Chuuya comía tranquilo en la mesa, su mente vagando en un mar de pensamientos. Estaba solo, pues Dazai se encontraba ayudando a los profesores con algunas tareas. El sonido de los cubiertos y el leve murmullo de las voces de fondo eran lo único que lo acompañaba. Sus ojos miraban distraídamente su comida, aunque su mente parecía no estar allí.Un suspiro escapó de sus labios, y lentamente guardó su plato. Últimamente, todo parecía girar alrededor de Dazai: las charlas interminables, las bromas, los momentos... y, claro, todo lo que sucedía cuando nadie más estaba mirando. Su rostro se tornó rojo al recordar una de esas situaciones. De repente, la frase "parecen una pareja" atravesó su mente como una flecha afilada.
Chuuya se levantó de golpe, sintiendo su cara arder. Caminó rápido, golpeándose la cabeza, intentando despejarse, tratando de ahogar ese pensamiento tan incómodo. Al llegar al aula, se dejó caer en su asiento, las mejillas rojas y la respiración agitada. Colocó las manos sobre sus mejillas ardientes y, de manera automática, dio unas palmaditas como tratando de disipar ese sentimiento extraño.
- ¡Nada de eso! ¡No me gusta! Soy hetero y además un Alfa.
Se dijo a sí mismo con firmeza, cruzando los brazos, pero la expresión de su rostro cambió de inmediato. La palabra "Alfa" resonó en su cabeza como un eco. El estómago se le hizo un nudo, y su mente comenzó a girar descontrolada. La confusión lo invadió.
- Yo... ¿Soy un Alfa?
La pregunta flotaba en el aire, pero lo que más le dolía era el recuerdo de su celo. Recordaba claramente cómo había perdido el control en esa situación, el dolor, la confusión... ¿Cómo podría ser un Alfa si había tenido un celo de Omega? Un escalofrío recorrió su cuerpo. ¿Acaso su naturaleza había cambiado? ¿Era posible que algo tan fundamental sobre él estuviera equivocado?
El miedo se apoderó de él, la incertidumbre nubló su mente, y la angustia aumentó tanto que su cuerpo comenzó a reaccionar. Su respiración se aceleró, sus manos temblaban y sus ojos se nublaron. Necesitaba respuestas, urgentemente. Se levantó de la silla, decidido a encontrar alguna explicación.
El pasillo era silencioso mientras caminaba hacia la enfermería, sus pasos resonando con fuerza. Cuando llegó, la puerta se abrió, y una enfermera, con una expresión amable, se acercó.
- Hola joven, ¿en qué te puedo ayudar?
Chuuya tragó saliva, la garganta seca, y se pasó una mano por el cabello, tratando de reunir valor.
- Eh... Es una pregunta sobre los exámenes que nos hicieron hace un tiempo...
- ¿Los de género secundario?
- Sí...
La enfermera lo miró con atención, como si notara la tensión en su rostro, y se movió detrás del escritorio para teclear en la computadora.
- ¿Cuál es el problema?
Chuuya cerró los ojos un momento y respiró profundamente, las palabras le salieron atropelladas.
- Tal vez hubo un error... O soy... diferente.
La enfermera lo observó con una leve preocupación. Escribió un par de cosas y luego se detuvo, frunciendo el ceño y volviendo a mirarlo, esta vez con una expresión de incomodidad.
- ¿Tus resultados son incorrectos? ¿Me dices tu nombre, por favor?
- Nakahara Chuuya...
Tecló su nombre, y en cuanto vio los resultados, la expresión de la enfermera se torció. Sus ojos se agrandaron, su rostro se tensó y una leve incomodidad comenzó a marcar sus movimientos. Ella no decía nada de inmediato, pero el silencio le hizo a Chuuya sentirse cada vez más inquieto.
- ¿Está todo bien? ¿Qué pasa?
La enfermera lo miró fijamente y, con una sonrisa incómoda, susurró:
- No hay ningún problema, tú... eres un Alfa.
La frase retumbó en su mente como un golpe brutal. La mirada de Chuuya se apagó, y su cuerpo se tensó. No podía ser...
- ¿Qué? ¡Dígame qué está pasando!
Su voz, cargada de angustia, hizo que la enfermera saltara un poco.
- Si no me dices la verdad... ¡Iré a la policía o algo así! ¡Esto no tiene sentido!
La enfermera, visiblemente nerviosa, bajó la cabeza por un momento, como si intentara encontrar las palabras adecuadas. Finalmente, con un suspiro, dijo con un tono tembloroso:
- U-usted es un Omega... Sus resultados fueron... cambiados.
Chuuya sintió cómo su cuerpo se desplomaba, el terror se reflejaba en su rostro. Su corazón latió con fuerza, como si intentara escapar de su pecho.
- ¿Q-qué...? ¿Por qué...? ¿Cómo...?
El pánico lo envolvía, y todo lo que podía hacer era temblar de incredulidad. ¿Cómo era posible? Había estado tan seguro de quién era. Pero ahora... Todo parecía una mentira. La enfermera, visiblemente apenada, levantó la mirada y dijo, con voz baja:
- Un chico nos pagó para cambiar los resultados... No sabemos la razón exacta... Él nos pidió que nunca habláramos de esto...
Chuuya, con los ojos inyectados de lágrimas, apenas podía mantenerse en pie. De pronto, como si el mundo se hubiera detenido, su mente procesó la última parte de la frase.
-¿Quién...? ¿Quién fue...?
La enfermera tragó saliva, su rostro palideció antes de responder:
- 𝑶𝒔𝒂𝒎𝒖 𝑫𝒂𝒛𝒂𝒊...
La sangre de Chuuya se heló al escuchar ese nombre. La habitación empezó a girar, su cuerpo ya no respondía. Dazai... ¿Él? ¿Cómo era posible? Un nudo se formó en su garganta mientras la angustia lo devoraba por dentro.
- ¿Qué...? ¿Por qué...?
La enfermera no respondió. Las palabras ya no tenían sentido para él. Solo había un eco en su cabeza, el nombre de Dazai resonando con una pesadez abrumadora.
Continuará...
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Soy un Alfa!
Romance𓂃 ࣪˖ ִֶָ🐇་༘࿐ Chuuya es un joven que asiste en un colegio, siempre estuvo con su amigo Dazai, todo iba bien hasta que llegó el día para saber si era un Alfa, Beta o Omega, para su suerte salió que era Alfa al igual que Dazai pero algo no cuadro cua...