CAPÍTULO DOCE.

314 39 13
                                    

🐺

― ¡Jungkook! ¡Espera! ―Taehyung corrió hacia él, con las mejillas sonrojadas por el esfuerzo. Su abrigo se agitaba detrás suyo y su bufanda se había deslizado, revelando un corbatín de lunares.

Jungkook disminuyó sus pasos a regañadientes. No quería llegar tarde a la fiesta en la casa de Yoongi, pero no podía darse el lujo de ignorar a Taehyung. Estaban en un momento crucial de su amistad, y si lo quería en su vida, entonces no podía hacerle eso ahora.

―Ey ―se apartó el pelo de la cara. El aire seco de los calentadores en las aulas, había chupado la humedad de su cabello usualmente con volumen, dejándolo plano y demasiado largo. Necesitaba recortarlo. ―Hoy no te vi en la clase de Relaciones alfa-omega.

Taehyung se ruborizó aún más, y aprovechó la oportunidad para volver a enrollar su bufanda y así evadir su mirada. El clima se había vuelto frío desde la noche anterior. Era impropio de la estación y sería decepcionante si permanecía, porque entonces la tierra se congelaría y perdería su oportunidad para plantar los bulbos para Yoongi. Jungkook envolvió su abrigo más fuerte sobre su grueso suéter borgoña y pantalón escolar color caqui.

―Sí, no tuve ganas ―dijo Taehyung con desdén. ― ¿Tomaste notas?

―Por supuesto ―Jungkook hurgó en su mochila llena de libros y cuadernos, hasta que sacó algunas de las hojas que había garabateado en clase. A continuación, se las entregó a Taehyung.

― ¿Qué vieron? ―preguntó Taehyung, no cruzando su mirada con la de Jungkook.

Jungkook arrugó la nariz. ―Embarazo.

― ¿Ah sí?

―En concreto, la tasa de desarrollo fetal en los omegas de la actualidad en comparación con la de las mujeres del Viejo Mundo.

― ¿Por qué tenemos que aprender eso? ―se quejó Taehyung.

―Debido a que eso en combinación con una cadera de tamaño más pequeño y la falta de flexibilidad de los ligamentos de un omega, contribuye al peligro que los omegas enfrentan al dar a luz. Es por eso que, durante el embarazo, tienen que tomar hormonas sintéticas para ayudar a que sus cuerpos soporten el rápido crecimiento del bebé y a aliviar las labores de parto ―soltó Jungkook en un tono neutral, aunque su corazón se había sacudido violentamente durante la clase, imaginando a Yoongi con su hijo creciendo en su interior, con su cuerpo luchando para dar cabida a su creación. Había sudado por el miedo y una extraña excitación que amaba y odiaba a la vez.

― ¿Los bebés del Viejo Mundo crecían más lento? ―Taehyung tiró de su bufanda, volviéndola a acomodar, todavía sin mirarlo a los ojos.

―Sí. Aparentemente las mujeres humanas gestaban a sus fetos durante cuatro meses más que los omegas ―Jungkook cambió su peso a su otro pie. El afán de llegar a casa para poder ir con Yoongi, zumbaba dentro de él, pero mantuvo su tono tranquilo y amigable. ―Todo está en las notas. Pero vas a tener que ir a la biblioteca para ver la película sobre la etapa tres del celo y la impregnación. Fue intensa.

Su mente lo bombardeó con imágenes del mismo omega pelinegro de todas las películas educativas que había visto hasta ese momento. En esta, el hombre estaba lleno de alegría y placer, temblando visiblemente, mientras el anudamiento de su alfa se hinchaba y lo llenaba con explosiones de semen. La película había explicado en tonos desapasionados, que la cabeza del miembro del alfa, era incrustada en el útero descendiente del omega, el cual se llenaría del semen del alfa. Con suerte, eso daría como resultado la inseminación del óvulo que había echado a principios de semana, y cuyas hormonas del celo habían preparado para fertilización.

Erõs - KookGi [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora