KING - DESCENDIENTES -

2. ¿Celos?

TODOS CONTINUARON CAMINANDO, y al entrar a la escuela Mal comenzó a hablar.

—Oigan, ¿tienen mucha magia aquí en Auradon? O sea varitas y eso.

—Si, existe, por supuesto pero actualmente no se usa, la mayoría somos sencillos mortales.

—Uh, nada más son reyes y reinas.

—Es cierto, nuestra sangre real se remonta a siglos.— Audrey obligó a Ben a colocar su brazo sobre sus hombros.

—¡Doug!,¡Doug, ven aquí!— El chico castaño bajo las escaleras y se acercó a Ben.— Él es Doug, les ayudará con sus horarios y también les mostrará donde van a dormir, los veré luego, ¿ok? Y si hay algo que necesitan pedirnos...

—Diganle a Doug.

—Yo debo de irme, los veré luego.— Henry exclamó y se retiró luego de una despedida un tanto emocionada de Carlos, a quien le cayó muy bien el chico rubio.

Henry soltó un suspiro y subió a un auto.

—Principe Henry.— Su mayordomo, Vicent, saludo al rubio.

—Vicent, ¿podrías hacerme un gran favor?

—Claro que si, su majestad.

—¿Podrías conseguir algunas pinturas?

—¿Volverá a pintar?— Vicent preguntó con emoción.

—Asi es,— Henry dijo.— creo tener una nueva musa.— Susurró y Vicent asintió al escucharlo, arranco el auto y manejo hasta el gran castillo del rubio.

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—¿Tú no deberías de estar allí?— Evie llegó al lado de Henry, quien levantó su vista y la observó a través de sus lentes de sol.

—Soy del equipo de equitación.— La peliazul asintió entendiendo, la chica subió las gradas y se sentó al lado del rubio.

—¿Que clase te toca después?

—Quimica.— Henry respondió quitando los lentes de sus ojos y colocandolos en su camiseta.

—A mi igual.— Evie sonrió con emoción, Henry la miro con una leve sonrisa y un pequeño brillo en sus ojos.

"Que tierna se veía emocionada". Fueron los pensamientos del rubio.

—Ya es un poco tarde, deberíamos de irnos.— Henry tendió su mano al levantarse, Evie la tomo con gusto y el rubio la ayudo a bajar las gradas.

Ambos caminaron riendo de alguna tontería hacia los casilleros.—Esperame, iré por mis libros.— El rubio informo y Evie asintió yendo a hacer lo mismo.

—Esos chicos son problemáticos.— Chad hablo hacia Audrey, Ben y Henry.

—¿Que pasa, Chad?, no es para tanto.

—Si, Chad, déjalos en paz.— Henry exclamó tomando sus libros.

—No se ofendan, BeniBoo, Henry. Son demasiado crédulos. Sé que tu mamá se enamoró de una enorme bestia que resultó ser príncipe,— Hablo hacia Ben tomando sus manos.— pero con mamá la bruja mala solo era una bruja mala. Y era su madre.

—Y tú Henry, la madre de Evie, envenenó a tu madre.

—Estan equivocados.— Ambos chicos exclamaron y todos se separaron.

Ben camino hacia Mal.

Audrey y Chad se fueron por su camino.

Y Henry camino hacia Evie, quien lo esperaba con una mirada de confusión.

—¿Que pasa?— Henry preguntó con duda.

—¿Qué es ese collar que llevas?— Evie levantó una ceja confusa.

—Es un obsequio de papá, es un collar que me "protege" de cualquier cosa mala que pueda llegar a pasarme.— Evie asintió entendiendo.

—¿Es por lo que pasó con mi madre?— Preguntó aunque sonó como una afirmación.

—Si, señorita Evie. Pero se que tú eres buena, no necesito protegerme contigo.— Henry quito el collar de su cuello y lo guardo en su bolsillo, Evie soltó una pequeña risa.

—No tienes por qué hacerlo.

—Es mi forma de demostrar que confío en ti, somos amigos desde ahora.— Henry tendió su mano y Evie graciosa la tomo y formaron un apretón.

Henry se sentó en su lugar y Evie se sentó junto a Doug.

Evie observaba a Chad con una sonrisa enamorada, Henry simplemente rodó sus ojos y sus labios se fruncieron en una línea recta.

¿Por que le importaba tanto?

Eran amigos, si, amigos.

—¡Evie!— El profesor exclamó.—Tal vez esto sea un repaso para ti. Ahora dime cuál crees que sea el peso atómico promedio de la plata.

—El peso atómico.— Henry la miro como siquiera traspasar la respuesta a Evie, pero era imposible.—No tiene que pesar mucho por que es un átomo, ¿no?

El profesor un tanto cansado le señalo para que viniera hacia el tablero, Evie se levantó y camino hacia el.

—Entonces, necesito saber el peso atómico promedio de la plata.— Evie exclamó con una sonrisa, Henry observó detenidamente a la peliazul, observando un pequeño espejo en su mano, el príncipe rió por lo bajo y presto atención a la chica.

Evie escribia la ecuación correctamente, Henry se quedó mirándola con una sonrisa leve.

—Lo olvidaba, es un gran error subestimar a una...

—Villana.

Chad le tendió un papel, Evie lo tomo y Henry lo miro con confusión.

Idiota.