Dazai camina apresurado bajo la luz de los faroles del parque. Su corazón late fuerte, algo que jamás había sentido. El aire frío de la noche corta su piel, pero no le importa. Solo tiene un objetivo: encontrar a Chuuya y decirle todo lo que siente, suplicar por perdón.
A lo lejos, lo ve. Chuuya está sentado en una banca, con la cabeza inclinada hacia adelante, mirando sus manos como si buscaran respuestas en ellas. Se sorprendió al verlo en esa banca, como si estuviera esperándolo. El cabello de Chuuya parece brillar bajo la tenue luz del parque, pero su postura encorvada grita soledad.
Dazai se detiene por un momento, como si el peso de todo lo que siente lo obligara a tomar aire antes de dar el siguiente paso.
"Esto es todo o nada," piensa, mientras sus manos frías y siempre firmes, temblaban por primera vez. Luego avanza, con pasos firmes, hasta que está frente a él.Chuuya alza la mirada lentamente, sorprendido al verlo. Sus ojos están llenos de emociones mezcladas: confusión, resentimiento, y algo que Dazai espera aún sea amor.
—¿qué haces aquí? —pregunta Chuuya, con la voz ligeramente apagada.
Dazai no responde de inmediato.
Por unos segundos, ambos se quedan en silencio, escuchando el susurro de las hojas y el murmullo distante de la ciudad.
—He sido un idiota. —dice Dazai finalmente, su voz baja, cargada de sinceridad. Sus ojos buscan los de Chuuya, pero este los desvía.
—Eso ya lo sabía. ¿Qué más? —responde Chuuya, con un intento de sarcasmo que no logra ocultar el temblor en su voz.
Dazai deja escapar una risa suave, una mezcla de nerviosismo y dolor.
—No tienes idea de cuánto me duele haberte hecho sentir así, no debi hacer eso, por más que quisiera que fueras mio. Chuuya, es que... lo eres todo para mí.
Chuuya lo mira de reojo, como si buscara alguna señal de que esas palabras no fueran ciertas. Pero en el rostro de Dazai no hay mentiras esta vez, solo una vulnerabilidad que jamás había visto en el.
- Desde que te conocí, lo que sentí por ti siempre fue más que "amistad" no me importaba nadie, pero tu eres diferente, eres lo único de color en mi mundo gris y desolado. No quería que te fueras de mi lado, 𝑵𝒖𝒏𝒄𝒂. Y para que fuera así, solo pensé en atarte a mi. Quería encerrarte, en un bello florero que combinará con tu esplendor pero lo que no veía era que por más bello que fuera, seguía siendo una jaula, un agujero, pero... Esque yo te queria tanto, te deseaba tanto, que solo pensé en mi deseo.
- Soy egoísta, pero 𝑻𝒆 𝒂𝒎𝒐 𝑪𝒉𝒖𝒖𝒚𝒂.
Chuuya parpadea, atónito, mientras sus labios se separan como si fuera a decir algo, pero ninguna palabra sale.
Chuuya lo mira fijamente, sus ojos comenzando a llenarse de lágrimas que él lucha por contener. Se pone de pie abruptamente, alejándose unos pasos de Dazai mientras aprieta los puños.
—¡Eres un imbécil, Dazai! —exclama, su voz temblando, no solo de enojo, sino de algo más profundo—. ¡Vienes aquí, después de todo, y me sueltas esto como si fuera tan fácil! ¿¡Qué esperas que diga!?
Dazai lo observa en silencio, dejando que Chuuya desahogue lo que lleva dentro.
—¡No es fácil para mí! —continúa Chuuya, su respiración acelerada mientras las lágrimas comienzan a caer por sus mejillas—. No solo porque... porque tú me rompiste el corazón antes... sino porque... —hace una pausa, intentando encontrar las palabras, pero solo logra cubrirse el rostro con las manos—. Porque nunca me había sentido así por un hombre, por que yo era un Alfa! Enamorarme de ti... ¡y eso me asusta!
Dazai se levanta lentamente, sus ojos fijos en Chuuya, que ahora parece una mezcla de rabia y vulnerabilidad. Se acerca con cuidado, dejando un espacio para que Chuuya pueda retroceder si lo necesita.
—Chuuya, no te quiero perder ni ahora ni nunca —dice en voz baja, con una suavidad que nunca antes había usado.
Chuuya lo mira, sus labios temblando mientras las lágrimas siguen cayendo. Su enojo parece desvanecerse poco a poco, dejando solo el miedo y la verdad que lleva guardada.
— Eras...tan extraño, jamás te vi de otra manera, pero delante de ti, siempre fui vulnerable...Dazai —confiesa, su voz rota—. Pero... odiaba sentirme así. Odiaba pensar que me enamoraría. Y ahora vienes y me dices que me amas... después de todo...
Dazai da un paso más cerca, lo suficiente para alzar una mano y secar una lágrima de la mejilla de Chuuya con cuidado.
—No puedo cambiar el pasado, Chuuya. Pero puedo prometerte algo: nunca más voy a hacerte sentir como estos días.Con un suspiro tembloroso, Chuuya cierra los ojos y deja caer la última de sus defensas.
—Yo también te amo, Dazai —susurra, su voz apenas audible, pero suficiente para hacer que el corazón de Dazai dé un vuelco—. Y eso es lo que más me asusta.
Por un momento, el tiempo parece detenerse. El viento susurra entre las hojas, pero ni Dazai ni Chuuya lo notan. Todo lo que existe para ellos en ese instante son las palabras que acaban de salir de los labios de Chuuya.
Con cuidado, Chuuya levanta una mano, como si el simple acto de acercarse a Dazai fuera un salto al vacío. Sus dedos tiemblan levemente, pero no retrocede. Dazai, con los ojos vidriosos y una sonrisa que apenas puede contener, extiende la suya para tomarla.
Sin embargo, antes de que sus dedos se encuentren, Dazai da un paso adelante y lo envuelve en un abrazo desesperado, casi torpe por la intensidad. Chuuya siente cómo el aire es expulsado de sus pulmones por la fuerza del impacto, pero no le importa. Se queda quieto por un instante, sorprendido, hasta que finalmente cierra los ojos y deja que todo su peso descanse en los brazos de Dazai.
A su alrededor, el parque desaparece. Ya no hay faroles, ni viento frío, ni sonidos de la ciudad lejana. Solo están ellos dos, como si el mundo hubiera decidido detenerse para darles ese momento a solas.
—Chuuya... —susurra Dazai, con la voz rota contra su cabello— No te quiero...te necesito.
Chuuya deja escapar una risa suave, casi entre lágrimas.
—Eres un idiota, Dazai. Pero... supongo que eres mi idiota.
Dazai sonríe contra su mejilla, y con más suavidad esta vez, afloja el abrazo lo suficiente para mirarlo a los ojos. Chuuya lo observa, y en sus miradas no hay más dudas, solo la certeza de que, a pesar de los miedos, han encontrado algo que vale la pena. Sus labios se acercaron con delicadeza, juntándose.
El mundo puede esperar. Por ahora, solo existen ellos.
Continuará...
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Soy un Alfa!
Romansa𓂃 ࣪˖ ִֶָ🐇་༘࿐ Chuuya es un joven que asiste en un colegio, siempre estuvo con su amigo Dazai, todo iba bien hasta que llegó el día para saber si era un Alfa, Beta o Omega, para su suerte salió que era Alfa al igual que Dazai pero algo no cuadro cua...