Capítulo #12

42 4 0
                                    

Shoko -Así es, Satoru es mi novio.- dijo y se abalanzó sobre Satoru besándolo en los labios con torpeza, pues claro, estaban ebrios.

Ahh, caray... espera, eso quiere decir que gané la apuesta... ¡GANÉ LA APUESTA! pensé, por dentro me moría de alegría.

Suguru y yo conectamos miradas nuevamente, él permanecía con un semblante confundido, según él, los chicos siempre eran empalagosos pero eso solo era por la amistad y confianza que tenían. Pero míralo, sorprendido, mi intuición no falló.

-Chicos, ya vamonos.- Suguru se encargó de llevar a Satoru y yo a Shoko para evitar más problemas.

Toji -Esto no se quedará así, mono albino.- dijo mientras nos dirigíamos a la salida.

Una vez fuera montamos a los chicos en la parte trasero del auto de Suguru y luego entramos nosotros. Durante todo el viaje permanecimos en silencio, de vez en cuando echaba un vistazo a los chicos pero estaban dormidos, la cabeza de Shoko descansaba sobre el hombro derecho de Satoru y la cabeza de este sobre la cabeza de Shoko. Era una imagen enternecedora, así que decidí inmortalizarla tomándoles una foto discretamente.

-Se ven tan tiernos.- estábamos frente a un semáforo en luz roja, aproveché y le mostré la foto que le tomé a los chicos. En su rostro se dibujo una tierna sonrisa y luego giro su cabeza para verlos.

Suguru -Vaya que ganaste, Leila Okazaki. ¿Ya sabes lo que me pedirás?- preguntó y coloqué mi dedo índice en mi mentón en señal de que estaba pensando.

-Luego te cuento, por ahora me echaré un sueñito en lo que llegamos.- me acomodé en el asiento y lo escuché reír.

Suguru -Ja, aún no tienes nada ¿verdad?- tenía razón, no sabía que era lo que iba a hacer con él.

-Shhhhhh, voy a dormir.- sonreí con los ojos cerrados.

Suguru -Como usted diga.-

_________________________________________

Luego de un fin de semana un poco loco, regresamos a la escuela. El día de hoy había sido para mi una mierda oficialmente.

-¡Ayyy por Dios! ¡¿Qué demonios sucede hoy?!- desde que me levanté todo ha sido un caos. Pareciera que el universo decidió hacerse el gracioso conmigo hoy.

Shoko -Demonios Leila, ¿Tienes mierda en las manos o qué?- se me había caído mi proyecto de Escultura, ahora tendría que quedarme en el taller a hacer otra estatua durante toda la tarde.

-Al parecer el universo quiere joder hoy conmigo.- dije refunfuñando.

Antes de eso, en el desayuno se me derramó la taza de café y me queme un poco el muslo derecho por lo que tuve que cambiarme y curarme, antes de entrar a clases me tropecé con un estudiante y me derramó un jugo de arándanos en toda la ropa, tuve que ir nuevamente a mi habitación a ducharme para quitarme la pegajocidad y a cambiarme el uniforme, a la hora de entrar al taller se me cayeron los materiales para terminar el proyecto de hoy y ahora esto, mi trabajo culminado hecho mierda en el piso.

Shoko -Estás muy distraída.- comenzó a reír.-Mira como te tiene Geto.- me dio un empujoncito.

-Ashhh, ¿qué dices, Shoko?- negué y comencé a recoger los pedazos rotos de mi obra. Estaba furiosa por mi torpeza.

Shoko -Te ayudaré a hacerla de nuevo.-

-Gracias amiga, pero estaré bien, esta tarde la vuelvo a hacer.- llevé los restos de mi estatua al bote de descarte y lavé mis manos.

Horas después...

Ya eran las diez y media de la noche y acababa de terminar mi obra. Debo admitir que quedó mejor que la primera. La dejé a un lado y procedí a hacer el recogido de todo el desmadre que hice. Al terminar lavé mis manos, me quite el mandil y apagué las luces del taller. La noche estaba fresca, la luna resplandecía como nunca antes y las estrellas adornaban tan alegremente el oscuro cielo. Me detuve en medio camino a los hospedajes para perderme en la belleza de la noche.

Destinados (Suguru Geto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora