• ° Love like you ° •

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Eren tenía el peso del mundo en sus hombros.

Por ello mismo, se esforzaba a entrenar como nadie, se transformaba y hacía sus tareas dadas tanto como le era posible, hasta que su rostro se derritiera y tuviera que quedar en la enfermería.

Él era fuerte, determinado y valiente. Él era todo lo que Armin no es ni será nunca.

Jamás podría sentir celos de Eren, no era eso, su admiración y cariño era demasiado como para siquiera pensarlo. El problema era la admiración y cariño que él recibía por parte del castaño.

No podía entender como Eren podía amar a alguien cómo él.

Y ese día llegó, uno de los muchos días que Eren forzó su cuerpo tanto que tuvo que descansar por el resto del día para que pudiera recuperarse. En esos días no era inusual que tanto Armin como Mikasa estuvieran en su habitación.

Sin embargo, Mikasa estaba ocupada y Armin se escabulló a la habitación solo y en silencio.

Eren estaba dormido, sus ojos estaban cerrados y su rostro parecía pacifico incluso con las heridas abiertas y el humo escapando de ellas mientras se curaba lentamente. Silenciosamente, Armin se sentó en la única silla junto a su cama y miró a Eren con una sonrisa.

El silencio de la habitación mezclado con los colores naranjas del atardecer que lograba filtrarse atraves de la ventana lo hacía sentir paz, una muy extraña que no recuerda sentir desde hace mucho tiempo.

Cauteloso como le fue posible, Armin se inclino sobre la cama de Eren, su peso apenas causando un cambio en la misma, y dejó sus ojos vagar en la figura dormida de aquel que había robado su corazón hace tanto.

Cuando eran pequeños, no era extraño que Eren se quedara a su lado siempre que se lastimaba, incluso si era un accidente de su parte, Eren estaba ahí.

Ni siquiera sabe en que momento ocurrió, cuando su corazón comenzó a latir con fuerza y su estómago se sentía gracioso.

Un día simplemente se dio cuenta que se había enamorado de su mejor amigo.

Armin suspiro notando la oscuridad que ahora los envolvía a él y a Eren, la noche había llegado y él ni siquiera lo había notado. Dejando un suspiro escapar de sus labios, Armin encendió la única vela que esperaba en la mesita cerca de la cama y se dejó descansar en la silla junto a Eren, esperando por algo, ¿por qué? No estaba seguro, pero siguió esperando.

En algún momento sus ojos se sintieron pesados y cayó dormido en aquella incómoda silla y sin una manta que lo abrigara del frío.

A la mañana siguiente, y con una suerte poco usual en él, Armin despertó antes que Eren.

El rubio no era una persona mañanera, pero se tragó un bostezo y se levantó de la silla sintiendo su columna quejarse y crujir dolorosamente, le dolerá todo el día.

Y con una nueva y borrosa misión en mente, salió de la habitación directamente al comedor donde tomó el primer plato de desayuno que encontró junto a una taza de té caliente y volvió al cuarto de Eren.

Sintiéndose un tanto más despierto por la corta caminata, Armin se encontró con un despierto Eren, quien por suerte no había decidido levantarse de su cama aún.

El rostro sorprendido de Eren al ver el desayuno hizo que valiera la pena despertarse temprano.

Con una sonrisa satisfecha, Armin avanzó hacía el castaño y le ofreció el plato y taza con cuidado, sonriendo ante la falta de modales que Eren demostraba y que normalmente se llevaría un pellizco de orejas por parte de Mikasa.

El castaño parecía particularmente feliz de ver a Armin, haciendo que el rubio se sintiera especial y sus mejillas se calentaran rápidamente, incluso con Eren aún comiendo como un animal.

Quizás Armin no podía entender la admiración de Eren.

Pero podía amarlo igual, y quizás algún día entienda como amarse de la misma manera que Eren lo hacía.

Algún día.

Our Dreams... • Eremin • A Flufftober SpecialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora