Capítulo #13

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-Me haces cosquillas.- dije mientras los labios de Suguru besaban mi espalda desnuda.  Sus manos llegaron hasta mi cicatriz y luego depositó un beso en ella.

Suguru -Eres hermosa.- susurró en mi oído.  El agua recorría nuestros cuerpos y el tacto del uno al otro nos hacía sentir extasiados.  El tiempo parece detenerse cuando me encuentro en sus brazos, es simplemente mágico.

Al terminar nuestra ducha, ambos secamos el cabello del otro, nos colocamos la pijamas y nos acostamos, mi cabeza estaba en el pecho de Suguru, deleitándome en el sonido de su corazón.  Sin más quedé profundamente dormida, ajena al mundo pero con la certeza de que soy feliz porque estoy con Geto.

Al día siguiente...

Shoko-Vayan, vengan y no se detengan.- dijo mientras Suguru y yo nos íbamos.  Me propuso salir a conocer el lugar y a divertirnos un rato.

-Bye.- me despedí y tomada de la mano de Suguru salimos del hotel.  Suguru detuvo un taxi y emprendimos viaje.

-¿A dónde vamos?- pregunté al  ver que nos alejabamos de la zona costera.

Suguru-Ya verás pequeña impaciente.- me dio un beso en la frente.  Durante el trayecto charlábamos de diferentes cosas, desde libros, películas y hasta temas políticos,  algo que me sorprendió mucho de su parte.

Taxista -Ya llegamos a su destino.- ante la buena charla que teníamos no me fije en donde estábamos, nos habíamos adentrado en las montañas, hermosos templos budistas yacían por el lugar, era simplemente hermoso.

Mi mirada estaba totalmente iluminada por la magia del lugar.  A pesar de que mis ideologías religiosas no eran budistas, respetaba y admiraba la religión. 

-¡Suguru, este lugar es bellísimo!- Geto pagó el taxi y ambos bajamos. 

Suguru -Sabía que te gustaría.- me tomó de la mano y subimos unas escaleras para poder entrar a uno de los templos. Ahora comprendí porque estábamos vestidos con vestimentas tradicionales. 

Al entrar a uno de los templos, pudimos observar hermosas decoraciones religiosas, incienso encendido por todo el lugar, había un monje el cual al vernos sonrió e hizo una pequeña reverencia la cual ambos devolvimos.

Suguru-Ven.- caminó un poco más de prisa y nos adentramos más en el templo.  Estaba comenzando a oscurecer.

-Suguru, ¿a dónde?....- quedé estupefacta ante lo que veía.  Habíamos salido al otro lado del templo para llegar a una especie de terraza y les juro que el atardecer ha sido el más mágico y hermoso que he visto en toda mi vida.  Entre dos montañas se metía el sol, el cielo estaba pintado de amarillo, naranja y rosado, y para seguir añadiendo perfección al paisaje, un gran lago era el espejo del cielo.

Suguru-Se te caerá la mandíbula.- miré sus ojos rasgados, una hermosísima sonrisa adornaba ese perfecto rostro.  

-Yo....Suguru, nunca vi algo como esto....es.... es realmente mágico.- mis ojos se cristalizaron.

Suguru-Me alegra.- sus ojos no se despegaban de los míos.-Leila, yo tengo algo que decirte.- su semblante se tornó algo serio, en cierto modo me asustó.

-¿Qué sucede Suguru?¿Está todo bien?- coloqué mis manos en sus hombros mientras mi mirada rogaba por una pronta respuesta.  De pronto tomo mis manos con delicadeza y las llevó hacia él.

Suguru -Leila Okazaki, ¿me darías el privilegio de ser tu novio?-

Permanecí en silencio procesando las palabras de Geto. Él sostenía mi mano con fuerza como un niño pequeño al que lo iban a alejar de su más amada persona, pero no, yo estaba ahí, con él y no pensaba alejarme.

Destinados (Suguru Geto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora