✎ 𝟑𝟑.- 🧵

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🧵 ANYA'S POV



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—Es simplemente increíble...—dice Sam cruzándose de brazos mientras ve las fotos de los jersey acabados proyectadas en la pantalla. —No te hagas la humilde, llevas talento en las venas, chica.

Arranca una sonrisa en mí y abrazo a mi compañera.

—Esta vez solo puedo decir que estoy enamorada de mi producto, me parece tan elegante... Simplemente trato de digerir que mi trabajo está plasmado en un dichoso jersey para Prada.

—Y este tan solo es tu tercer día, imagina todo lo que puedes conseguir aquí, Anya.—agacho la cabeza—y pensar que habían cosas dentro de esa cabecita que no te querían dejar disfrutar de la vida que te mereces... Bueno, ¿necesitas que le lleve algo a Lyla o a Lydia? Voy a sus oficinas ahora.

—No, tranquila. Puedo ir yo.—sonrío amable.

—¿Segura? No me cuesta nada.—Niego de nuevo y levanta las manos en su defensa.—Está bien, te dejo seguir tu trabajo. ¡Si necesitas algo ya sabes!

En cuanto Sam se va, miro mi teléfono.

Nada.

No hay mensajes por parte de Lando, ni una señal de vida. Solo silencio.

Siento que a Lando le ocurre algo. No sé si quizás nos equivocamos al tener relaciones en Austin, pero le siento más distante que nunca, y aunque lo niegue, sé que pasa algo. Más cuando me miente tan descaradamente. Me di cuenta de que se fue de mi casa a las 4:22 para ser exacta. Igual tenía sus razones para irse antes, pero me tiene ciertamente preocupada toda esta situación.

Es miércoles, por lo que hoy justo quedan 2 días para irnos a Milán todos los trabajadores de la sede para presentar nuestras creaciones de cara a la nueva temporada. Estoy tan estresada a pesar del tiempo que llevo aquí, que tan solo me apetece llorar mientras miro toda la documentación que tengo que rellenar.

—Maldita sea la hora que decidí enseñar los dos bocetos de los jerseys de mierda. Qué asco me da la vida, dios santo.—susurro tirando el boli a la mesa.

—¡Toc, toc!—dice Daniel desde la puerta—Espero no molestar, pero están todos cenando en la cafetería de la sede. Me ha preocupado un poco no verte ahí, así que te subo la cena, y bueno...—Me da una bolsa pequeña de papel.—He visto una ensalada que tiene muy buena pinta, he cogido dos. Voy a cenar contigo si no te molesta.

—Daniel...—susurro sintiendo como empiezan a caer las lágrimas. Tengo que levantarme y darle un abrazo. Él apoya su mentón en mi cabeza y acaricia mi espalda efusivamente de arriba a abajo.

—Oye, ¿qué pasa por esa mini cabecita?—pregunta limpiando mis lágrimas.

—Estoy agobiada, no sé. Me gusta la acogida que le han dado a mis ideas, pero ahora tengo de golpe tantas responsabilidades que no sé si sabré dar la talla. Y lo peor es que yo le he exigido a Lyla hacer todas estas cosas. Ella me dijo que todo a su tiempo, supongo que mi miedo a no parecer suficiente para este cargo me está dejando un poco abrumada.

—Escúchame, díselo a Lyla. Está prácticamente más enamorada de ti que de mí.—me río—En casa está siempre haciendo algo de organización en la agenda para quitarte trabajo y que estés más a su lado. Disfruta de tu cargo, si eres su mano derecha, eres eso. Tómatelo con calma, cielo.—me abraza y revuelve mi pelo un poco con una dulce caricia.—Aunque creo que hay algo más, ¿qué pasa? ¿Te sientes cómoda hablándolo conmigo?

falling ; lando norris. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora