¿Ella adicta?, yo hipócrita.

22 11 13
                                    


Paloma Smith

Me encontraba en un lugar conocido, muy conocido para mí, era el parque dónde papá nos llevaba a jugar a Laura y a mí. Estaba completamente vacío pero los juegos estaban encendidos, cómo si estuvieran siendo usados, el carrusel tenía a sus caballitos subiendo y bajando y de él salía una hermosa melodía, la montaña rusa daba vueltas y sus luces de colores cegaban, todo estaba exactamente igual a la última vez que había ido con mi padre. Miré a mi alrededor y me di cuenta que no estaba sola. Un padre con sus dos hijas estaban sentados en una banca no muy lejos, comían helados de fresa los tres, las niñas tendrían unos ocho o nueve años, la niña que tenía dos coletas miró a su padre y le entregó su helado.

- No quiero descansar papito...- hizo un puchero y algo se removió dentro de mí- Quiero subir de nuevo al carrusel, por favor, porfis, porfis, porfis.

El padre puso su mano en los hombros de su hija y le regaló una sonrisa.
- Ita, hija. Recuerda que luego te pones mareada y cuando llegamos a casa tu madre se enoja, mejor descansamos un rato y te prometo que luego subirás al carrusel. Por ahora dedícate a comer tu helado al igual que tú hermana.- finalizado su tratado con la niña, le besó la frente. Me di la vuelta y se me escapó una lágrima.

Paloma, Paloma, Paloma. Oí de lejos mi nombre y me levanté rápidamente. Me aturdí enseguida por haberme sentado tan rápido. Estaba en mi cuarto y tenía a mi madre y a Laura sentada a cada lado de mi cama. Comprendí que lo que estaba viviendo hace un momento en mi mente, era un recuerdo y me embarcó rápidamente la decepción por no poder volver a esos días.

- Me duele mucho la cabeza...- tenía la garganta seca y me llegaron recuerdos que sirvieron de explicación a cómo me encontraba.- Me puedes dar una vaso de agua Laura, por favor?

- Ahora te lo traigo.- Laura salió de la habitación y miré a mi madre quien tenía la cabeza gacha.

- Qui-quién era ese hombre?- sabía quién era pero quería creer que no era otro de los cobradores a quién mamá le debía tanto dinero.

- Le debo dinero.- dijo y miré hacia una esquina de mi habitación, mi madre por mucho tiempo ha estado ganándose deudas y problemas. Que necesidad tenía? Por qué no podía cómo otras personas, asistir a terapia o a desintoxicación? Por qué era tan débil?.

- Otra vez por estar consumiendo esa porquería? No sé ni para qué te pregunto. No hay un día que hagas algo por nosotras mamá?. Empecé la universidad y no tengo un auto en el qué ir porque tengo que constantemente estar pagando tus deudas, deberías pensar un poco más en tus hijas y dejar de consumir esa basura que te mata lentamente.- me miró con odio. Iba a hablar pero la interrumpí.- Laura ni siquiera pudo seguir estudiando porque, tú mamita, sólo te preocupas por tí y por tener de tu droga, a veces me dan ganas de decirte lo mucho que te odio por no poder pensar en nadie más que tú, eres muy egoísta.

- No sabes lo que se siente Paloma, no me juzgues.- Claro, esa era siempre su frase "No sabes lo que es Paloma" "No me juzgues Paloma" "Cállate Paloma" "Mantente al margen Paloma". Pero no me podía quedar callada si todo lo que hacía me afectaba y a pesar de lo mucho que la odiaba a veces, era mi madre y a la vez la amaba.

- Tú tampoco sabes lo que se siente vivir con una drogadicta que sólo se quiere a ella misma, tú tampoco sabes lo que se siente que tu padre te halla abandonado y tampoco sabes lo que se siente ser yo!- terminé la frase en gritos y ella soltó una lágrima, lágrimas de cocodrilo, siempre lloraba y luego iba a fumar de su droga.

- Perdón, hija.- dijo llorando. La rabia me consumía por dentro, a veces no quería ser yo, luego recordaba que por más egoísta, mala o drogadicta que fuese, era mi madre y me había dado a luz, me había amamantado y me había dado amor en los primeros años de mi vida.

Paloma Mía {Borrador}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora