Un voto de amor (Myriam Bregman x Javier Milei)

capitulo 5

Perspectiva de Myriam:

Después de unos minutos en bicicleta, por fin llegamos al bar del centro.

El ambiente era cálido, un aroma a madera inundaba el lugar y los letreros de "no wifi, hablen entre ustedes" abundaban en toda esquina. Un agradable bar astetik alternative como dicen los pibardos.

Nos sentamos en unos de los asientos de la esquina con menos espinas de madera. Yo pedí un gin tonic y Nico un agua con gas. Aparte de Gil, psicópata el chabón.

Mientras esperábamos las bebidas empezamos a hablar del debate, él parecía inquieto e interesado en hablar de Milei, el fuckboy machito popular de los congresos.

-Myri senpai, Milei parecía muy calmado hoy, no pensé que iba a estar así, yo pensé que les iba a romper el orto como hizo la Villarruel. Se me hizo raro, algo debe tramar- dijo Nico

-Mirá Nicolás, no quiero hablar de Milei ahora. Vinimos a tomar y hablar de nuestros objetivos para cuando estemos en la presidencia.- le contestó Bregman

-Somos como el equipo roquet, Myriam, yo soy James, vos sos Jesse, y miau...

-Calláte Nicolás.

Nico se miró las manos un rato mientras se mordía la piel de los labios, volvió a mirarme a los ojos y apenado me dijo:

-Emm, Myriam respecto al debate cuando le dijiste a milei gatito..

Nicolás y yo nos apartamos la mirada cuando escuchamos ruidos provenientes de la barra.
Era Patricia Bullrich, parece que se estaba peleando a mano limpia con el cantinero porque este le había negado más tragos.

"No, no lo entendés, no lo entendés" "dame porros" decía.
"me mataron, me mataron doña Catalina" repetía a cada rato.

En un momento se cayó sobre la barra rompiendo 4 vasos de vidrio y dejando dos heridos, hasta que la echaron del bar dejándola afuera en la vereda.

Me hizo sentir algo raro, algo que me hizo sentir mal aunque yo no sea la afectada, raro... En fin.

Me hice la boluda y le empecé a hablar de otras boludeses de anime al rarito de Nico para evadir su pregunta.

Bebimos demasiado, yo me tomé 7 gin tonics y dos platos de papas con cheddar sin bacon porque los domingos soy vegetariana, y Nico dos aguas tónicas más.

Después de unas horas a este punto ya veía borroso y cada vez que me paraba al baño sentía que podía volar.

Creo que ya estaba muy ebria, Nicolás se ofreció a llevarme a mi casa, pero al muy cabeza de huevo ya le habían robado la bicicleta fuera del bar.

En un momento que se fue al baño, aproveché para irme dejándole toda la cuenta y quitándole 3500 porque sí, nunca vienen mal.

Caminando hacía mi casa iba cantado el diablo anda suelto va pisando el mismo pavimento. Pensaba en el debate, el resultado, en mis contrincantes y aunque me cueste admitirlo, en Milei.

Aunque ya hayan pasado 29 años y dos meses desde que rompimos no podía dejar de pensar en él, y eso me enojaba. Dios pensar en él me prendía más que quincho en navidad.

Cuando estoy ebria puedo ser sincera con mis sentimientos y al día siguiente enojarme por ello o fingir demencia, así es más fácil.

Esa noche mientras caminaba empezó a llover y por la calle abrazándome como típica chica de película romántica dramática no podía evitar decir y pensar su nombre.

-Milei... Javier... Mi gatito mimoso... Te extraño...

Cuándo iba a cruzar una calle un auto me detiene.

"Al fin te encuentro, preciosa" dijo una voz mientras bajaba el vidrio de un Volkswagen negro.

Era... Sergio Massa.