Capitulo 8.

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"Poca verdad"

Estaba tranquila en su cama. El reloj ya marcaba las 12:33 de la noche. Afuera estaba silencioso. Cómo era pleno invierno ya casi nadie andaba afuera a estas horas.

El único ruido que sentía era los fuertes ronquidos de Camila. La Pelinegra tenía mal dormir y siempre desordenaba su cama y las sábanas. Estaba con la cabeza colgando fuera del colchón y con la baba escurriendo por su boca al suelo. 

Por otro lado, Jetta dormía con un antifaz nocturno y apenas si se sentía respirar. Caía como un tronco y nada la despertaba ni la movía.

Lyra en cambio no pudo cerrar sus pestañas. No pudo dormir, era como un deseo de quedarse despierta y que el sueño no llegara nunca. El día de ayer fue muy extraño, sobre todo con las fotos del sótano.

Aún recuerda lo que pasó.

<<En la mañana.>>

Lincoln estaba bebiendo su café con Katy en la oficina cuando la madre superiora llegó con Lyra. La monja se veía enfadada y muy molesta. Lyra iba detrás de ella.

— Oh, oh... — dijo Lincoln. — creo que tengo problemas. — le dijo a Katy.

— ¿Qué hiciste esta vez?

— Nada que te importe. ¿Sabes porqué nuestra cita nunca funcionó? — le dijo medio serio.

— ¿Por qué eres un presumido narcisista egocéntrico que solo piensa en si mismo?

— No. Porque tienes las patas flacas y los pechos pequeños.

¡¡Plaff!!

— ¡Profesora Katy! — dijo la madre superiora llegando al lugar. Lincoln se tapaba la mejilla. Katy estaba algo roja.— ¿Ese es modo de tratar a sus colegas?...

— Madre... Él...

— ¡Fue mi culpa!... — Dijo Lincoln inmediatamente. Lyra solo miró y se sorprendió. Por primera vez pudo ver a Lincoln llorar. —. Fue mi culpa que me golpeara. Dije algo horrible de ella, y ella solo se defendió. No sé que me pasa, pero todo el día eh estado con una agresividad enorme... Madre... — sus lágrimas salían libremente y él se las limpiaba. — Creo que es porque mi tío murió, y no pude ir a su funeral. Era como un padre para mí y no poder ir a despedirme de él me da rabia y ataco a todo el mundo... Cómo lo hize con Lyra... Lo siento madre, lo siento Katy... Y lo siento mucho, Lyra... — su rostro era el de un hombre sufriendo.

— ¿Su tío murió? — Dijo la madre más comprensiva.

— Lincoln, yo no sabía. — dijo Katy sintiendo pena.

— (¡¡¡Está mintiendo!!!) — chilló Lyra en su mente ya que sabía que esas lágrimas eran de cocodrilo.

— Sí, murió ésta semana... No lo pude ir a ver ya que vivía en Canadá. Fue un duro golpe para toda la familia. Todos estamos afectados. Pero poco a poco lo vamos superando.

— Lamento oír eso... — dijo la madre superiora. — Si quiere puede tomarse el resto del día libre para que se pueda tranquilizar.

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