Te observé de cerca, no podía despegar mis ojos celestes de ti, era como si un imán me estuviera obligando a mirarte. Quería hacer otra cosa, pero era eso o ver las pupilas tristes de mamá, así que te elegí.
Te sentaste con una muchacha que te tomaba de la mano, ella no lloraba, tú tampoco.
La enfermera Mildred colocó tu medicina, pensé que gritarías o harías algún escándalo como muchos otros, como yo hacía en ocasiones; tú no lo hiciste, te mantuviste quieta y con los ojos cerrados.
Te dolía, lo sabía, seguramente mucho. Solo apretaste la mano de la chica y enfrentaste tu primera quimioterapia.
Supe que eras genial.
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El príncipe que no tuvo su final feliz © ✔️ (M #0)
Historia CortaLos cuentos de hadas siempre tienen un final feliz. El príncipe encuentra a su princesa y la lleva en su corcel blanco a ver el amanecer por el resto de sus vidas. Pero ¿cuánto dura una vida? ¿Cien años o un día? No tuvo que luchar con dragones ni e...