Cap. 18

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-Tengo que hacerlo hoy -Le dijo Penélope a Colin mientras bailaban. -Tengo que enviar el último panfleto hoy, no puedo dejar que ella se quede con todo el crédito, con MI TRABAJO. -Agregó bajito.

-Pen, es peligroso hablar acá nos pueden escuchar -Dijo Colin en un hilo de voz, preocupado.

-Están todos murmurando, la música está fuerte. -Repuso Penélope.

-No te preocupes, yo lo iré a dejar. Solamente necesito que me escuches. Nadie le cree. Hasta la misma reina le pidió pruebas. Así que tranquila. No hay forma de que ella se quede con tu trabajo. -Respondió Colin.

-Es que no puedo creer que haya tenido la astucia, la audacia de tomar mi trabajo... -Dijo Penélope alterada.

-Lo sé, lo sé, pero la pieza está llegando a su fin. Pen, conversemos después en tu habitación. Ahora, de verdad, es peligroso. -Dijo Colin atrayéndola a él.

El baile siguió y a medida que la noche fue avanzando Penélope se fue sintiendo más tranquila. Pues, todos pensaban que Cressida hizo eso solamente porque necesita el dinero. No es un secreto. Todos saben que los Cowper se encuentran en una mala posición financiera. Aun así, se sentía inquieta y quería llegar a su casa a escribir su último número.

Una vez en su habitación. Penélope tomó una hoja y una pluma y comenzó a redactar su última entrega. Cuando terminó, la releyó y editó. Quería que fuese perfecta, así como lo había sido cada número anterior. Al finalizar y estar completamente segura. Bajó rápidamente y se encontró con Colin en el jardín. Le pasó el saquito de papel y se besaron.

-No te olvides de la ventana. -Le dijo antes de despedirse.

Penélope esperó y esperó. Pero, Colin no volvió. Sucede que la reina había mandado a sus lacayos a vigilar todas las editoriales y, también, sus alrededores. Vieron a Colin Bridgerton entrar a la iglesia, dejar algo escondido. Al salir lo interceptaron y cuando leyeron lo que había en el saquito de tela, lo mandaron en un coche ante la misma reina.

-Yo sabía que Cressida Cowper no tenía la inteligencia para ser lady Winstledown. -Dijo con seriedad mirando a Colin arrodillado frente a ella.

-Mi reina, me ha descubierto. Yo soy lady Winstledown. -Dijo Colin haciendo una inclinación solemne con su cabeza.

-Sé que no es usted. -Repuso la reina, mientras Colin subía su vista y abría sus ojos.

-Necesito mi pluma y papel. Lleven al Señor Bridgerton a una de las habitaciones de invitados y no le permitan salir. -Dijo la reina.

-Mi reina, soy yo. Yo tomaré toda la responsabilidad. Por favor. -Suplicó Colin.

-No hace falta. No necesito al mensajero, necesito a la escritora. Y usted me servirá de carnada. Aunque debo decir que ya tenía mis sospechas... -Envíe esta nota a la señorita Featherington, a Penélope Featherington y tráiganla en el carruaje real inmediatamente. -Dijo la reina entregando la nota.

-Mi reina, por favor. Se lo suplico. -Se escuchaban los gritos de Colin a lo lejos.

En la casa de las Featherington, todas despertaron con el brusco sonido de los golpes en la puerta. Todas, se reunieron en el pasillo, poniéndose sus batas.

-¿Quién viene tan tarde? -Preguntó lady Portia.

-Tengo miedo, debe ser una mala noticia. -Dijo Prudence.

-No digas tonterías. -Repuso lady Portia. -Quédense aquí, no salgan -Agregó dejando a sus hijas en la biblioteca.

Cuando abrió la puerta se encontró con la escolta real.

No necesito un amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora