✎ 𝟐𝟔.- 🏁

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🏁 LANDO'S POV.



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Recuerdo cuando los entrenamientos empezaron a tener mayor exigencia porque subía de categorías en automovilismo. Salía tan agotado que prácticamente me arrastraba por casa cuando llegaba.Aún así, no ha cambiado nada, porque tengo 22 años y sigo arrastrándome a mi coche cada vez que acabo una sesión.Todo sigue igual.

Esta vez paro en una cara cafetería (ya sabemos de cuál hablo) que tiene muy buenos cafés (valga la redundancia) ya sé que a Lyla le encantará que la lleve un croissant bien calentito ahora que hace tanto frío de golpe. Todo sigue igual... de nuevo.

Y preguntaréis... ¿Lando, y es necesario ir a molestar a Lyla Smith cuando seguramente esté hasta arriba de trabajo? ¡Por supuesto! Es mi recompensa por haberlo hecho tan bien en el gym, sino mi rutina no tendría sentido.

Antes de bajarme del coche, me echo perfume para asegurarme de que no huelo a sudor, cojo los cafés, las bolsas con los dos croissants y con cuidado cierro para evitar verter nada. La sede de Prada en Londres es simplemente... Magnifica. Se nota que Lyla es la jefa de este lugar, porque solo alguien como ella podría mantener tan a raya este lugar.

—¡Knock, knock!—digo llamando a la puerta con el pie.

—¡Adelante!—grita Lyla desde dentro de su despacho.

—¡Adelanto! Pero abre que tengo las manos llenas.—su risa se hace presente y a los segundos veo cómo abre—¡Sorpresa!—sonrío y ella niega divertida.

—Trae, anda... mira que eres oportuno, Lando. Siéntate, por favor. ¿Qué tal?

—Bien, bien. Acabo de terminar en el gym con Daniel, él ha dicho que se iba a casa que tenía que hacer nosequé... No le he oído la verdad.

—Hoy le tocan a él las faenas de casa. Será eso.—abro la boca y asiento comprendiéndolo.

—¿Y tú? ¿Qué te tiene tan hasta arriba de trabajo?

—Esto...—me pasa un cuaderno y lo abro.

—Anya Morelli...—leo en la etiqueta, para acto seguido ver miles de bocetos de piezas de ropa—Wow... ¿No es increíble?—asiente.

—Acabo de tener una entrevista con ella, y las sensaciones han sido tan positivas que si de mí dependiera la última palabra, esta pedazo de mujer ya tendría su oficina en este edificio del demonio.—da un sorbo al café—mmmm... qué bueno el frapuccino de caramelo dios mío.—pone los ojos en blanco y se ríe—Bueno, pues eso. Que la he ofrecido un puesto en el apartado de diseño. Trabajaría codo con codo con ella, así que... Bien.

—¿Cuántos años tiene?

—No puedo dar ese dato.—muerde el croissant—Existe algo llamado Ley de Protección de Datos.

—Lyla, soy tu mejor amigo.—pone una mueca y niega.

—Me importa una mierda, Lando.—se ríe y vuelve a negar—Lo siento cielo, no puedo darte más datos de ella.

—Seguro que es una señora mayor ya.

—No puedo darte más datos significa que... no puedo darte ni un solo dato más de ella, por favor. ¡No me sigas poniendo en un aprieto, Lando!—levanto las manos en mi defensa y asiento.—Bueno, en realidad le gusta mucho la Fórmula 1.

—¿Pero Lylss, no ibas a no darme ni un dato más?—resopla rodando los ojos y vuelve a morder el croissant—¿Me vas a decir si sabes su piloto favorito o infringes la Ley de Protección de Datos?

falling ; lando norris. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora