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Ambos novios protagonistas de esta historia, estaban en el sofá de la casa del menor viendo una película por la noche, abrazados y calentitos entre sí aunque Jungkook ya se hubiera quedado dormido entre los brazos y el aroma del alfa desde hace rato, completamente hundido en sus feromonas.

Taehyung le hacía cariños en el cabello para que el omega siguiera durmiendo relajado y tranquilo apoyado en su pecho, lo que le hacía liberar pequeños ronroneos de vez en cuando al estar siendo consentido por su alfita. Estaban solos en casa, ya que Yugyeom había salido con BamBam de fiesta o algo así, y ellos, en vez de hacer algo indebido, prefirieron pasar un poco más de tiempo como novios de aquella manera tan cariñosa y linda tienen de ser.

En realidad, Taehyung ya no estaba atento a la película que reproducía la tele en Netflix, sólo se preocupaba de cerrar los ojos, sentir el aroma de Jungkook cerca suyo, su respiración, su compañía y su amor mientras el omega dormía plácidamente entre sus brazos. Que lindo era escuchar sus sueños, así como pasar tiempo con él de la manera que sea; que Jungkook recostara su cabeza en su pecho, era lejos una de las mejores cosas del mundo para él. Sentir su aroma, acariciar su cabello, tener su compañía, sentirlo en alma y cuerpo cada vez que podía; Taehyung no cambiaría ninguna de esas cosas jamás.

En realidad, no cambiaría el haber conocido a Jungkook por casualidad, tal vez.

Recuerda que tenían solo once años cuando se conocieron en la escuela. Taehyung se acercó a él primero.

Jungkook estaba dibujando en su croquera, sentado en el piso del frío pasillo y temblando levemente por el clima que hacía, ya que tampoco traía mucho abrigo encima. En realidad no era muy bueno dibujando, pero quería mejorar para poder pintar cosas bonitas y regalárselas a Yugyeom en cuanto fuera bueno en eso.

—Pero mira que tenemos aquí —escuchó de repente una voz masculina en frente suyo, así que levantó la vista, y vio a dos chicos de su edad parados al frente suyo con sonrisas extrañas. Ambos lo miraban vacilones, lo que le hizo bajar la mirada avergonzado— Un omega...

Jungkook apretó su dibujo contra su pecho. No le gustaban esos betas.

—Dibujar es para niñas —le dijo el otro beta con burla, lo que hizo a su amigo reír escandalosamente— ¿Eres una niña, omega? —Jungkook reprimió un pequeño sollozo entonces, no le gustaba que se burlaran de él, además de que no sabía defenderse en lo absoluto.

Creía que en esta escuela al fin tendría algo de tranquilidad para solo ser un omega común e invisible, pero al parecer eso no iba a ser-

—Pues yo creo que dibujar es genial —los tres escucharon una cuarta voz al final del pasillo, lo que hizo a los dos betas retroceder con pavor cuando vieron a un alfa acercarse a ellos un tanto rudo— ¿O es que ustedes dibujan tan mal que tienen que burlarse de los demás para sentirse mejor?

—N-No...nosotros- —intentó justificarse uno de los betas, pero el otro lo jaló de brazo y le susurró que se fueran antes de que pasara algo más grave. Finalmente, ambos se fueron del lugar entre susurros, dejando a Jungkook y al desconocido alfa solos en aquel frío lugar.

El alfa pelinegro observó a aquel castañito temblando en el piso, abrazando su croquera y ocultando su rostro entre sus rodillas. Se acercó al omega con cuidado y lentitud, sentándose a su lado mientras el mismo no se movía de su lugar. Petricor, y una leve aroma a jazmín lo dejaron fascinado.

—Hola —le dijo de repente muy alegremente, lo que asustó a Jungkook un poco e hizo que lo mirara un tanto curioso—, soy Taehyung —un agradable aroma a pino durmió su olfato en ese momento, ese alfa olía muy bien. Poco a poco fue relajando su cuerpo, sentándose como indio y mirando al chico en frente suyo aún un tanto tímido.

War Of Hormone - 호르몬전쟁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora