo gemir como ninguna mujer podría jamás.

Dazai desabrocho su pantalon sacando su miembro.

Los ojos de Chuuya reflejaban la sorpresa de semejante trozo de carne.

Apesar de su poco razonamiento, solo se le vino una frase a la cabeza. "Te parece bien 47 centímetros? " una frase que leyó hace tiempo, pero inevitablemente se le vino a la cabeza.

Continuará....