twelve

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Gavi se despertó con unos brazos enroscados en su cintura y un peso encima de él. Sentía que un poco de sus energías se habían renovado con la siesta que había tomado, pero tampoco esperaba despertar con Pedri al lado.

Se removió ligeramente mientras frotaba sus ojos, con los ligeros movimientos que produjo, Pedri se dio cuenta que estaba despertando y dejó de lado el teléfono.

—¿Amor? Pensé que ibas a dormir más, solo pasaron 45 minutos —Mencionó mientras Pablo se estiraba en la cama buscando despertarse. 

—No pude dormir más —Se quejó mientras sentía como Pedri acariciaba su pelo. Sonrió —¿Ansu te escribió para salir? —Preguntó, aún adormilado.

—Sí, en 30 minutos salimos. Te iba a despertar 10 minutos antes —Explicó mientras besaba su frente, Gavi sonrió, nunca terminaría de creer que Pedri ya era su novio. Personalmente, si hace unas semanas le dicen que sería novio de Pedri, él respondería ojalá hermano, dios te oiga.

—¿Estas seguro que quieres ir? —Preguntó, inseguro por la mención de su amiga o lo que sea que sean ahora. Sabe que Pedri no es tonto, el canario seguramente ya notó sus raros comportamientos.

—Sí, creo que sería una buena distracción. Pero, ¿tú estás seguro de querer ir?

—No lo sé, es decir, me encantaría pero... —No sabía muy bien como continuar su oración, sabía que la situación con Ana estaba incómoda, rara.

—Ey, cari, no tienes que ir si no quieres. Entiendo perfectamente que te vayas a sentir raro, no lo sé, podemos quedarnos juntos a ver una película o algo —Ofreció Pedri como una solución, viendo como el menor se colocaba de lado para poder verlo, el sevillano se recostó en su codo izquierdo mientras acariciaba la cintura del canario, como si fuera frágil.

—¿Cómo me has llamado? —Preguntó, creyendo que no había escuchado bien. Seguía creyendo que era algo irreal, Pedri como su novio. El canario sintió que sus mejillas se tornaron rojas.

—Cari —Sonrió mientras recibía ligeros picos en sus labios por partes del sevillano, riendo entre ellos. Pablo se colocó encima de él, con cuidado de no poner todo su peso encima mientras le seguía dando besos alrededor de su cara —Pablo, ¿qué haces? —Preguntó mientras tiraba su cabeza hacia atrás, dándole espacio libre a su novio para que besara su cuello sin dejar marcas.

—Besar lo que me gusta —Pedri sintió como sus mejillas volvían a calentarse mientras observaba a Pablo subir ligeramente su playera, se estremeció —No haremos nada, Pepi, tranquilo, ¿si? —Pedri asintió, aún nervioso de exponer su abdomen a Pablo, el cual solo repartió múltiples besos alrededor de su abdomen, soltando comentarios que le hacían sentir halagado, seguro y sobre todo, amado. 

Las manos del canario se dirigieron a las mejillas del sevillano mientras hacía que subiera su rostro para tenerlo frente a frente. Se terminó sentando en la cama mientras Gavi mantenía su posición, tras admirar sus ojos, terminó con la vista posada en sus labios. Sin empezar él, Pablo terminó estampando ambas bocas en un beso.

—Te quiero —Murmuró una vez se separaron, juntando sus frentes. Pablo le empujó ligeramente para que tuvieran la misma posición pero recostados en la cama, Pedri rió ligeramente.

—Yo también te quiero, muchísimo, más de lo que te imaginas —Besó su frente mientras entrelazaba una de sus manos, sintiendo el material que conformaba el anillo que le había regalado para su cumpleaños —Si lo usas —Sonrió en grande cuando el canario asintió mientras le daba un beso en la nariz, riendo por las cosquillas que eso le causaba.

—Obviamente lo voy a usar tonto, me lo regalaste tú —Antes de poder seguir protagonizando una escena romántica, Ansu entró a la habitación sin tocar la puerta.

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