Son duras, pero no me imaginaba este dolor en el pecho. Las mañanas de camino hasta el que ha sido mi lugar favorito de Italia comienzan a tener su fin, pero aún me quedan unas semanas hasta despedirme para siempre. Beatrice, ese característico olor que me recibe siempre, esos abrazos tan dulces que hacen que mi día mejoren un 100%... Supongo que son etapas de la vida.
Cuando abro la puerta del atelier, me reciben un silencio y oscuridad que jamás había percibido en este lugar, y al instante me asusto.
—¡Enhorabuena!—grita Beatrice saliendo de su despacho y encendiendo las luces.
—Beatrice...—cierro la puerta y voy hasta ella para dejarme rodear por sus brazos.
—Mi niña... ¡Te vas a Londres!—aplaude y me pone una diadema con antenitas, de las cuales salen dos banderas de Reino Unido. —Todo estaba organizado para que dijeras que sí.
Y me lo esperaba, por completo.
—¡No me dijo usted que era amiga de la grandiosa Lyla Smith!
—¿La conocías?—asiento.
—Sabe que adoro la Formula 1, pues... su novio es Daniel Ricciardo. Corre en McLaren con Lando Norris. Mi piloto favorito.—ella abre la boca sorprendida.
—¡No sabía eso! Te habrá presentado a...—levanto un dedo en el aire y le enseño la foto que hizo Daniel en la cena de los cuatro.—¡Aaaaah! ¿Y quién es quién?
Le explico todo al detalle, y ella no deja de decirme que a Lando le he "encantado". Siempre ha tenido ese complejo de cupido, y tampoco puedo culparla. Siempre que la contaba algo de Gianmarco, me decía que entendía que quisiera tener novio. Pero que podía tener otro, que Gianmarco era tan solo un estúpido impedimento para seguir desarrollándome.
—De verdad, ha sido increíble esta semana. Y estoy muy agradecida con esta oportunidad tan sumamente grande, Beatrice. Pero me da mucha pena dejar todo esto aquí—miro las paredes del atelier desde mi asiento—Y más ahora, que necesitaréis ayuda.
—Cariño, no te preocupes por Rafael y por mí, ¿vale?—ladeo la cabeza—Esta noche podrías venir a cenar, Rafael te quiere ver. Quiere darte una cosa, y le apetece que pasemos un ratito cenando y bebiendo buen vino.
Y es una invitación que no dudo ni medio segundo en aceptar, tengo que disfrutar de este poco tiempo que me queda aquí en Italia, y más con ellos.
(...)
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