Capitulo 16.

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"La verdad os hará libres"

Lyra estaba tan perdida en sus propios pensamientos que apenas se daba cuenta donde estaba caminando. Aún pensaba en esa extraña sensación en el auto. Ella y el maestro solos ahí... Viéndose apunto de besarse. ¿Por qué no lo hicieron? Era obvio, por los problemas que eso podría acarrear en el futuro. Pero él quería hacerlo, eso era más que obvio, y ella también. No sabía bien si estaba enamorada de él... Solo sabía que si él le diera un beso... Ella no se hubiera negado.

¿Qué cosas estoy pensando?... — se golpeó en la frente. — Son las malditas hormonas, Lyra... Solo hormonas que confunden tu cabeza. — dijo convenciendo a su mente de que era eso y ya.

Estaba tan perdida en su mundo que apenas si veía el camino. Paró un poco para ver la entrada del "ala rosa", el edificio donde estaban las habitaciones de las niñas. Suspiró un poco. Sus amigas la matarían.

— ¿Hola?...—  Entró con cuidado. Apenas la puerta sí hacía ruido. Tenía que entrar con cautela. Entró a la sala principal y pudo notar que no había ninguna chica allí. Eran cerca de las 8:30 y no había clases, seguramente estaban dormidas.

— Llegas tarde, Mojigata. — A la castaña casi le da un paro cardíaco. Lyra se volteó a ver y pudo notar a cierta pelinegra desayunando un plato de avena en la mesa cerca de la cocina. Tenía un traje deportivo y el cabello algo mojado.

— ¿Jeyne?... — dijo sorprendida, para no decir aterrada. — ¿Qué... Qué haces despierta a estas horas?...

— Salgo a correr todas las mañanas antes de ir a clases, me ayuda a estar en forma. — dijo sin importancia. — Ahora, ¿Vas a decirme porque llegas a esta hora, usando esa ropa tan linda, viéndote tan diferente... Y saliendo del auto del profesor Lincoln?... — Lyra se quería morir. — No es normal que una alumna desaparezca toca la noche y después salga del auto de un profesor que la viene a dejar de quién sabe dónde.

Todo rastro de sangre en la cara de Lyra desaparició. Era como un muerto. Pálida y totalmente perdida en el miedo. Se quedó estática pensando en como solucionar esto.

— Yo... Yo... No es... No es... ¡Digo! — Trató de ordenar sus ideas. — Lo que quiero decir... es que no es lo que parece. Mira Jeyne... — la Pelinegra la interrumpió.

— No me interesa...

— ¿Cómo?... — dijo soprendida.

Que no me interesa. No soy nadie para que me des explicaciones, solo queria saber que escusa patética ibas a usar. — dijo dándose la vuelta para terminar de comer y dejar el plato en el lavadero. No era su turno de lavar. 

—No Jeyne, solo quería explicar...

— te dije que no me interesa. — su voz era ruda y seria. — Son tus problemas, mojigata. No son los míos. No me interesa si pasaste la noche con un profesor o quien sea, aunque realmente pensé que le tenías ganas a Neithan. El punto es; Que antes de juzgar a una persona y calificarla como tal, mejor asegúrate de no ser una puta hipócrita. — Lyra calló. Solo la observó, era claro que la pelinegra estaba enojada. — Siempre me juzgaste. Aún cuando creías que no te oía decir esos comentarios crueles de mí, los escuchaba bien claro. Cada uno de ellos; "Oh, ¿vieron como anda vestida Jeyne? Qué espanto casi parecía que tenía esos pantalones metidos en las nalgas.", "Jeyne es como una flor que le encanta llamar a los picaflores para que tomen su nectar", "jeyne tendrá mucha suerte si consigue graduarse de la escuela, y tendrá más suerte aún si consigue trabajo, aunque con lo promiscua que es tal vez se consiga a alguien que la mantenga por su cuerpo" te oí cada vez que decías esas cosas de mí... Y ahora confirmo lo que siempre pensé. Eres un hipócrita de mierda.

MojigataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora