Capítulo #16

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Suguru -Ponte cómoda, toma una ducha, buscaré ropa para que te cambies. Mañana iremos de compras.- contemplé la habitación en la que estábamos.

-Es tu habitación, ¿no es así?- me crucé de brazos y él solo me sonrió como un niño pequeño.

Suguru -Así es, ahora es tuya también.-

-Ayyy Suguru, ¿qué va a pensar tu padre?-

Suguru -Tranquila, ya hemos tenido intimidad y dudo que a mi padre le moleste la idea.- comenzó a buscar en su armario.-Así que, de ahora en adelante esta será tu habitación.- observando bien la misma, era muy bonita, una perfecta combinación entre tradicional y moderna le daba ese toque caracteristico de Suguru, un aroma a lavanda muy sutil estaba en el ambiente.

-Está bien.- dije y me acerqué a Suguru a darle un abrazo por la espalda.-Gracias, Suguru.- no pude contenerme y comencé a llorar, odiaba hacerlo, pero mi pecho no aguantaba más. Lentamente Suguru se dió la vuelta y quedó frente a mi, envolviendo entre sus brazos me besó la frente.

Suguru -Te quiero Leila.-

-Y yo a ti Suguru.- permanecimos abrazados por unos minutos.-Oye  dame una toalla, por favor.- el rió y volvió a besar mi frente.

Suguru -Lo que usted quiera.- buscó en una de sus gavetas y me extendió una toalla.-¿Te parece si nos duchamos juntos?- abrí mis ojos de par en par.

-¿Estás loquito?-

Suguru -¿Porqué no?- sonrió con picardía.-Bueno... está bien.- me dió un beso en la frente y caminé al baño, me desprendí de mi ropa y me adentré a la ducha.  El agua caliente recorría todo mi cuerpo y relajaba los músculos de mis hombros, había estado en pura tensión con todo esto.  Cerré mis ojos y traté de dejar mi mente en blanco pero fue imposible. 

-¿Porque demonios todo se tiene que complicar?- comencé a sentir un nudo en mi garganta, volvería a llorar, y no quería, no quería soltar más lágrimas por esta situación.  Pasé ambas manos por mi rostro y sacudí mis pensamientos.

Tocaron la puerta del baño.

-Adelante.- a través del cristal de la dicha observé a Suguru colocar una muda de ropa en un pequeño gabinete, y junto a la ropa, acomodó un cepillo para el cabello, uno de dientes y un secador de cabello.-Gracias.- agradecí.

Suguru -No hay de qué.- dejó lo que estaba haciendo y dirigió su mirada a mi, contemplo mi cuerpo por unos instantes.

-¿Quieres entrar, no es así?- pregunté y él asistió.-Está bien, entra.- una pequeña sonrisa se formó en mi rostro mientras Suguru se deshacía de su ropa y entraba en la ducha.

Suguru -Te ayudo.- tomó un envase que contenía shampoo y lo aplicó en mi cabello, me daba un pequeño masaje mientras lo lavaba, se sentía de maravilla.

-Se siente bien.-

Escuché una risa de su parte y después comenzó a enjabonar mi cuerpo, empezó por mi espalda, pude sentir su mirada recorrerla y sus dedos acariciar mis cicatrices, después fue a los brazos, me dió la vuelta y continuó con mi tórax, pechos, abdomen, su mirada era una muy concentrada en lo que hacía, no dejaba ni un milímetro de mi cuerpo sin recorrer con sus manos y esponja colocándose también en cuclillas para limpiar mis piernas.

Suguru -Cierra los ojos.- dijo y obedecí para luego sentir el cálido chorro del agua recorrer mi piel.  Sus grandes manos terminaron de enjuagar mi cabello y cuerpo.  -¿Puedo preguntar algo?-

-Claro.-

Suguru -¿Tu padre es un hombre tradicional, no es así?-

-Sí, le gustan las tradiciones de su país.- me entró la curiosidad.- ¿A qué se debe la pregunta?-

Destinados (Suguru Geto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora