La vida no es rosa, tampoco justa, Ezra.

9 3 36
                                    

Narra Ezra

Ella iba de aquí para allá, llevando pedidos y limpiando mesas, se veía que tenía esa chispa de perspicacia. En sus ojos y con la habilidad con la que se movía destilaba confianza en sí misma.
Se desocupó un poco y notó que yo estaba esperando para ser atendido.
Avanzó hacia mí a pasos rápidos.

- Buenas noches. Seré su camarera durante su estancia. ¿Ya decidió lo que va a ordenar?- Volver a escuchar su voz fue agradable, demasiado, tenía la loca sensación de que la había extrañado. Espera... ¿No se acordaba de mí?

- ¿No te acuerdas de mí?- Negó con la cabeza. Qué ironía, yo no la podía olvidar. - Mi dama en apuros.

Hizo una mueca y descubrí que sí se acordaba de mí ¿Entonces por qué fingía que no?

- Ohh si.- solté una risita.-Te agradezco mucho, demasiado.

- No debes agradecer.- fingí mirar el menú.- Mmm, creo que ordenaré un spaghetti italiano y una cerveza.

Asintió y no tomó nota ¿Acaso recordaba la orden de cada cliente? No le di vueltas al asunto.

- En un minuto.- se dió la vuelta y me dejó ver su espalda, inconscientemente mis ojos se deslizaron hasta su trasero. Me di una bofetada mental para salir del trance en el que había entrado. <<Mal, muy mal>> Pensé.

Se tomó muy poco tiempo en traer mi orden y seguir trabajando.

No toqué mi comida, al contrario, me dediqué a seguirla con la mirada por todo el establecimiento. Minutos más tardes me dedicó una mirada de soslayo y pareció percatarse de que no comía porque se acercó a mi mesa nuevamente.

- ¿Hay algo que le moleste señor?- tenía el entrecejo fruncido. Le sonreí para no preocuparla, seguro pensaría que había hecho algo mal.

- Oh no, estoy bien. Llámame Ezra.- Vi que su ceño se fruncia aún más y al instante me arrepentí de haberle dicho mi nombre.

- Ok.- Se dió la vuelta y antes de marcharse me habló.- Llámame Paloma.

Una boba sonrisa se extendió por mi rostro, la intenté borrar enseguida ¿Pero qué me ocurría?

Sentí una vibración en el bolsillo de mi chaqueta y saqué mi teléfono, tenía un mensaje de él.

<< ¿Estás con ella?>>

<< Si, en su trabajo>>

<< ¿Puedes tomar algunas fotos, por favor? >>

No me pude negar y empecé a fotografiarla, en todas las fotos estaba distraída y tenía la asombrosa habilidad de asemejarse a un ángel en ellas.

<< Hermosa >> Me reaccionó a las fotografías.

<< Ya lo creo yo también>>

Fue lo que le respondí antes de guardar nuevamente el móvil.
Sabía que no era correcto perseguir a una joven, pero si tenía los motivos correctos era aceptable. Mi único objetivo era protegerla y mantenerlo informado a él. Entendía el por qué de todo lo que hacía, no podía negarme a ayudarlo cuando conocía sus razones, las cuales no eran nada agradables.

No sé cuánto tiempo me quedé sentado observando a Paloma, iba de acá para allá. Me asombró que tuviese la capacidad de recordar los pedidos que les correspondían a los clientes, tenía una muy buena memoria.

El restaurante se comenzó a vaciar y por fin ella pudo tomar un descanso. Tiempo después noté que me miraba y luego que se acercaba a mi mesa.

- Ezra, el establecimiento va a cerrar.- En su rostro se notaba el cansancio.

Paloma Mía {Borrador}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora