Preciosa Ita

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La chica estiró sus piernas y metió su mano en el bolsillo de su abrigo. Pude ver desde la poca distancia que separaba mi auto del banco donde la castaña estaba sentada, que sacó del bolsillo una cajetilla de cigarros. Se veía apagada, tenía una mirada tan profunda que podías perderte en ella, aún sin estar demasiado cerca podía ver que era idéntica a él, esos mismos ojos castaños eran inolvidables. Encendió un cigarro y lo fumó con toda su calma, era hipnotizante, fumó otro cigarro, agarró su mochila, se puso su capucha y echó a caminar fuera del perímetro del parque. Saqué mi teléfono móvil mientras la seguí observando caminar por la oscura calle. Encendí el auto y la seguí a una distancia prudente.
Llamé a ese número que tanto localizaba y al primer timbre, contestó.

- Estaba fumando en un parque, ahora camina sin rumbo, o si tiene, no sé.- le dije.

- Fumando?- noté sorpresa en su voz, también un poco de angustia.- Cuánto fumó?

- Dos cigarros, es idéntica a tí.- escuché que soltó un suspiro.- En todos los sentidos.

- Hablaste con ella?- preguntó y vi algo inusual en el caminar de la muchacha que seguía...

- Te llamo después.- corté la llamada y detuve el auto mientras que la veía tambalearse un poco. Salí lo más rápido posible del auto y corrí hasta ella, cuando llegué ya estaba desplomada en el pavimento.

Desde cerca era aún más bella. Me obligué a sacar esos pensamientos de mi cabeza y la tomé en brazos, se veía grácil y era liviana cómo una pluma.
La puse cuidadosamente sobre los asientos de la parte trasera del coche y arranqué el carro rápidamente. Conduje hasta el hospital más cercano rebasando los límites de velocidad.

Cuando llegué al hospital la saqué del asiento trasero del auto y prácticamente corrí hasta urgencias.
Aparecieron dos enfermeros con una camilla cuando empecé a gritar por ayuda.

- No sé que le ocurrió.- dije rápidamente con un poco de nervios.- Se desmayó de la nada.

- Bien, es usted familiar de la señorita?- preguntó serena la enfermera. ¿ Cómo podía estar tan tranquila cuando la chica seguía inconsciente?

- Si.

- Ok, ahora la revisaremos y le haremos análisis, te informaremos cuando tengamos resultados o se despierte.

- Bien...- la enfermera ya daba media vuelta cuando la llamé nuevamente.- Por favor, cuando despierte dígale que no sabe quién la trajo al hospital. Si?, por favor.

Le regalé una grande sonrisa, dudó unos momentos pero luego asintió, para marcharse al fin. Eso era poco ético de su parte, pero bueno...Lo importante es que me ayudó.

Saqué mi móvil del bolsillo delantero de mi prenda inferior y me senté en uno de los incómodos asientos de la sala de espera. Marqué nuevamente su número.
Me respondió al instante.

- Qué ocurrió?- era mi admiración.- Por qué me colgaste de esa forma?

- Se desmayó.

- Qué? Por qué?. Dónde están?. Responde, por favor.- Hablaba muy rápido, se podía notar la angustia en su voz.

- Tranquilo, estamos en el hospital, la están revisando.- intenté usar un tono de voz que le transmitiera tranquilidad, me fue difícil, yo también me encontraba preocupado.

- En qué hospital están?

- No. Para qué quieres saber?- mi tono de voz se tornó firme nuevamente y oí cómo soltó un resoplido.

- Pues para mandar a una paloma mensajera para ver cómo se encuentra ella.- soltó con sarcasmo, para luego taladrarme los oídos con un fuerte grito.- Serás idiota?. Te pregunto porque es obvio que iré.

- Lo arruinarías todo si te apareces sin más.- trato de razonar con él.

- No me importa, necesito que me digas en qué hospital se encuentran.- comenta exasperado.

- Pondrás su vida de cabezas, recapacita por favor.- la recordé fumando tranquilamente. Oí del otro lado de la línea un suspiro.

- Ok, por favor mantenme informado de todo lo que te digan los médicos.

- Lo haré.

- Y, por favor... cuídala.- me dice bajando el tono de su voz, este tema le afecta y odio escucharlo de esa forma.

- Con mi vida.- aseguré y corté la llamada.

Estuve exactamente treinta y cuatro minutos sentado en esas incómodas sillas hasta que apareció la misma enfermera que se llevó a la muchacha.

- Está fuera de peligro, no tenía nada demasiado grave.- habló y en su voz se notaba que tenía intenciones de calmarme y transmitirme tranquilidad.

- Entonces por qué se desmayó?- pregunté con más preocupación de la que debería tener.

- Tiene una conmoción cerebral.

- Y...a qué se debe eso?- a este punto ya quería ahorcar a esa enfermera por no soltarlo todo de una buena vez.

- La paciente se golpeó en la cabeza?

- Verdaderamente no sé.

- Bien, pudo haberse golpeado y esa sería la razón de la conmoción cerebral que presenta, en unos días se le deberían pasar los síntomas, pueden durar hasta algunos meses. Necesita descansar y es sumamente importante que no utilice demasiado el teléfono móvil.- asentí - También le indicaremos algunos medicamentos para que se recupere más rápido.

- Muchas gracias, enfermera. Ella...ella despertó?

- Si, hace unos momentos. Cómo me pidió, no le informé quién la trajo al hospital.

- De nuevo muchas gracias.

La enfermera se fue por dónde mismo vino y me dirigí hasta la recepción, tenía que pagar los gastos médicos.

- Hola, qué se le ofrece?- preguntó un chico mirando una computadora.

- Quiero pagar los gastos médicos, junto con las medicinas y todo lo que haga falta de una paciente.- comenté.

- Ok, dígame su nombre.

- Paloma Smith.

La famosa Ita.

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Nota de la autora:

Holaaa, qué les pareció este misterioso chico? y ¿Cómo sabía el apodo de Paloma?. Gracias por leer.

No olviden comentar y votar si les gusta la historia.❤️🦋

Paloma Mía {Borrador}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora