FINAL

8.1K 376 92
                                    



—¿Cómo esta ella? No me atrevo a verla a la cara, no después de ser un mal padre, sé que ella no desea verme.

—Ella está bien, estas semanas han sido difíciles, no ha podido dormir bien cada que cierra los ojos, lo que paso se hacen presente, pasara tiempo—afirmo Fernando.

—Ese hombre...

—El no estará cerca de Soledad, lo que me preocupa será como manejar su desaparición, todo se sabrá un día.

—Si es así cúlpame a mí, eres un buen hombre Fernando, no creí que hicieras todo eso, bueno no pensé que tuvieras interés por soledad, tampoco sabía lo de Gustavo ese infeliz, lo que paso ella para que ese tipo le haga lo mismo a ella.

—Por el momento está internada hasta que ella decidiera que todo está bien, es mejor—afirmo Fernando.

El padre de soledad se despido, Fernando saco su móvil solo para ver algunas noticias, todo seguía igual esperando la orden, era hora de regresar.

Toco la puerta y vio a soledad sentada cerca de la ventana, sus heridas físicas han sanado solo que dan las internas esas que marcan su alma. Ella lo vio e intento sonreír.

—Tu padre vino, pero no se atreve a verte.

—Lo comprendo, tampoco tengo nada que decir, no sé cómo verlo a los ojos, pero supongo que también para él es difícil.

—Solo el tiempo Soledad, y aquí estaremos hasta que tú te sientas bien.

—Creo que nunca lo estaré, solo aprenderé de las malas experiencia, pero como hacerlo cuando cargo esas malas cosas dentro de mí.

—Un no lo has decido que hacer, la decisión que tomes te apoyare Soledad.

—Y si decido acabar con todo desde la raíz, ¿Me hará mala mujer? Convertirme en asesina, de alguien que no se puede defender que a pesar de que no hay amor, es lo correcto

—Es tu decisión Soledad, siempre estaré ahí sosteniendo tu mano, puedes quitarte el peso de esa carga, o puedes hacer alguien feliz, también puedes vivir y compartir con ello y siempre yo estaré ahí. —los labios de soledad temblaron, no sabía que hacer o decidir.

Fernando tomo la mano de soledad dándole su apoyo, beso su frente y ella recargo su rostro en su pecho.

—Sabes algo, esa noche quería decirte ...Olvídalo. —dijo ella.

—Soledad continúa.

—Es que...Dicen que soñar no cuesta nada, pero yo creo que aspire mucho—dijo ella mirándolo a los ojos

—Tú puedes aspirar mucho Soledad.

—En verdad yo deseaba salir contigo esa noche—dijo llenándose de lágrimas—Siento que no soy digan para que tú me veas como mujer, no después de todo lo que me paso, lo que ese hombre me hizo, y ahora tengo miedo, mucho miedo.

—No, no, no soledad mírame, mírame hermosa, no cambiara la forma en que te veo, eso jamás, ahora veo una mujer que lucha, eres una sobreviviente Soledad, una mujer que es fuerte.

—No lo soy, no lo soy.

—Lo eres, mírate donde estas, esto solo pasara tal vez no lo olvides, pero lo superas como la mujer fuerte que eres, porque eso ven mis ojos. No es momento, y siempre he esperado la oportunidad de buscar el momento adecuado, pero créeme que esperare cuando estés lista, que te des esa aportunidad y espero ser yo quien se lo des.

Ella intento sonreír aun con el rostro rojo, las lágrimas y ese sentimiento de que no sabe qué hará con su vida.

—Te quiero como mujer, sé que te he dicho que eres como una hermana, una amiga, pero no puedo verte así, y te admiro soledad, has sobrevivido y que cualquier decisión que tomes sobre eso, yo nunca te veré de otra manera, porque solo tú puedes decidir qué hacer.

Falso MatrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora