Cap. 15

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Penélope volvió a su cuarto y no daba más de felicidad. Había recuperado a su amiga y también había recibido una propuesta de matrimonio de Colin. Y eso era, francamente, algo que ni en sus más locas fantasías, pensó que se haría realidad. Estaba feliz. Pero, de repente, todo se derrumbaba con el aviso de la reina. Se puso su camisón para dormir y se dejó caer en el sillón para esperar a Colin. Estaba preocupada, pero por otro lado, la reina ya la había intentado atrapar antes ofreciendo dinero. Y a la fecha no la habían descubierto. "Solo unos cuantos panfletos más y se acabará todo". "¿Y si me descubre en estos últimos panfletos?", "¿Qué sucederá si me atrapan?" Por todos los cielos, "¿Qué pasará con mi familia?", "¿Qué pasará con los Bridgerton?". Si algo le pasaba a ella, podía estar tranquila, había conocido el amor y la verdad es que ella no pensaba llegar tan lejos al respecto. Siempre pensó que viviría en un matrimonio como el de su madre. Si la pillaban por lo menos había sido feliz antes. De repente, las lágrimas comenzaron a brotar. "Quiero más, quiero más momentos con Colin. Quiero poder despertar a su lado. Quiero poder ser madre. Quiero poder envejecer a su lado y conocer a mis nietos. No me conformo, quiero más". Tal vez este sí sea el final de lady Winstledown, por mucho que me duela... En ese momento, su mirada se perdió en la habitación, luego, se centró y vio sus cartas apiladas. Todavía no las leía y ya no pudo más con su curiosidad. Tomó los dos montones de cartas (uno previo a su viaje a Kent y uno de cuando ya estaba en Kent con su tía) y los dejó en la cama. Ambos montones estaban ordenados según los fue recibiendo. Se acostó en su cama y comenzó a leerlas en orden. Necesitaba una distracción.

Querida Pen:

Siento que me debí quedar esta temporada en Londres. Siempre que comienzo un viaje estoy expectante por lo que voy a conocer y por las experiencias que viviré. Pero, es raro... Estoy mucho más expectante por saber qué es lo que sucederá cuando regrese. Hoy llegué a Chipre, es hermoso. Estoy seguro que te encantaría. Me gustaría que estuvieses aquí viendo el mar conmigo. Con tus pies descalzos en la arena dejando que el mar los moje con su vaivén. Acá hace mucho calor. Es muy diferente al frío de Londres. Acá todo es muy brillante, el cielo, el mar, las flores. Pese a esto, sigo sintiéndome ajeno al paisaje, como si perteneciese a otro lugar... Como si debiese estar en otro lugar.

Le pedí a un artista que estaba en la playa, que la pintara para ti. Espero que te guste, Pen.              Te extraña                                                                                                                                                                        Colin Bridgerton.


Querida Pen:

Sé que tu carta tardará en llegar y que lo más probable es que te lleguen estas dos juntas. Pero, necesitaba hablar contigo y al escribirte, siento que estás cerca de mí. En mi carta de ayer desee que estuvieras acá conmigo, pero hoy pienso todo lo contrario. Hoy vi la estatua de la diosa Afrodita y, Pen, eres exactamente igual a ella. Por eso mismo me retracto de lo que dije en mi carta anterior. Porque en cuanto te vean te amarán e intentarán alejarte de mí y eso, Pen, es algo que no estoy dispuesto a aceptar.

Te quiere y extraña                                                                                                                                                                Colin Bridgerton.


-¿Esas son mis cartas? Preguntó Colin acercándose a Penélope.

-Sí, son tuyas. -Respondió Penélope.

-Están cerradas. Nunca las leíste -Dijo Colin con tristeza.

-No, no me permitía hacerlo. Colin, yo intentaba olvidarte. -Dijo Penélope.

No necesito un amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora