Ezra

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Narra Paloma

Era por la tarde cuando esperaba a Laura en la sala de espera...

- ¿Qué dijo la doctora?- Estábamos en la consulta ginecológica.

- El sangrado era debido a las relaciones sexuales rudas, fue por eso.- caminamos fuera del hospital.

- Mírame Laura.- nos detuvimos.- ¿Te violaron?

Me miró espantada.

- No.

- Entonces no lo hagas nuevamente con ese hombre. Después de todo, no me lo has presentado. ¿Es tu novio, él te hizo esto?

Negó.

- No es mi novio y no lo volveré a ver nunca, no sé quién es.

- Eres demasiado insensata Laura.

- Me lo merezco.

- Ey, no. No te mereces nada malo¿Ok?

- Si supieras...- bajó la mirada.

¿Qué tenía que saber? Aún no me quería llevar un disgusto, no le pregunté nada sobre eso.

Caminamos hasta casa, dejé a Laura en cama, le apliqué ungüentos y me aseguré de vestirla con ropa que cubriera los golpes y le cubrí los moretones del rostro con  su maquillaje. Mamá aún no llegaba a casa, igual Laura no quería que ella se enterase de lo que sea que le había pasado.
Luego hice la tarea de la universidad y el resto del día charlé con Laura. A las ocho de la noche oí que la puerta de la casa se abría.

Bajé las escaleras y encontré a Victoria sentada al lado de la puerta con los ojos cerrados. Me acerqué hasta sentarme a su lado.

- ¿Estás bien, mamá?- le pregunté. Abrió los ojos y pude ver que los tenía inyectados en sangre.

- Estoy genial, pero...- empezó a llorar, era más que obvio que estaba drogada.- ¿Y tu padre?¿Él estará bien?¿Seguirá vivo?

Me tensé. Ella no solía hablar de mi papá, incluso lo evitaba.

- Mamá, a tí no te importa mi padre, ya no hables de él, por favor.

- Sí me importa. He hecho cosas a causa de la rabia que no tienen perdón. Laura lo odia tanto por mi culpa, le inculqué siempre que nos había abandonado, aún sabiendo que lo hizo por nuestro bien...- la sala se llenó de su llanto, menos mal que Laura dormía.

¿Qué? ¿Por nuestro bien?

- ¿Qué dices, mamá?

- Lo hizo por nosotras Paloma, aún sin tener una obligación las amó a ustedes dos con toda su vida y si se alejó fue por el bien de ustedes y mío.- ¿Por qué me decía esto ahora?- Ha intentado cuidar de nosotros pero yo lo único que he hecho es causarle dolor. Soy una muy mala madre.

- Basta, no sigas...- le advertí, odiaba verla llorar.

- Hija...

- No, basta, ve a dormir. Mañana seguro no te acordarás de lo que has dicho.- me aseguré de que entrara en su cama y  se durmiera.

Empecé a revisar toda su habitación. Los cajones, su armario, bajo la cama, en su tocador e incluso la revisé a ella pero no encontré nada de droga, hasta que revisé las almohadas y encontré dos paquetes de cocaína. ¡Oh no! Les debía demasiado dinero. Fue un alivio que no estuviesen abiertos.

Cogí el teléfono de mi mamá y busqué en sus contactos, sólo tenía 5. Los dos más recientes éramos yo y Laura, él tercero decía "Coca" y los dos últimos estaban agregados con una H y una E. Le tomé una foto con mi teléfono a los números de los tres últimos y organicé su habitación. Le besé la frente y salí de casa, tenía que esconder la droga.
Miré el patio y me acerqué a la casita que había pertenecido a Doqui, mi primera mascota, un dálmata.
Aparté la gruesa alfombra que hacía función de suelo y cavé un hoyo en la tierra, metí los paquetes y le eché tierra arriba, luego volví a poner la alfombra.

Paloma Mía {Borrador}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora