A nadie le gusta tener que decir: tenías razón. Pero a veces es el golpe de realidad que necesitamos, y de cierta manera me pone feliz tener a alguien que lo haga. Esa persona es mamá.
—Principessa, ¿quieres un café?—asiento y cuando el café está hecho, coloco la taza en mis manos brindando calor a estas—Yo ya te dije lo que te tenía que decir ayer. Pero cariño, falta que te des cuenta tú también de eso.
—Lo sé, mamá. Sé que no sirve de nada llorar por él. Pero es que... No sé... Han sido tantos años, he sido tan cabezona con esa relación que ahora mismo no concibo una vida sin Marco.
—Gianmarco, Anya. Nada de apodos.—asiento dándole la razón.—La vida no se acaba por amor. Y si hay algún caso en el que se haya dado la casualidad de que sí se ha acabado por amor, debes saber que son excepciones. Nadie debería sentirse así por eso. Somos seres llenos de vida y luz, tenemos derecho a navegar entre el desconocimiento y la curiosidad para poder encontrar nuestro compañero de vida si es que es necesario eso. Lo importante y principal es mantenernos bien nosotros mismos, la relaciones sentimentales son en realidad un segundo plano.—besa mi frente y coge un cacho de bizcocho, poniéndolo en una servilleta para dármelo.
Tiene razón, pero me sigue faltando él, estaba convencida de que cambiaría.
—Soy consciente de ello, mamá. Pero yo... A lo mejor tengo algo que ver con su engaño. A lo mejor me ha dado señales para que cambie algo mío que a él no le gusta. ¿Pero y si...?—su dedo índice me señala un no.
—No hay peros. ¿Sabes que de pequeña decías algo muy sabio?—limpia mis lágrimas—Decías "cuando sea mayor no voy a querer novio nunca porque yo soy muy fantástica sola, no necesito novio, mami". No vas a ser menos por darte un tiempo. Gianmarco no merece una persona tan inteligente, carismática, humilde, trabajadora, divertida y talentosa como tú. Además los hombres no necesitan que nosotras nos equivoquemos en nada. Son idiotas por naturaleza en su gran mayoría. La comunicación existe, no es tu culpa que él no haya recurrido a ella.
—Gracias mamá, en serio...—me acoge en sus brazos y respiro aliviada.
Tener a mamá es un alivio, la amo y es lo que siempre me ayuda a recomponerme un poco tras un golpe.
(...)
Hay una idea que ronda mi mente con cierto descaro.
¿Y si viajo?
Una semana lejos de este desmadre llamado amor. Es lo que necesito. Fijarme en esculturas, en paisajes que no sean familiares... Una manera de curar, un tipo de medicina alternativa.
Reviso la lista de destinos.
—España. —Reino Unido. —Alemania.
Tres de mis destinos favoritos.
España ya lo he visitado, fui con mi madre hará dos años. Visité el marítimo este del país. La Comunidad Valenciana nos abrazó y se encargó minuciosamente de enamorarnos. Aún así, no siento que sea el destino ahora mismo. Volveré, sin lugar a dudas, pero no ahora.
Reino Unido... Ese país... Mi amor por ese país creció con mi etapa directioner. ¡No soy la única! Pero si puedo asegurar que ese amor perdura y crece con el paso de los años. Parece la oportunidad perfecta para por fin conocer ese país.
Alemania me parece un país enriquecedor para mis conocimientos, aún así, Reino Unido sigue estando en mi mente pegado con superglue.
Es entonces cuando necesito de nuevo el consejo de mi madre, y sin dudar, la llamo por teléfono en forma de videollamada.
—¿Mamá?
—Dime hija, ¡no me digas que estás llorando por...!
—¡No, no! Simplemente... Quiero irme de viaje sola, y necesito tu ayuda para elegir el destino.
—En ese gustoso caso, dime hija, te ayudo.
Hago un pequeño speech para cada país, y cómo no, resulta ganar el país inglés.
—Vale, ¿qué ciudades podría visitar de allí?
—¿Buscas algo mas mainstream?
—¡Mamá, no sabía que eras tan moderna!—se sacude el hombro con una mano.—Pero... sí, para empezar no estaría mal.
—Londres, Liverpool, Manchester, Edimburgo, Glasgow, algo menos mainstream pero que se mantenga en esa categoría sería Milton Keynes, Portsmouth... Swansea... ¿Woking?
—Woking no es muy mainstream, aún así me gusta. Ni pienso pisar tierras de Red Bull.—niego rápidamente.
—Bueno hija, esa ya es tu decisión. Woking está bien. El jugador este que te parece guapo... William Mount, o algo así es de Portsmouth, es un lugar precioso con su maaar... sus barcos...
—Impresionante, sabes el significado de mainstream pero no sabes decir Mason Mount.—me río.
—Mehmehmeh... Lo he dicho porque quiero hacerte reír.—vuelvo a soltar una apagada carcajada.
—Woking estará bien, mamá. Muchas gracias.
Al colgar resoplo, creo que es hora de pensar en mí.
——————
[2/2]
La otra parte, jeje. Ojito al siguiente capítulo 🏹
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
