falling ; lando norris.

𝟑𝟒-. 🧵 ; 🪡 ; 🍯 ; 🏁

Nota de la escritora:

—Holiii, normalmente cada capítulo tiene o un solo pov, o primero narra uno y luego el otro. Sin embargo, este, al ser un capítulo muy especial contaremos con povs cruciales como el de Daniel (🍯) y Lyla (🪡). Espero que no haya mucha confusión, y si la hubiera, sabéis que me podéis preguntar por los comments, por mensaje privado o por instagram en @littlericc. Espero que disfrutéis, os leo en commentsss.

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🧵 ANYA'S POV

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—¡Buenos días!—digo asomándome por la cocina, viendo a Lando de espaldas. Por lo que me acerco y le abrazo. Él tan solo gira la cabeza para mirarme y sigue comiéndose el desayuno. —¿Qué tal has dormido?

—Bien.—responde cogiendo mi mano que está sobre su abdomen, dando un beso sobre su dorso para acto seguido separarse de mí.—¿Y tú?

—Genial, me gusta mucho ver que amanecemos juntos.—confieso subiéndome a la encimera.

—Sí, está bien.—da el último trago de leche y lava todo con cuidado.

—No hace falta que lo laves, lo puedo hacer yo. Aún no he desayunado.

—Da igual, puedo hacerlo yo también.

¿Por qué me hace esto? ¿Por qué hemos pasado de imaginarnos una rutina prometedora a crear un bucle en el que cada vez que tenemos sexo, se vuelve un idiota conmigo?

—Haz lo que veas, en fin. Me voy a preparar la maleta para Milán.—me doy la vuelta y comienzo el camino hasta mi habitación para hacer la cama tras haber dejado un rato la ventana abierta para que la habitación se ventile. Puedo ver como entra Lando a la habitación y se agacha a ayudarme—No hace falta que me ayudes, puedo hacerlo sola.—su gesto no pasa por alto. Suelta la sábana y se va al aseo a vestirse.

Sin darle muchas vueltas a las cosas, acabo mis labores y me pongo manos a la obra con la maleta. He perdido la noción del tiempo, pero cuando Lando sale del baño ya vestido con la sudadera de McLaren y unos pantalones de cargo beige, me doy cuenta de que he preparado los suficientes outfits para todo el viaje, de manera perfectamente colocada. Tan solo me faltan algunos documentos, el bolso, maquillaje, productos de limpieza corporal y facial...

—¿Cuándo te vas?—pregunta apoyado en el marco de la puerta.

—No te preocupes, cuando me vaya tú no vas a estar.—respondo ya de mala manera.

—Empezamos bien la mañana.—y me deja ahí, sola.

—¿Perdona?—camino tras él.

—Anya, tengo que irme, va a venir Flo a por mí.—asiento despacio.

—Desde luego que bien no la empezamos.—Me quedo mirándole mientras se pone el abrigo y él resopla.—Pero al señorito no le pasa nada.

—No empieces de nuevo con...—nos interrumpe el claxon de Flo.

—Flo te espera, vete.—"Cobarde", pienso mientras le maldigo. —Que te quede muy claro que me debes una conversación, y o eres 100% honesto en ella y me dices toda la verdad, o te puedo prometer Lando, que tú no vuelves a tocarme ni un pelo. Espero que te quede claro.—me doy la vuelta y vuelvo a mi habitación.

(...)

La llamada de mi madre me despeja el cielo de mi cabeza. Todo lleno de nubarrones y borrascas tropicales. Resulta que Beatrice, Rafael y mi madre se han vuelto aún más cercanos de lo que ya lo eran, y van juntos a todos lados. Me gusta, no quiero que nadie esté solo allí.