◎Capítulo 18◎

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Escabullendose por los callejones oscuros y estrechos Akutagawa iba con rapidez perdiéndose en la oscuridad de estos que daba pisando los charcos de agua sin esparcir ninguna gota, después de todo era un profesional en esto, con un destino a ese edificio que se veía a lo lejos pero estaba tan cerca a cada paso que daba y hacía su corazón estrujarse cada paso que daba...era la Port mafia.

Llegó a la sede entrando con dirección a la oficina que quedaba en el lugar más alto del edificio aquel al cual pocos podían subir y donde lo esperaba con ansias su jefe, Mori Ougai -estoy aquí jefe...- Akutagawa dijo agachándose en una reverencia de respeto hacia su jefe quien no lo miraba solo estaba sentado tranquilamente tarareando una canción infantil mientras peinaba el cabello rubio y brillante de Elise con suavidad quien se quejaba de que Rintarou cepille su cabello sin su consentimiento.

Minutos pasaban y el jefe seguía sin mirar o hablar con Akutagawa quien se estaba poniendo ansioso ¿qué no lo llamó el jefe a qué viniera con urgencia? Pero ahí estaba Mori ignorando totalmente a Akutagawa como si simplemente fuera uno de los muchos adornos que habían en esa habitación solo prestándole atención a la pequeña Elise.

Akutagawa no iba a negar que el ambiente se volvía pesado con ese silencio abundante y la imagen frente a él de su jefe actuando tan cercano con aquella niña que no era novedad pero siempre lo hacía sentir incómodo y...asqueado.

-Akutagawa ¿te gustan las películas románticas?-

Habló por fin Mori sorprendiendo a Akutagawa quien su espalda sintió tensarse al oír su voz áspera.

-yo...no son algo que consuma realmente-

-hmn ¿de verdad?-

-ah...- se quedó sin palabras, no sabía que responder pero la sonrisa de su jefe lo hacía sentirse más ansioso al respecto.

-te podría recomendar una, se llama Brokeback Mountain, una película desgarradora de una pareja de la década de los 60's donde uno de los dos muere al final, ah muy bello, deberías verla Akutagawa...tal vez te sientas muy identificado- Mori hablaba sin dejar de esbozar su sonrisa.

-lo tomaré en cuenta...-

De nuevo ese silencio, tan pesado.

-sabes Akutagawa normalmente me gusta ser alguien misterioso pero creo que en este momento debería ir directo al grano-

Akutagawa frunció el ceño al escucharle ¿directo al grano?...esto, le daba una sensación de que jamás debió haber venido.

-Akutagawa dime una cosa...¿qué se siente cogerte al tigre de la Ada a las espaldas de tu jefe?- Mori sonrió con dulzura posando sus manos en su escritorio mirando fijamente a Akutagawa con sus ojos fulminadole como cuchillas.

En ese momento...el mundo de Akutagawa se fue abajo.
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-¿Nagisa?...-

Esas fueron las palabras de Atsushi al ver al pequeño niño afuera de su puerta sonriéndole con dulzura.

-¿Nagisa...?- volvió a susurrar en voz baja confundido pero los truenos a causa de la lluvia lo hicieron volver a la realidad dejando entrar por impulso al pequeño niño a su departamento, no podía permitir dejarlo afuera con tal lluvia y que cogiera un resfriado por su culpa.

Ambos estaban sentados en la mesa con dos tazas de chocolate caliente en silencio mientras Nagisa secaba su cabello empapado con la toalla que Atsushi le prestó. Estaba un poco confundido, Nagisa apenas era un niño y se veía realmente muy indefenso pero lo que lo tenía confundido era como Nagisa sabía su dirección y el apartamento específico donde él vivía pero, lo que más confusión le daba fueron los ojos que Nagisa tenía...eran, aterradores pero negó con la cabeza rápidamente quitándose esa idea de la mente, solo era un niño después de todo.

✩¿¡Atsushi Enamorado!? ✩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora