𝟏𝟓- 𝑺𝒐𝒍𝒐 𝒍𝒂 𝒍𝒍𝒖𝒗𝒊𝒂 𝒍𝒐 𝒔𝒂𝒃𝒓𝒂́.

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Fyodor estaba enfrente suyo con la misma mirada, un poco fría a primera vista pero en verdad guardaba calidez dentro de ella.

- Fy-fyodor... Que haces tú acá?

- Lo que haga con mi vida no es el problema ahora.

Fyodor se agachó un poco y dio su mano en muestra para que Chuuya la tomará

- Uhg... Gracias...

Chuuya la tomó un poco avergonzado de su rostro en ese momento y limpio las lágrimas, inmediatamente quitó la vista y intento no hablar de lo que se veía a simple vista.

- Ja pero como me encontra-

- Paso algo con Dazai? Ese chico te hizo algo?

- N-no...

Dijo Chuuya evitandolo lo más rápido posible, pero en su pecho sintió como si algo se rompiera al escuchar ese nombre, Fyodor solo lo miro de arriba a abajo, pronto se empezaron a escuchar gotas, comenzó a llover.

- Vamos a mi departamento, ahí estarás a 𝒔𝒂𝒍𝒗𝒐, de lo que sea que intentas huir.

Dijo mientras dio unos pequeños pasos poniendo su abrigo en los hombros de Chuuya y sus ojos mostraban seguridad, un hogar, cálido.

𝑼𝒏𝒐𝒔 𝒎𝒊𝒏𝒖𝒕𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒖𝒆́𝒔~

Chuuya estaba sentado viendo las manecillas del reloj pasar, parecían tan lentas como si todo estuviera perdido, el perdido en la nada, ni siquiera sabia que sentir en ese momento, o que sentiría después, Fyodor colocó una taza de té caliente en una pequeña mesa y se sentó al lado de Chuuya, mientras lo observaba, Chuuya sentado con las piernas recogidas en su sillón, con una gran manta como si se estuviera protegiendo de algo.

- Chuuya, que pasó?

Hubo unos segundos de silencio

- Chuuya.

Otra vez volvió el silencio

- Dime que pas-

- Basta! No me pasó nada, estoy bien...

Dijo, pero sus palabras no coincidían, ya que las lágrimas comenzaron a salir, Fyodor solo se quedó en silencio, observandolo y transmitiendo tranquilidad.

Chuuya suspiró, mirando a la nada y apretando con fuerza la cobija con la que se protegía.

- Siempre pensé que amar a alguien era una maldita debilidad... Yo... Solo buscaba "divertirme" sabes...

Comenzó, con la voz cargada de frustración.

- Y especialmente a alguien como él... Cuando lo note...no quise aceptar lo que sentía. ¿Cómo podría? Yo no soy Gay... yo era un Alfa... eso... amarlo...era...erróneo para mi...

Chuuya cerró los ojos con fuerza, como si quisiera borrar esos pensamientos.

- Dazai.... El siempre tan arrogante, pero el era mi amigo...

- Pero también tan jodidamente encantador...Me hacía sentir cosas que no entendía, cosas que odiaba. Y ahora... después de todo lo que pasó, después de nuestra pelea... siento que lo odio, pero lo extraño tanto que me duele respirar...

Su voz se quebró al final, y un tenue susurro escapó de sus labios

-¿Cómo puede alguien a quien dices odiar ser también la única persona a la que no puedes dejar de amar?...

Dijo cubriendo su rostro con la cobija y pronto los leves sonidos se notaron,
Chuuya apretó los puños, temblando mientras las lágrimas caían sin control por su rostro.

Estaban sentados en un sillón en lo oscuro de la sala, lejos de cualquier mirada, pero ni siquiera la soledad podía calmar el nudo en su garganta.

-¿Sabes qué es lo peor, Fyodor?

Su voz se rompió en un sollozo ahogado mientras clavaba la mirada en el suelo.

- Dazai...yo...me enamoré de él. Maldita sea, lo hice....

Se llevó las manos al cabello, tirando con desesperación, como si el dolor físico pudiera arrancar el peso de su pecho.

- Y-yo, Chuuya Nakahara, supuestamente un alfa, un hombre, me enamoré de ese bastardo manipulador. Y lo peor es que no puedo odiarlo por lo que hizo. No puedo porque... porque soy un idiota que lo ama. Lo amo a pesar de todas las mentiras, a pesar de cómo me destrozó... y eso me está matando...

Levantó la mirada hacia Fyodor, los ojos encendidos con una mezcla de furia, dolor y desolación.

-¿Qué clase de persona soy para seguir deseando que vuelva, incluso después de esto?

Fyodor lo observó en silencio por un momento, dejando que el eco de las palabras desgarradoras de Chuuya se asentara en el aire.

Luego, con un suspiro casi imperceptible, habló, su voz baja pero cargada de una extraña calidez.

- Chuuya, el amor no es algo que puedas controlar, y mucho menos algo que puedas apagar solo porque duele.

Se inclinó ligeramente hacia adelante, buscando la mirada atormentada de Chuuya.

- Sé que duele, y sé que es injusto. Pero también sé que ese dolor que sientes ahora no es solo por lo que él te hizo, sino porque temes lo que significa amarlo.

- Temes lo que has descubierto de ti mismo. Pero, Chuuya, el amor... incluso el más caótico y devastador, como el que sientes por Dazai, es también una luz.

Fyodor dejó escapar una sonrisa suave, aunque sus ojos brillaban con algo más profundo.

- Pero primero tienes que decidir qué harás con ese amor. ¿Te consumirás en el dolor de lo que pasó o lo usarás para enfrentarlo? Solo tú puedes responder eso. Pero no te olvides de una cosa, Chuuya... no importa cuán roto estés ahora, mereces ser 𝒂𝒎𝒂𝒅𝒐. Y si Dazai es el único que puede darte eso, entonces enfréntalo.

𝑬𝒍 𝒎𝒊𝒆𝒅𝒐, 𝒏𝒐 𝒗𝒂𝒍𝒆 𝒎𝒂́𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓.

Continuará...



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