16. Pelea.

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Maratón 3/5

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Maratón 3/5

Todos se movían con cuidado para no ser descubiertos.

Entraron a la cabaña y Jay subió con rapidez las escaleras para luego volver. -No está arriba.

Unos golpes en una puerta alertaron a todos, Evie se colocó delante de su novio, protegiéndolo.

Ben abrió la puerta encontrándose con Chad, quien estaba echo bolita en el suelo.

-¿Chad?

-Quiero a mi mami.- Suplicó.

Ben lo intento ayudar pero este se alejo. -Tranquilo.- El rey lo tomó y lo levantó. -¿Que paso, amigo?

El rubio observo a todos los lados con miedo y al notar que no había nadie, suspiro.

-¿Ben?- Se acercó a él peligrosamente. -Tu rostro.- murmuró. -¿Ella se fue?

Soltaron un sonido de afirmación.

-Soy libre, ¡libre!- Chad salió corriendo de la cabaña gritando eufóricamente. Harry rió con gracia ante esto.

Al salir de la cabaña de Audrey, Evie tomó la mano de su novio y la apretó con fuerza.

Uma suspiro. -Bueno, creo que es hora de encargarnos de esta Audrey.- Una risa colectiva se escuchó. -¿Que dices?, no es hora de terminar.- Y ambas chocaron sus puños.

-Oye, algún día explíquenme como terminaron en el mismo equipo.

-En realidad, Mal prometió dejar salir a todos los niños de la isla.- Henry se tenso de inmediato obteniendo una mirada confundida de su novia.

-Tengo que decirles algo más.- La pelimorada le dedico una mirada a su novio y a Henry, quien se detuvo. -Hay algo que no es cierto. Los chicos no podrán salir de la isla.

-¿De que hablas?- Evie soltó a Henry y el rubio pudo jurar que fue la peor sensación del mundo.

-El programa se cerró. Y la barrera no volverá a abrirse.

-Auradon se defiende.- Evie volteo sobre su hombro, mirando al rubio, quien mordía el interior de su mejilla. -¿Lo sabías?- Henry asintió levemente.

Uma se acercó a Mal, reprochándole.

-¿Por qué no me lo dijiste?- Henry no supo que decir, iba a hacerlo cuando Evie volviera pero tomando en cuenta las circunstancias lo había olvidado o tal vez eso era lo que quería creer.

Evie lo miro con decepción y tristeza, tomó el collar y lo arrancó de su cuello. -Lo lamento, Henry.- La peliazul obligó a Henry a extender su mano, colocando la cadena justo ahí y cerrando su puño. -Ya no necesito esto.

El rubio no quiso defenderse, su labio inferior tembló y su vista se nublo. Evie dolida se dio cuenta de esto pero ni siquiera pudo seguir mirándolo, así que se dio la vuelta hacia la dirección de Mal.

-¡Celia!- Mal grito hacia la chica, quien lanzó lo único que podía detener a Audrey.

Henry dejó de escuchar lo que pasaba a su alrededor, su corazón latía en su pecho con fuerza, volvió a prestar atención a la conversación cuando su novia habló.

-¿Cerrar la barrera para siempre?, ¿Fue tu idea?- Evie masculló con reproche.

-Lo hice por nosotros. Lo hice por nuestra vida, la que tenemos aquí y ahora.

-¿Por nuestra vida? ¿y que pasa con los niños abandonados en esa isla?- Henry quiso decir que no había sido su culpa, que él no lo había decidido. -¿Y lo que les prometimos? éramos su esperanza. Creí que ibas... - Se detuvo un segundo. -Que iban...- Corrigió mirando de reojo al rubio. - a defender a esos niños, pero los engañaste. -Esta vez habló solo para Mal. -y engañaste a Jay, y engañaste a Carlos y me engañaste a mi.- Henry quería correr y abrazarla. -Somos familia.

-Evie. ¡Evie, vamos!, ¡no tenía opción!- Un rayo hizo que tanto Henry como Mal cubrieran sus ojos, todos se habían convertido en piedra. -¿Henry?- Mal preguntó con miedo mirando al rubio, quien al intentar acercarse a ella un humo rosa lo envolvió, enviandolo hasta arriba de una torre.

-Henry.- Audrey saludo con una sonrisa maligna.

-Audrey.- Henry mencionó con asco en su voz, al observar a Celia detrás de Audrey, la chica parecía asustada, corrió hacia ella.

-¡No seas tonto!- Un rayo fue lanzado hacia él, Henry cayó fuera de la torre cayendo en el piso un poco más abajo de donde lo habia lanzado, gruñendo de dolor al sentir que algo en su brazo se había roto al golpear el suelo.

-¡Henry!- Celia grito asustada, observando al príncipe, quien al parecer no podía ni moverse sin sentir un dolor abrumador.

Mal al escuchar esto, hizo totalmente caso a sus instintos, convirtiéndose en el majestuoso dragón morado.

El dragón voló y observo a el novio de su mejor amiga tirado en el suelo. Ma esquivaba los ataques de Audrey y al intentar encender de nuevo el poder de la brasa, era inútil.

Voló directo hacia la chica que tenía el báculo, Audrey tomo a Celia por el cuello obligando al dragón a detenerse.

Un rato golpeó la ala derecha del dragón, causando que se destabilizara y casi cayera al suelo.

-Hay que hacer esto juntas.- Uma miró al dragón. -¡Así somos más fuertes, aquí estoy Mal!, ¡Que tú poder despierte, yo te acompaño!- La expresión de el dragón era de ternura.

La brasa se encendió y Mal voló de nuevo hacia Audrey, decidida.

Los dos rayos chocaron, uno de color rosa y el otro azul.El dragón observo de reojo al chico y gruñó con enojo, logrando ganarle a la pelirosa, quien cayo desmayada en el suelo.

El hechizo se había roto.

Evie al ya no estar hechizada, miró hacia todos lados, buscando a una sola persona, a quien no tuvo éxito de ver.

-Vengan.- Ben exclamó y todos corrieron hacia donde se encontraba Mal con Celia.

-Evie.- Henry fue recibido por un abrazo que lo hizo gemir de dolor.

-¿Que te pasó?- La peliazul se alejo y lo miró con preocupación.

-Cai desde ahí.- Henry señaló la torre. -Y luego hice pum.- Habló como si de un pequeño golpe se tratará.

-No seas así.- Evie golpeó el brazo bueno de su novio y luego beso su mejilla poniendose de puntitas. -Perdón.

-Perdoname tú a mí.

KING - DESCENDIENTES -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora